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Hoy en la historia: Nace Raoul Wallenberg, el diplomático que salvó judíos del genocidio y dejó un legado a la humanidad

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AJN.- Raoul Wallenberg nació el 4 de agosto de 1912 en Estocolmo, Suecia. Wallenberg encabezó uno de los esfuerzos más amplios y exitosos para impedir la deportación de judíos húngaros, utilizando “certificados de protección” y fondos para crear hospitales, guarderías, comedores y refugios.

Estudió en los Estados Unidos en los años treinta y volvió a Suecia, donde se» dedicó a los negocios. En junio de 1944, el Consejo estadounidense de refugiados de guerra (War Refugee Board, o WRB) lo convenció de viajar a Hungría. Como diplomático integrante de la legación sueca, Wallenberg debía hacer lo que le fuera posible para ayudar y salvar a los judíos húngaros.

Wallenberg llegó a Budapest el 9 de julio de 1944 como primer secretario de la legación sueca en Hungría. A pesar de su total falta de experiencia en la diplomacia y las operaciones clandestinas, dirigió uno de los esfuerzos más extensos y exitosos de la guerra. Su trabajo con el WRB y el Congreso Judío Mundial impidió la deportación de decenas de miles de judíos húngaros al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau.

Hungría había sido aliada de Alemania, pero las derrotas alemanas y el aumento de las bajas en las fuerzas húngaras llevó a Hungría a pedir un armisticio con los Aliados. Para prevenirlo, las tropas alemanas ocuparon Hungría el 19 de marzo de 1944 y forzaron al jefe de estado, Miklos Horthy, a nombrar un gobierno pro-alemán con Dome Sztojay como primer ministro. El gobierno de Sztojay estaba preparado no sólo a continuar la guerra sino también a deportar a los judíos húngaros a la Polonia ocupada por Alemania. Poco después de la ocupación alemana, oficiales húngaros empezaron a hacer redadas de judíos, que eran luego transferidos a manos de los alemanes.

Para julio de 1944, húngaros y alemanes habían deportado aproximadamente 440.000 judíos de Hungría, casi todos de ellos a Auschwitz-Birkenau. Allí las SS asesinaron aproximadamente 320.000 de ellos a su llegada al campo y mandaron al resto a hacer trabajos forzados en Auschwitz y otros campos. Casi 200.000 quedaban en Budapest; las autoridades húngaras intentaban deportarlos también conforme lo pidieran las alemanas.

Con la autorización del gobierno sueco, Wallenberg empezó, a poco de llegar a Budapest, a distribuir certificados de protección expedidos por la Legación sueca a los judíos en Budapest. Usó fondos suecos y del WRB para crear hospitales, guarderías, y comedores, y para designar más de 30 “casas seguras” o refugios que eventualmente formaron el núcleo del “ghetto internacional” en Budapest. El ghetto internacional estaba reservado para aquellos judíos (y sus familias) que tenían certificados de protección emitidos por un país neutral.

Después de que el partido fascista húngaro “Cruz Flechada” tomó el poder en Hungría con la ayuda de los alemanes el 15 de octubre de 1944, el nuevo gobierno recomenzó las deportaciones de judíos, las cuales Horthy había parado. Como las tropas soviéticas habían ya cortado las rutas de transporte a Auschwitz, las autoridades húngaras forzaron a decenas de miles de judíos de Budapest a marchar hacia el oeste a la frontera con Austria. Durante el otoño de 1944, Wallenberg intermedió varias veces, y a menudo personalmente, para asegurar la liberación de los titulares de certificados de protección, y también de las personas con documentación falsa, tratando de salvar a la mayor cantidad de gente posible.

Colegas de Wallenberg en la Legación sueca y diplomáticos de otros países neutrales también participaron en las operaciones de rescate. Carl Lutz, el cónsul general de la Legación suiza, expidió certificados de emigración y colocó a casi 50.000 judíos en Budapest bajo protección suiza como emigrantes potenciales a Palestina. Giorgio Perlasca, un comerciante italiano, haciéndose pasar como diplomático español, expidió visas falsas y estableció casas seguras, incluyendo una para niños judíos.

Cuando las tropas soviéticas liberaron Budapest en febrero de 1945, más de 100.000 judíos estaban aún en la ciudad, resultado de los esfuerzos de Wallenberg y sus colegas. La última vez que se vio a Wallenberg fue en compañía de oficiales soviéticos, a mediados de enero de 1945. Murió en una prisión soviética supuestamente el 17 de julio de 1947, aunque las circunstancias exactas de su muerte aún no se conocen.

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Artistas irlandeses instan a boicotear a los participantes israelíes del Eurovisión

La edición de Eurovisión de este año se convirtió en un asunto más controvertido de lo normal al entrar la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza en su séptimo mes.

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Agencia AJN.- Cientos de artistas irlandeses instaron al participante irlandés en Eurovisión a estar en el «lado correcto de la historia» boicoteando la participación de Israel en el evento que se celebrará en Suecia el próximo mes.

«Le pedimos que se retire de Eurovisión 2024, que haga caso al llamamiento de los palestinos para boicotear el concurso debido a la participación de Israel», expresaron más de 400 artistas irlandeses en una carta.

El pedido está firmado por músicos como el grupo de rap en lengua irlandesa Kneecap, que el mes pasado se retiró del Festival de Música SXSW de Estados Unidos en protesta por el patrocinio del evento por parte del ejército estadounidense.

«Tenés la oportunidad de estar en el lado correcto de la historia y de ser recordado como un artista de conciencia que, en una época de genocidio, optó por no hacer daño, por estar verdaderamente del lado de los oprimidos», afirmó la carta.

La edición de Eurovisión de este año se convirtió en un asunto más controvertido de lo normal al entrar la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza en su séptimo mes.

Los críticos del Estado judío pidieron a los organizadores del certamen, la Unión Europea de Radiodifusión (UER) junto con la cadena pública sueca SVT, que prohíban a Israel competir.

Incluso a comienzos de abril los organizadores del Eurovisión denunciaron el «abuso en línea» dirigido a los artistas por la inclusión de Israel.

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Una exposición en Nueva York recrea el festival de música Nova atacado el 7 de octubre

Scooter Braun, el destacado director musical, ayudó a llevar la exhibición a Estados Unidos desde Tel Aviv, donde estuvo disponible a fines del año pasado mientras Israel se recuperaba de los asesinatos de más de 1.200 personas.

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Baños acribillados a balazos. Coches quemados cubiertos de ceniza. Sandalias polvorientas, anteojos rotos, carpas abandonadas.

Todos estos artículos fueron recuperados de un extenso campo en el sur de Israel donde miles de jóvenes se habían reunido para el festival de música Nova. Cuando salió el sol el 7 de octubre, los terroristas de Hamás traspasaron la cercana frontera con Gaza, mataron a 360 personas y tomaron a decenas como rehenes.

Los restos que dejaron los asistentes al concierto ahora se exhiben en la ciudad de Nueva York, a pocos pasos de Wall Street y del bullicioso centro financiero de Manhattan. Son parte de una exposición llamada “06:29 AM – The Moment Music Stood Still”, una instalación que estará abierta al público durante cuatro semanas.

Los organizadores de la exposición dicen que quieren ofrecer a los visitantes un “espacio sagrado” para el recuerdo, así como una forma de “explorar responsablemente los acontecimientos” del 7 de octubre. Los coches, ropa, carpas y otros artículos rescatados del festival están rodeados de pantallas de televisión que muestran videos grabados por los atacantes de Hamás, así como testimonios de los sobrevivientes de Nova.

Scooter Braun, el destacado director musical, ayudó a llevar la exhibición a Estados Unidos desde Tel Aviv, donde estuvo disponible a fines del año pasado mientras Israel se recuperaba de los asesinatos de más de 1.200 personas. En una entrevista, Braun dijo que estaba profundamente conmovido después de haber viajado a Israel, visitado los kibutzim donde los civiles fueron masacrados y pasado tiempo con jóvenes sobrevivientes del festival Nova.

“Vi a estos chicos de 20 años cantando, llorando, riendo juntos y abrazándose”, dijo Braun. “Sentí esta sensación de ira. ¿Cómo podríamos ignorarlos? Sentí que los estábamos decepcionando”. Las ganancias de la exposición se destinarán a Nova Healing Journey, una iniciativa que apoya el tratamiento de salud mental para las víctimas del 7 de octubre y sus familias.

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