Entrevista al Director Ejecutivo del KKL en Argentina, Ariel Krengel

– El próximo 5 de enero están partiendo con la Tercera Misión Latinoamericana a Israel, ¿qué tiene de especial este viaje para ofrecer?
– Por tercer año consecutivo estamos partiendo con un grupo de gente de Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay para recorrer un Israel distinto. El Keren Kayemet se dedica a construir el Estado de Israel desde el año 1901 y por eso que tenemos acceso a lugares únicos, que de otra forma sería imposible visitarlos. Es un viaje que va desde el Golán hasta Eilat, pasando por Tiberias, Tel Aviv, el Mar Muerto, Beer Sheva y por supuesto la magnífica Jerusalem.
 
– No es común el paso por Beer Sheva, ¿a qué se debe esto?
– Lo que vos decís es correcto y esto tiene que ver con el propio desarrollo del Estado de Israel. Hace unos años atrás, vivir en Beer Sheva era vivir en el desierto. Hoy, en día, es la quinta ciudad más poblada del país, y capital del Neguev. Es el lugar de partida para lugares como Masada o el Mar Muerto.

– El KKL viene trabajando fuertemente en el desierto del Neguev, ¿esto tendrá alguna relevancia en el viaje que se avecina?
– Por supuesto. Cada año, el KKL lleva adelante un proyecto central junto a otros de menor envergadura. Este año el KKL Argentina, junto a casi todas las oficinas del KKL en América Latina están apoyando el proyecto más importante de este siglo en Israel. Esto es la construcción de 5 poblados nuevos, en los Arenales de Halutza, llamados Halutzit. Es un lugar increíble, al sur de la Franja de Gaza, en la frontera con Egipto. Es a solo 2 horas de Jerusalem, el lugar donde los pioneros del S. XXI edifican el nuevo Israel. Hasta ahí llegaremos con el KKL para mostrar nuestro compromiso con estos idealistas, que como hace 100 años construían Tel Aviv a partir de la arena, y hoy lo hacen con Halutzit.

– Es difícil imaginarse la magnitud del proyecto que relatás, pero describinos brevemente que implica el mismo.
– Todos estamos acostumbrados a asociar al KKL con la plantación de árboles y la Alcancía Azul. Estos símbolos siguen vigentes y cumplen un valor fundamental en la transmisión de valores a las nuevas generaciones. Pero la labor del KKL trasciende en mucho estos símbolos. Y esto se ve claramente en Halutzit. Pensemos en una zona absolutamente desértica, donde se construyen invernaderos, que ya producen zanahorias, ajíes y otras especies, que son exportadas a Europa, con un altísimo valor agregado, ya que son productos 100% orgánicos. Esto es el primer paso, brindar fuentes de trabajo. Pero las 180 familias que viven hoy y las miles que lo harán en poco tiempo, necesitan de infraestructura para vivir, y hablamos de casas, agua (en el desierto), caminos, escuelas, sinagogas, y todo lo que podamos imaginar para tener una vida de calidad como en cualquier otro lugar de Israel.

– Sin lugar a dudas, será una visita emocionante. Coméntanos un poco sobre los otros aspectos del viaje, que lo hacen tan particular.
– En primer lugar, estamos partiendo desde San Pablo con EL AL, lo que significa estar mucho más cerca de Israel, 13.000 kilómetros antes de llegar. Una vez que lleguemos a Israel, recorreremos todo el país, disfrutando de toda la oferta turística que el país nos ofrece, desde la espiritualidad de Jerusalem, hasta la versatilidad de Tel Aviv y la universalidad de Eilat. Sin lugar a dudas será un viaje único e increíble. Viajar a Israel siempre es una experiencia nueva, pero hacerlo a través del Keren Kayemet lo transforma en inolvidable.
GL