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70 Aniversario

El país que Ben Gurion nunca imaginó

Israel celebra sus 70 años de independencia confiado en la economía y en que nuevos pactos con los árabes palíen la cuestión palestina

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Muy pocos de aquellos 600.000 judíos –muchos supervivientes del Holocausto nazi– que vivían en Israel el día que Ben Gurion declaró su independencia, en 1948, se imaginarían que 70 años después su país estaría situado en el undécimo lugar del índice de los países más felices del mundo.

El diplomático número uno y exmítico ministro de Exteriores Abba Eban decía que “en Israel quien no cree en milagros, no es realista”. Y el hecho es que tras la decisión de la partición el 29 de noviembre de 1947 en la ONU, en la que la comunidad internacional aprobó que el territorio controlado por el mandato británico fuera dividido en un Estado judío y otro árabe, los festejos duraron poco. Ben Gurion, que asumió que no recibía el país de sus sueños y suponía una renuncia a parte de sus planes iniciales, decidió que más valía pájaro en mano que ciento volando, y organizó las instituciones del futuro Estado. Tras la partición, Ben Gurion dijo: “Un judío nunca puede renunciar a la esperanza, pero no debe tampoco caer en un optimismo extremo”.

El mundo árabe convenció a los palestinos de que rechazaran el compromiso salomónico, alegando que el Estado judío no lograría sobrevivir ante la avalancha que se estaba gestando en los estados árabes. A pesar de la debilidad del “Yshuv” –el pre-estado de Israel–, Ben Gurion decidió la tarde del viernes 14 de mayo de 1948 declarar la independencia del Estado de Israel (un aniversario que el calendario judío sitúa hoy). El país recién creado fue atacado simultáneamente por seis ejércitos árabes, pero al final logró sobrevivir.

Un país más pequeño que Galicia tiene una renta per cápita mayor a la de muchos de la UE

Israel todavía tenía las heridas de la Shoah muy presentes: en los años 50 y 60, el programa radiofónico estrella se llamaba Departamento de Búsqueda de Parientes, que sirvió para que miles de personas se reencontraran con parientes que creían haber perdido en el exterminio nazi. Esto repercutió incluso en matrimonios, que de repente se percataron que una parte de la familia que dieron por desaparecida aún seguía con vida.

Desde entonces, Israel vive una larga guerra, con más de una decena de explosiones. Pero a pesar de todo, los israelíes, que en sus primeras décadas vivían en un Estado pionero, igualitario y muy pobre, fueron creciendo poco a poco hasta convertirse en una potencia económica, con una renta per cápita superior a la de varios estados importantes de la Unión Europea, y centro de alta tecnología y ciencia, reconocido como la start-up nation.

El pequeño país, con menos de 9 millones de habitantes y un tamaño inferior al de Galicia o equivalente al País de Gales, es considerado por algunos comentaristas militares como la primera potencia entre el mar Caspio y Gibraltar. “Algunos nos ven como una fortaleza, una especia de gueto con la mejor fuerza aérea del mundo, pero somos mucho más que eso”, afirma el catedrático Natan Latar, de la Universidad de Hertzelia. De hecho, los israelíes resucitaron un idioma que era utilizado únicamente en la liturgia, convirtiéndolo en una lengua viva, joven y moderna. “Lo conseguimos gracias a locos como Eliezer Ben-Yehuda, que obligaba a su familia a expresarse solamente en el idioma bíblico”, cuenta Latar. Y no fue fácil para los 3,2 millones de olim (inmigrantes) que abandonaron sus vidas en Europa, Oriente Medio, el Magreb, América Latina o Estados Unidos debido a las persecuciones o a su intención de vivir en el único Estado judío del mundo. El actual presidente de Israel, Reuven Rivlin, habla de “las cuatro tribus de Israel”: los seculares –la mayoría– (40%), los religiosos (15%), los ultraortodoxos o haredim (10%), y los árabes israelíes (20%).

La nación de los judíos ha vivido en guerra de forma intermitente desde su creación

Israel se encuentra anclado en un Oriente Medio que vive la mayor crisis desde los principios del islam con cerca de un millón de muertos, cinco países desaparecidos o eclipsados desde las revoluciones en el mundo árabe, decenas de millones de desempleados y nuevos grupos radicales islamistas de reciente creación como Estado Islámico y, sobre todo, con el problema palestino pendiente de resolución y 50 años de ocupación en Cisjordania. No obstante, Israel logró desarrollarse a tal punto que tiene más compañías de alta tecnología en el Nasdaq que los 28 países de la UE juntos; es el segundo país del mundo en el número de libros publicados per cápita; el que tiene más museos en proporción a su población; y el tercero –tras EE.UU. y Holanda– con más licenciados universitarios (el 25% de su fuerza laboral).

Israel se convirtió en una de las siete potencias con satélites en el espacio exterior y, según fuentes extranjeras, en una de las nueve con poder nuclear.

Recientemente, en EE.UU., el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, que podría convertirse en rey en un futuro muy cercano, alabó la economía y la capacidad del Estado de Israel, y declaró que “tiene derecho a existir”, subrayando a su vez la necesidad de crear un Estado palestino.

Israel tiene actualmente una de las monedas –el shekel– más fuertes del mundo, y su reserva de moneda extranjera no tiene precedentes. Sin embargo, en uno de los contrastes tan típicos de este joven país, un 20% de la población –más de 1,5 millones de personas, muchos de ellos niños– viven bajo el umbral de la pobreza. Se trata de la proporción más alta de la OCDE, provocada sobre todo por el hecho de que casi la mitad de los hombres ultraortodoxos y más de la mitad de las mujeres de la minoría árabe israelí no trabajan, hecho que empobrece más si cabe a estos sectores de población.

La anexión de los territorios ocupados o la división definitiva es el debate central

“La información es como el oro en el pasado. Debemos evitar crear compañías que se conviertan en Kodak o en Blockbuster, hay que imitar los modelos de Amazon, Apple o Google. No es casualidad que el único centro de investigación y desarrollo de Microsoft fuera de EE.UU. esté en Israel, porque tenemos gente muy capaz”, afirma el joven Iaron Karni, que logró desarrollar varias start-up que fueron vendidas parcialmente a Google.

No en vano Israel cuenta con 12 premios Nobel, y en total más de 200 judíos del mundo han obtenido este reconocido galardón. Abhia Itzhaki, exportavoz de la administración militar israelí, afirma que “el desafío es convertir a Israel en una Atenas basada en la tolerancia, abierta a ideas y a pueblos vecinos, y no un Estado sitiado y armado hasta los dientes al estilo de Esparta”. De hecho, el ex primer ministro hebreo Ehud Barak comparaba al Estado judío con una villa solitaria en medio de la jungla.

A sus 70 años, Israel todavía no tiene fronteras reconocidas, y a pesar de que existen distintas estadísticas, el número de judíos y de árabes entre el río Jordán y el mar Mediterráneo es casi idéntico.

Es por eso que mientras en el Likud de Netanyahu, que se mantiene en el gobierno en los últimos años, se habla abiertamente de “anexionar” partes de Cisjordania a Israel, en los partidos del espectro de centro-izquierda se reitera que la separación con los palestinos –manteniendo a la población árabe israelí– es la única forma de garantizar el carácter judío y democrático de Israel. Israelíes y palestinos intentan lograr un acuerdo, habitualmente bajo tutela estadounidense, desde hace más de un cuarto de siglo sin éxito. Albert Einstein decía que una locura es intentar otra vez algo que siempre fracasó.

Probablemente es necesario un cambio de paradigma, en el que el mundo árabe suní e Israel tienen hoy los mismos rivales en Oriente Medio –ante todo, los iraníes, que intentan lograr el liderazgo del mundo musulmán. En segundo lugar, la yihad mundial”, encabezada por el Estado Islámico y Al Qaeda, ha cambiado la geopolítica regional y el juego de alianzas. Poco antes de fallecer, el expresidente y primer ministro de Israel Shimon Peres comentó a este corresponsal que “Ben Gurion no se lo creería si conociese los vínculos que se están desarrollando entre países árabes enemigos oficialmente de Israel con el Estado que él fundó”. Muchas veces acusaron a Peres de ser optimista en exceso, pero él contestaba: “Tanto los optimistas como los pesimistas al final se mueren. Pero los optimistas viven mucho mejor”.

Fuente: La Vanguardia. http://www.lavanguardia.com/
Autor: Henrique Cymerman Benarroch @Henrique_B_C

70 Aniversario

Israel: Investigan el desarrollo de los peces y el daño ecológico que provoca el nitrógeno

Agencia AJN.- “Ellos expulsan mucho, que es venenoso en gran concentración, y si una planta no lo utilizase para su crecimiento, ingresaría a su organismo, nosotros los comeríamos y sería una catástrofe; y si lo liberáramos al ambiente, crecerían -por ejemplo- algas contaminadas, que si hubiese muchas, los matarían”, advirtió el investigador Tom Groenveld a la Agencia AJN en Israel.

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Agencia AJN.- En el marco del 70º aniversario de la independencia del Estado de Israel, la Agencia AJN visitó un criadero de peces en el Consejo Regional de la Aravá, donde investigan su desarrollo y el daño ambiental que provoca el nitrógeno que expulsan.

“En los últimos años pasamos a criar peces comestibles porque el mercado de los otros está en baja, y estamos investigando para desarrollar este campo”, que “tiene un potencial muy grande porque ellos, como los vegetales, necesitan del calor y aquí tenemos mucho”, explicó Tom Groenveld, investigador del Departamento de Acuacultura del Centro de Investigación y Desarrollo de la Aravá [foto].

“Puede sonar gracioso que lo hagamos aquí, que [casi] no hay agua, pero no la usan”, sino que “crecen dentro de ella, y si se encuentran en una pecera o pileta, al final del día habrá la misma cantidad, que ensucian y hay que limpiar o reciclar”, aclaró.

“Ellos expulsan mucho nitrógeno, que es venenoso en una gran concentración, y si una planta no lo utilizase para su crecimiento, ingresaría al organismo de los peces, nosotros los comeríamos y sería una catástrofe; y si lo liberáramos al ambiente, crecerían -por ejemplo- algas con nitrógeno, que si hubiese muchas, los matarían”, advirtió la fuente.

“Empecé como técnico y ahora encontré un tema que me interesa mucho, que es la agricultura integrada”, así que “trabajo como investigador y hago mi doctorado sobre eso”, contó.

“Creo que hay una aplicación a largo plazo porque con el tiempo entenderemos que, como el dióxido de carbono, tenemos que frenar el daño que provocamos a todo el mundo con el nitrógeno y vendrán leyes que limiten la contaminación que provoca”, predijo Groenveld.

DB-FO-CGG

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70 Aniversario

Hadassah, excelencia médica en el primer hospital que fue nominado al Nobel de la Paz

Agencia AJN.- «Latinoamérica es una prioridad porque tiene una solidaridad muy grande con el Estado judío y queremos invitar a toda la gente que quiera colaborar, cooperar y apoyar nuestra actividad», sostuvo su director de Proyectos Internacionales, Jorge Diener, quien nació en la Argentina y recibió a la Agencia AJN en el marco del 70º aniversario de la independencia del mismo.

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Jorge Diener hadassah

Agencia AJN.- En el marco del 70º aniversario de la independencia del Estado de Israel, la Agencia AJN visitó al director de Proyectos de Hadassah Internacional, Jorge Diener, quien nació en la Argentina.

– Hadassah Internacional es la organización que representa al hospital en todo el mundo, menos en los Estados Unidos, donde hay una entidad propia, solo de mujeres. Somos una institución integrada por judíos y no judíos que apoyan su actividad y promueven el intercambio con centros médicos de distintos lugares. Hadassah es uno de los íconos de Israel y existe desde mucho antes de la creación del Estado. Si algo representa su realización es el espíritu pionero del pueblo judío, y cuando hablamos de medicina, Hadassah se creó hace más de cien años, con la visión de un grupo de mujeres que bajo el imperio otomano decidió comprometerse a generar respuestas de salud en un lugar donde nada había en ese momento para salvar la vida de gente que se enfermaba y no tenía cómo curarse. Hadassah creó hospitales y en el ’48, cuando se creó el Estado, se los regaló porque decidió que ya no tenía que cumplir ese rol. Ése no fue el primero ni el último regalo que Hadassah le hizo a Israel… Solo se quedó con el hospital del monte Scopus, que como resultado de la Guerra de la Independencia quedó del lado jordano, y encima, el director y todo el cuerpo médico y los enfermeros fueron asesinados en un ataque a un convoy. Con lo cual, Hadassah tuvo que empezar de cero y, a lo largo de varios años, formar varios centros en Jerusalem. Desde ese momento se tuvo muy en claro el rol de Hadassah de seguir siendo pionero y generar la formación de los médicos para el presente y el futuro de Israel, que recién empezaba. Por otro lado, en la década del ’50 decidieron ser los primeros en distintas cosas y Hadassah abrió los primeros centros de trasplante, diabetes, corazón, fertilidad… Después, otros hospitales lo replicaron… En ese momento se hizo un acuerdo con la Universidad Hebrea de Jerusalem para crear la Universidad Hadassah Hebrea Jerusalem, que está en Ein Kerem, el campus que se abrió en la década del ’60, cuando (el entonces primer ministro israelí, David) Ben Gurión llevó a los líderes del hospital a una montaña alejadísima de lo que era Jerusalem. Cuando llegaron, miraron para un lado y para otro y vieron ovejas… Como organización sionista, para nosotros es simbólicamente muy importante. Ben Gurión les dijo: «Ustedes ocúpense de construir el hospital, yo me preocupo de que esto sea Jerusalem». Fue un encuentro de visionarios, y los de Hadassah dijeron: «Esto no solo es un lugar donde se va a curar a la gente de Jerusalem e Israel, sino que se va a formar a los médicos del futuro y se va a encontrar una cura para la humanidad». Y hoy, después de 70 años de la creación del Estado, Hadassah sigue siendo una institución líder en Medio Oriente en medicina, salud y atención a pacientes. De hecho, en ciertas áreas es pionero en el mundo. Con orgullo como israelí y judío que salió de la Argentina digo que hay cosas que pasan ahora mismo en Hadassah que en un mes, dos, tres o seis se van a estar haciendo en los mejores centros de salud… Para dar un ejemplo: en Hadassah se hizo la primera operación en la que se utilizaron dos robots al mismo tiempo, que es una importantísima evolución en la cirugía robótica, que se usa hace muchos años en todo el mundo. Permite que un robot que mira se comunique con otro que opera, y se hizo con tecnología desarrollada por los médicos de Hadassah. Otro tema: estamos terminando los experimentos con células madre y a punto de encontrar una terapia que le permita caminar o usar sus manos a gente que tiene enfermedades que le paralizan parte de los músculos, como la esclerosis múltiple o el ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), que es terrible. Esto significa que gente que había pasado a vivir a medias, pueda volver a tener una vida plena. En la filosofía de Hadassah, los investigadores son los mismos médicos que atienden a los pacientes y con eso que vieron y las ideas que van tomando vuelven al laboratorio; aparte, a la tarde van a dar clase a la facultad. Este ciclo diario permitió desarrollar la primer vacuna contra el melanoma, el cáncer de piel en estado avanzado. No es preventiva, sino una terapia inmunológica que toma células del paciente, las lleva al laboratorio y «despabila» -para decirlo en un lenguaje común- a los linfocitos, las células blancas, que están en el tumor. Normalmente, los linfocitos combaten una infección, pero con el cáncer no lo hacían. En Hadassah descubrieron que se puede hacer en el laboratorio: eliminan completamente las células cancerígenas. El 80 por ciento de los pacientes que lo hicieron hace más de diez años, nunca más tuvieron cáncer… Es un éxito altísimo… En Hadassah se está poniendo énfasis en una medicina en la cual la cura se encuentra en el propio paciente. En el cuerpo tenemos un montón de posibilidades y lo que están investigando y descubriendo día a día los médicos de Hadassah es cómo activar esos elementos. Es una revolución que tiene mucho que ver con la medicina del futuro y se conecta con la medicina personalizada, que es una de las filosofías más importantes en Hadassah y tiene que ver con encontrar la combinación de tratamientos que le permita curarse a cada paciente. Normalmente, lo que hace la medicina tradicional es: «Para esta enfermedad, éste es el tratamiento y lo damos, funcione o no». En Hadassah, lo que se está haciendo, especialmente cuando el cáncer está muy avanzado, es encontrar la mejor combinación: quimioterapia; inmunoterapia, que es usando los glóbulos blancos; radiación… y cuál es la mejor dosis porque el tratamiento también tiene un montón de efectos secundarios que muchas veces afectan la salud del paciente por el resto de su vida. Y acá lo que se busca es cuál es el tratamiento que lo cure y lo mantenga lo más sano posible. Esto se desarrolla en un departamento que tenemos en Hadassah. En Hadassah tenemos dos ciclotrones que, combinando los diagnósticos genético y clínico del paciente, crean una molécula específica que da la posibilidad de encontrar el tratamiento personalizado que cada uno necesita. Esto pone a Hadassah en un lugar superavanzado, al generar respuestas no solamente para curas generales, sino también para otras específicas. En Hadassah vas a estar encontrando, hoy en día, curas para enfermedades específicas sino también los modelos que va a permitir curar a las personas en forma personalizada.

– ¿Qué otra especialidad le llama la atención por sus avances?

– Otra de las áreas que está muy desarrollada en Hadassah es la de enfermedades crónicas infantiles: neurológicas, neurodegenerativas, síndrome de Down,obesidad, problemas emocionales o psicológicos… En el Hadassah del monte Scopus, que es el segundo hospital, un poco más pequeño e histórico porque se creó primero y lo recuperamos en el ’67, después de la Guerra de los Seis Días, tenemos un centro interdisciplinario único en Israel, y que hay muy pocos en el mundo. Es un lugar donde todas las especialidades atienden al niño en forma coordinada tres horas por día, dos veces por semana. Cualquier padre que tenga un chico con algún tipo de dificultad de desarrollo sabe lo complicado que es ir a un lugar y a otro, hay que conseguir que un médico hable con otro, entonces la evolución del niño es mucho más lenta y -muchas veces- menos efectiva. Otra vez, la filosofía del hospital es que el sistema está para servir al paciente para que tenga la mejor calidad de vida que pueda. La ortopedia es un área superimportante por el rol pionero que tuvo y sigue teniendo en el uso de células madre para reconstruir huesos, algo que también es revolucionario. Uno de los grandes problemas traumatológicos es que cuando hay una fractura, el tiempo de recuperación es muy largo; con las células madre se acorta un 70 por ciento… Otra área muy avanzada es la de oftalmología. El 65 por ciento de la gente mayor de 65 años en algún momento padece de degeneración macular, una enfermedad que hace que la gente pierda la vista. Sacando células del paciente y llevándolas al laboratorio, en Hadassah encontraron una técnica muy específica que hace que entren directamente a la parte trasera del ojo sin inyección y permitan que la mácula se regenere y la gente vuelva a ver. En general, los experimentos y ensayos clínicos son largos, y en este caso estamos en la tercera fase, en la cual Hadassah coopera con instituciones de investigación de todo el mundo. Cuando se termine, este tratamiento va a salir a todos lados. Hablamos del 70º aniversario del Estado de Israel y digo: «¡Qué más orgullo puede uno tener que decir ‘Or lagoím’ (luz para los pueblo)», y en este caso es una metáfora porque la gente va a volver a ver la luz…

– Se dice que Hadassah es un «hospital para todos», ¿puede explicar este concepto?

– Estamos hablando de gente que puede o no (pagar el servicio), israelíes y palestinos, católicos, musulmanes y judíos… Hadassah se creó con una misión muy clara: hacer tzedaká (justicia social), sin las diferencias que uno ve prácticamente en todo el mundo. En la Argentina, el acceso a la salud está garantizado por ley, pero hay mucha diferencia entre quien puede pagar y quien tiene que contar con lo público. Para nosotros, la calidad de atención que el paciente tiene que recibir en un hospital que da servicio público como Hadassah debe ser similar a la de quien tiene todo el dinero del mundo para pagarla, tanto en el equipamiento que se usa como en las facilidades porque es parte de su dignidad. Es una situación injusta que un paciente deba estar solo, en una habitación pequeña, porque ésos son los recursos con los que cuenta. Esto es parte del sistema israelí, pero Hadassah lo lleva un paso adelante y los demás tienen que seguir su modelo. Hadassah también es un caso único porque el 90 por ciento de los hospitales de Israel pertenece al Estado o a algunas de las kupot jolim (obras sociales); con lo cual, los recursos públicos garantizan su construcción y desarrollo. En éste, desde el principio hasta hoy, cada centímetro que se construyó y equipamiento que se ve cuando uno recorre sus instalaciones fue por generosas donaciones de todo el mundo. El jefe de Pediatría siempre dice que Hadassah es el hospital del pueblo judío porque mucha gente puso y pone su granito de arena para que siga teniendo este rol de ser excelente en medicina, formar a los doctores del futuro y traer curas para la humanidad Tiene una red de amigos, socios de este gran proyecto que lleva tantos años y sigue siendo pionero, que lo respalda y se distingue mucho en el mundo este modelo de gente que dice: «Queremos que en Jerusalem haya un lugar del cual salga conocimiento para salvar vidas». Hay quien quiere que su nombre esté en una placa y a quien no le importa más que saber que es socio y que puso su granito de arena para que, dentro de 10 años, gente de todo el mundo diga: «Ahora podemos ver aunque tengamos una enfermedad en los ojos».

– Un sello de Hadassah es ver a médicos, enfermeras y pacientes no judíos de diferentes nacionalidades, incluso musulmanes…

– La complejidad de Jerusalem y la situación de Israel en Medio Oriente hacen que parezca extraordinario lo normal para cualquier médico, que hizo el juramento hipocrático de atender y salvarle la vida a cualquier paciente, no importa quién sea. Cuando hubo actos terroristas en Jerusalem y sus alrededores, la mayoría (de los afectados) llegó a Hadassah por ser el único centro de trauma nivel 1 de la zona y el más importante en cirugía de emergencia y nos ha pasado que el terrorista y su víctima llenarpn camas que estaban una al lado de la otra y a ambos los atendió el mismo equipo que estaba de guardia, en el cual hay un enfermero y un médico que es judío, cristiano o musulmán, o un residente que vino de Costa Rica… Cuando les preguntan qué piensan, contestan: «Cuando llega un paciente en la camilla no le pido el documento de identidad y no sé si es judío o árabe; capaz me lo imagino, pero aunque me digan que es un terrorista, le salvo la vida y que después se vaya con la Policía y esté preso por cincuenta mil años…».

– ¿Qué significa para el hospital tener médicos palestinos?

– Es un orgullo contribuir a formar a médicos palestinos, que no tienen posición política, sino la necesidad de crear sn sistema de salud propio. Lo hacemos de forma proactiva: generamos programas para que se entrenen en Hadassah, uno de los cuales es totalmente innovador para generar un cambio en su sociedad y que tenga sus primeras doctoras, un rol que generalmente las mujeres no tienen. Esto tiene un impacto muy importante, y también para nosotros como organización por nuestra filosofía más básica de tikún olam, que es ayudar al mundo. Soy un argentino que vino a vivir a Israel porque siempre creí que es un Estado judío que representa más de cien años de sionismo y camino los pasillos y consultorios de Hadassah todo el tiempo, pero cuando alguien lo visita, ve la compleja demografía de Jerusalem conviviendo en el hospital, sentados uno al lado del otro, o a un musulmán echado sobre una alfombra, rezando por un pariente al que están operando, junto a un judío ortodoxo que está lavándose las manos y diciendo la brajá (bendición). Están en el mismo lugar chiquito, en una experiencia que afuera no sucede. Si algo tiene la historia de Hadassah es que acá nos une la vida, frente a un lugar donde nos separa la muerte, y justamente por eso es el único hospital en la historia que fue nominado para el premio Nobel de la Paz, en 2006.

– Hadassah tiene cuatro pisos bajo tierra, un área lamentablemente protegida…

– En el último gran proyecto de desarrollo se creó una torre de 17 pisos, con cuatro subterráneos. Es un búnker, definido por el Gobierno de Israel como «de interés estratégico», para que todos los pacientes de emergencia puedan ser evacuados ante un (eventual) ataque químico, biológico o nuclear. Son usados permanentemente por una decisión de eficiencia inmobiliaria, porque no se puede tener ociosos cuatro pisos enormes, de por lo menos mil metros cuadrados,prácticamente como una manzana, que fueron diseñados de forma tal que tengamos el espacio suficiente en caso que haya que evacuar. Se pensó que lo más esencial no se puede detener si suena una sirena, con lo cual se decidió tener un complejo quirúrgico gigante en el piso -4 de esta torre. La idea original eran 20 quirófanos, pero finalmente se construyeron 13 por un tema de recursos,.. Son salas de las más modernas del mundo, con un mobiliario prácticamente inexistente -todo es movible- y mucho espacio para que un centro de innovación permanente tenga al cirujano que deba operar junto al investigador, el residente y los estudiantes, todos tomando cada caso para resolver y estudiar.

– ¿Es cierto que en los claustros se reproducen imágenes de las operaciones en tiempo real?

– Todos los quirófanos tienen cámaras que transmiten instantáneamente a las salas de estudiantes que están en la facultad, a unos 500 metros. Esto también permite que un médico que envió a un paciente desde -por ejemplo- Costa Rica para que sea operado en Hadassah puede estar viendo online lo que le están haciendo, así como estudiantes de todo el mundo.

– ¿Quién dirige el hospital? ¿Cuánto tiene que ver con todo esto?

– El director general es el profesor Zeev Rotshtein, que tiene un rol muy importante. Es el de mayor trayectoria en Israel y anteriormente condujo el otro hospital más importante en tamaño, el Tel Hashomer, de Tel Aviv. Vino a Hadassah hace dos años para llevarlo a cimas todavía más altas en los próximos 10 ó 20. Es cardiólogo, pero tiene 18 años de experiencia en dirección hospitalaria y es un visionario no solamente en la medicina, sino también en el uso eficiente de los recursos para generar un centro de excelencia en salud pública.

– ¿Qué vínculo tienen con Latinoamérica? ¿Cómo trabajan con la región?

– Trabajamos en forma muy intensa en Latinoamérica, que es una de las regiones más importantes de Hadassah Internacional y esto tiene que ver con el profundo yactivo sionismo de los judíos de esa región: su ir y venir (a Israel) y el estar conectados es realmente único. En los últimos años hemos trabajado mucho en México y Brasil, dos comunidades grandes, con mucha actividad filantrópica. Generamos los recursos a través de la generosidad de mucha gente y los judíos de México y Brasil han sido muy generosos y han tenido una participación proporcionalmente muy grande en la construcción y desarrollo de los proyectos de Hadassah en los últimos 10 ó 15 años. En el último año se ha comenzado a organizar la actividad de Hadassah Argentina y por eso el profesor Rotshtein estuvo en agosto, haciendo una serie de visitas. La actividad tiene básicamente 2 ó 3 direcciones. Una tiene que ver con generar intercambios que permitan a Hadassah compartir su experiencia y conocimientos para mejorar la salud de los argentinos. En este sentido, hemos establecido una cooperación con el Hospital (de Alta Complejidad) «El Cruce», que se creó hace 10 años en el Gran Buenos Aires (Florencio Varela) y también tiene un rol pionero en salud pública, con un modelo de autonomía muy innovador para la Argentina y un nivel de actividad que apunta al alto nivel de Hadassah. Estuve con el profesor Rotshtein y los invitamos a venir. Directivos de El Cruce estuvieron visitando el hospital y estamos comenzando un programa de cooperación, que significa que enfermeras y médicos van a venir a capacitarse y especialista nuestros van a estar ahí para generar modelos de investigación en áreas específicas que son importantes para ambos centros: cáncer, neurocirugía… También fuimos aTucumán, por invitación del gobernador (Juan) Manzur, y estamos generando una serie de programas de cooperación en traumas de emergencia para los distintos centros de salud de esa provincia. Son cosas que pueden tener un impacto… El empresario (farmacéutico) Hugo Sigman tomó un liderazgo muy importante paragenerar esas oportunidades, en su creencia de que Hadassah tiene mucho por dar a la Argentina, que tiene un nivel muy alto en medicina. Lo conocí hace un año, cuando volví para explorar las posibilidades de que se pudiera hacer algo allí.

– ¿Hay otros nombres para destacar en la Argentina, México y Brasil?

– Sí, es una modalidad que tenemos: trabajamos con voluntarios que colaboran con nuestra actividad. Latinoamérica es una prioridad para Hadassah porque es un lugar donde hay una solidaridad muy grande con Israel. En Brasil estamos hace varios años y tenemos una Comisión Directiva, con Fabio Wajngarten como presidente, en México estamos armando un grupo con la licenciada Ethel Fainstein, que también es argentina, porque el anterior terminó, y en la Argentina empezamos a conformar uno muy importante, con Fanny Rybak, Ale Kelman y Romina Libster, que es una joven investigadora muy importante en temas de vacunas. Soy el encargado de liderar el armado de la actividad de Hadassah en la Argentina y viajo periódicamente, trabajando con ese grupo de voluntarios. Queremos invitar a toda la gente que quiera colaborar, cooperar y apoyar la actividad de Hadassah.

DB-Each-CGG

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