Agencia AJN.- Una delegación de Baréin de 25 miembros se encuentra de visita en Jerusalem en un pequeño pero significativo movimiento hacia la normalización de las relaciones entre Israel y la pequeña monarquía del Golfo.

Aunque el grupo no incluye a ningún funcionario del gobierno, su llegada el sábado a una visita de cinco días compensa una promesa del rey Hamad bin Isa Al Jalifa de permitir a sus ciudadanos viajar libremente a Israel, según explicó el rabino Abraham Cooper, el decano asociado del Centro Simon Wiesenthal, que es el anfitrión del grupo.

El decano del Centro Cooper y Wiesenthal Marvin Hier se reunió con el rey en Manama en febrero y durante esa sesión expresó su oposición al boicot a Israel y enfatizó que sus súbditos serían libres de visitarlo, según los rabinos.

«Esto no es una cuestión de gobierno a gobierno, pero está inspirado en su declaración. Dio una señal clara y aquí están», resaltó Cooper.

Los visitantes son una delegación interreligiosa afiliada a la ONG. Aproximadamente la mitad del grupo es bareiní nativo, mientras que la otra mitad está compuesta por expatriados que se convirtieron en ciudadanos de Bahrein.

«No estamos aquí para interactuar con gobiernos o políticos. Estamos aquí para hablar sobre la paz y la convivencia», expresó la líder de la delegación, Betsy Mathieson. Sin embargo, la visita enojó a los palestinos, en un momento de tremenda tensión provocada por el reconocimiento del presidente estadounidense Donald Trump de Jerusalem como capital de Israel. «Nuestra visita ha sido planeada desde hace muchos meses. No podemos dejar que nuestro mensaje de coexistencia pacífica se descarrile por algo que suceda en el mundo político», señaló Mathieson.

En cierto sentido, el viaje es el seguimiento de una visita del hijo del rey, Nasser Bin Hamad al-Khalifa, al Centro Wiesenthal en Los Ángeles en septiembre para dar a conocer la «Declaración de Tolerancia Religiosa Mundial» del rey. La declaración defiende el apoyo a la plena libertad de elección religiosa y enfatiza que los gobiernos deberían proteger a las minorías. También llama a garantizar que la religión «sirva como una bendición para toda la humanidad y una base de paz en el mundo». En ese evento, la orquesta nacional de Baréin tocó el himno nacional israelí.

Un portavoz del Instituto de Derechos y Democracia de Baréin, con sede en Londres, expresó en su momento que el rey muestra afecto hacia los judíos y se proyecta como un estadista de tolerancia religiosa para cubrir los abusos contra los derechos humanos y la persecución contra los miembros de las mayorías chiítas.

El grupo incluye musulmanes suníes y chiítas, cristianos, el líder de un templo hindú y un sij. «Esta es una verdadera comunidad representativa de Baréin», señaló. «No necesitamos el aval del gobierno, estamos viajando por nuestra cuenta. Nuestro mensaje es la coexistencia pacífica», agregó.

«Estamos aquí para hablar sobre nuestra libertad religiosa y para decir que tenemos seguridad total», destacó Mathieson, quien nació en Escocia.

«Estamos abrumados con el amor y la bondad que se nos muestra», agregó.

Cooper expresó que era significativo que el grupo había llegado a pesar de la controversia sobre la decisión de Trump. «Estamos muy animados y presionaremos para que otras delegaciones acudan lo antes posible. Con suerte, esto conducirá a más cosas buenas».

Pero Hanan Ashrawi, miembro del comité ejecutivo de la OLP, no estuvo de acuerdo con la visita: «Venir en este momento, cuando Trump ha provocado a todos y le ha dado una gran bofetada al mundo árabe, para venir en nombre de la inclusión y la tolerancia a Jerusalem en la que los palestinos que no tienen identificación de Jerusalem, no tienen acceso a Jerusalem o los sitios sagrados o sus instituciones o familias, hacer eso ahora es increíble. Es el colmo de la insensibilidad».