Agencia AJN.- Katy Dolande, presentadora de Nextv Panamá, dialogó con la Agencia AJN tras su viaje a Israel, en el que tuvo la oportunidad de aprender sobre el desarrollo agrícola y manejo de agua, a través de una visita guiada por Keren Kayemet LeIsrael, y conocer a fondo la cultura israelí: “El lugar es tan espiritual y tan lleno de energía positiva que, no siendo judía, pude sentir su religión a flor de piel”.

Durante su viaje, Dolande pudo visitar Tel Aviv, el Mar Muerto, y la Ciudad Vieja de Jerusalem, donde pasó la mayor parte de su tiempo y pudo “captar y sentir la parte espiritual” como ella quería. Por último, destacó el buen trato de la gente de Israel y las amistades que se llevó.

-¿Cómo surgió su viaje con Keren Kayemet?
Israel siempre ha sido un país que me ha gustado muchísimo por la cultura, la comida. Entonces, hace unos meses atrás yo me acerqué a la embajada de Israel en Panamá y ellos me ayudaron a poder decidir qué lugares visitar. Estando en Israel, me mandaron el itinerario de actividades que iba a tener con la embajada y allí vi lo del Keren Kayemet, que me pareció súper interesante por el tema de la reforestación. Estuve con ellos prácticamente todo el día, desde las 8 am hasta las 6 de la tarde, visité tres lugares muy interesantes y estuve con una guía que me ayudó muchísimo para poder entender el trabajo que la organización realiza.

-¿Qué actividades pudo realizar en Israel junto al KKL?
Primero fuimos a un sitio donde pude hacer una oración y plantar un árbol por primera vez. De ahí fuimos a un vivero en el que pude conocer e informarme sobre las plantas que tienen en Israel, cómo las cuidan, los sistemas de riego que utilizan, todo el tema de la reforestación. Por último, fui al Bosque de Yatir, que es el bosque artificial más grande de Israel. Pude conocer muncho más a fondo a lo que se dedica la organización KKL. Me impresionó muchísimo que Israel, a pesar de ser un desierto, tiene plantas impresionantes que existen en países tropicales. En Panamá nos hacen falta todos estos sistemas de riego y reforestación, y creo que el KKL podría ser un buen aliado para Panamá en muchísimos sentidos.

-¿Tuvo la posibilidad de dimensionar lo que son las empresas tecnológicas en Israel?
Lamentablemente, no. Conocí muchísimas cosas interesantes pero hubo muchas otras que me quedé sin ver porque dos semanas es muy poco tiempo para visitar Israel. Espero poder regresar en un futuro, tal vez en noviembre, para poder conocer la parte tecnológica que me han dicho que es sumamente importante. Es una de mis metas para mi próximo viaje.

-A pesar de que Israel es un país en conflicto, ¿pudo sentirse segura?
Me sentí 100 porciento segura, y eso que yo viajé sola. Caminaba bastante, tomaba taxis, y nunca me sentí insegura, o que me iban a robar. Nunca sentí un conflicto de estos que siempre se ven en las noticias y, de hecho, el día que llegué hubo un ataque de palestinos. Yo traté de plasmar eso en mis redes sociales. Muchos seguidores me decían que tenían ganas de visitar Israel pero que sentían que era inseguro, sin embargo, al ver mis historias en Instagram y en Facebook, creo que ellos pudieron sentir una gran seguridad para poder visitar el país.

-¿Considera que algo de todo lo visto y aprendido podría aplicarse en Panamá?
Hay muchísimas cosas que podríamos realizar. Creo que toda la organización KKL podría aplicarse en Panamá porque es un país tropical. Me llevé muchísimas cosas lindas, pero principalmente, su cultura. Para mí, el tema de la discapacidad es muy importante y en Israel veía que respetaban los estacionamientos para personas con discapacidad, las aceras tenían el ancho suficiente para que, tanto el peatón, como madres con sus hijos, como personas con discapacidad puedan transitar. Me impresionó muchísimo porque en Panamá eso no se ve.

-¿Qué pudo llevarse de su viaje a Israel?
Pese a que soy católica, pude sentir el tema espiritual tanto en mi religión como en el judaísmo cuando fui al Muro de los Lamentos. El lugar es tan espiritual y tan lleno de energía positiva que, no siendo judía, pude sentir su religión a flor de piel. Me emocioné cuando visité el Muro de los Lamentos, cuando fui al Santo Sepulcro o cuando fui al Museo del Holocausto, y pude sentir un poco y entender los que vivieron los judíos de aquella época. Fue un viaje muy emocionante, de hecho, estaba en el aeropuerto y no me quería ir porque creo que es un país que tiene mucho que contar, mucha historia.

-¿Pudo explicarles a sus amigos en Panamá el fenómeno de esta experiencia?
Por supuesto, a donde voy, la cuento. Siempre parto por la seguridad que se siente en Israel porque es la primera pregunta que me hacen, pero además cuento lo bien que la pasé, el buen trato de las personas a pesar de que no conocía el idioma. Me gustó tanto que comencé clases de hebreo. El todo de Israel me impresionó. Si yo considerara irme de Panamá, viviría en Israel.