Egipto postergó la votación de una propuesta de resolución que había presentado en nombre de la Liga Árabe en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Dicha resolución exige a Israel que cese de manera “inmediata y completa toda actividad en Judea, Samaria y Jerusalem Este” y advierte que los asentamientos en los territorios “no tienen validez legal y constituyen una flagrante violación de la ley internacional y un gran obstáculo para conseguir una solución de dos estados, así como una paz, justa, duradera y completa».

El texto también advierte que no se reconocerá ningún cambio a las fronteras establecidas el 4 de junio de 1967, a no ser que surja de negociaciones entre las partes.

Fuentes diplomáticas citadas por el diario libanés “The Daily Star” aseguran que “Egipto retrasó la votación después de una intensa campaña de presión israelí”. También citan a funcionarios del despacho del primer ministro Binyamin Netanyahu, que aseguran que dialogaron con funcionarios egipcios sobre la postergación de la votación.

“No estaba claro qué presión podría haber ejercido Israel sobre Egipto, pero hay varias maneras de hacerlo, incluyendo la reducción de la cooperación de seguridad israelí en la lucha de Egipto contra los militantes islámicos en el desierto del Sinaí”, explica el periódico libanés.

Un pedido de Netanyahu y una llamada a Trump

El primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, difundió ayer un comunicado en el que solicitaba a Estados Unidos que ejerciera su derecho a veto para impedir que esta resolución se hiciera efectiva.

A través de las redes sociales, y en un video, Netanyahu señaló: «los ciudadanos israelíes aprecian realmente uno de los pilares de la alianza entre Estados Unidos e Israel: la disposición norteamericana de larga data a enfrentarse con las Naciones Unidas y vetar resoluciones anti-israelíes.»

“Espero que los Estados Unidos no abandone esta política. Espero que actúe de acuerdo con los principios que el propio presidente Obama declaró en su discurso ante la Asamblea General de la ONU en 2011, en el sentido de que no se alcanzará la paz a través de resoluciones de la ONU, sino sólo a través de negociaciones directas entre las partes. Por ello, el proyecto de resolución es malo para Israel, para Estados Unidos y para la paz «.

También Trump se pronunció públicamente en este aspecto y dijo que “la propuesta de resolución colocará a Israel en una situación de desventaja e injusta con todos los israelíes”. “La paz entre israelíes y palestinos se logrará sólo mediante el diálogo y no mediante la imposición de condiciones de la ONU”, agregó.

Un funcionario israelí de alto rango citado por la cadena CNN aseguró que Israel supo que la Administración Obama iba a abstenerse en la votación de la resolución y no pensaba utilizar su derecho a veto. De acuerdo con este funcionario, después de una intensa actividad diplomática israelí, el presidente de Egipto, Abdel Fattah al Sisi, se comunicó con el presidente electo Donald Trump.

El portavoz presidencial egipcio Alaa Yousef, dijo que «durante la conversación se discutieron cuestiones regionales. Los presidentes coincidieron en la importancia de brindar oportunidades adecuadas al nuevo gobierno de Estados Unidos para hacer frente a todos los aspectos de la cuestión palestina, con el fin de lograr una solución completa y definitiva».

Pero la explicación no convenció a los países que pensaban votar a favor de la resolución. Fuentes diplomáticas dijeron que Nueva Zelanda, Venezuela, Malasia y Senegal – países que integran el Consejo de Seguridad – enviaron una carta al gobierno egipcio. En la misiva advierten que, en caso de que decida no presentar la propuesta el 23 de diciembre o no deje en claro cómo piensa actuar al respecto, se reservan el derecho de presentarla y someterla a votación, a la brevedad posible.