El representante de la Fundación Ana Frank en Argentina, Héctor Shalom, aseguró hoy en el Seminario Internacional de Buenas Prácticas contra la Discriminación, organizado por el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), que “todo fenómeno de discriminación es un acto de violencia y todo fenómeno de violencia es un acto de exclusión”.
Shalom disertó en el panel Cambio Cultural y Prevención de la Discriminación, en el que también participaron Greta Penna, miembro del Inadi, Rafael Barca, director ejecutivo de Amnesty International, y Alejandro Becerra Gelover, representante del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) de México.
“La cultura a cambiar es discriminatoria”, afirmó Shalom y recordó que Primo Levi, sobreviviente del Holocausto, se preguntaba “¿por qué los buenos no hicieron nada?” y, en la misma línea, cuestionó: “¿Por qué las personas se suman a la acción discriminadora?”
El representante de la Fundación Ana Frank en Argentina respondió que “el sujeto se protege de ser víctima” y agregó que “si pertenezco al grupo de los que se burlan, evitaré ser burlado”.
“El paradigma hoy es que si agredo, evito ser agredido, pero el nuevo paradigma debería ser que si ayudo y protejo, voy a ser protegido”, enfatizó Shalom, quien expresó que la premisa debe ser: “lo que le pasa al otro, me afecta”.
Como psicólogo, afirmó que “en las instituciones educativas la burla expulsa a los niños afuera del sistema” y que “la escuela debe construir convivencia”.
“En condiciones de violencia no es posible enseñar o aprender”, explicó.
En tanto, el director ejecutivo de Amnesty International, Rafael Barca, señaló que uno de los objetivos de la entidad es “promocionar la Declaración de los Derechos Humanos”.
“La unidad de medida para Amnesty es el individuo, por él reclama”, sostuvo Barca.
Alejandro Becerra Gelover, representante del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) de México, aseguró que “la discriminación pasa por las palabras y puede terminar en el Holocausto”.
Becerra coincidió con Shalom en que “discriminamos porque nos protegemos de ser víctimas”.
“Los que tienen poder pueden discriminar pero es un problema circular”, aseguró Becerra y explicó: “Que hoy me discriminen a mí, no quiere decir que yo mañana no pueda discriminar”.
El mexicano aseguró que “el problema de discriminación no es de minorías, sino de mayorías” y deslizó que “quizás discriminamos por venganza”.
Como docente universitario, Becerra opinó que las instituciones que enseñan la discriminación son la familia, las escuelas y los medios de comunicación masivos. “Discriminar el fácil, cómodo y ventajoso”, sostuvo.
Becerra enfatizó en que “hablar de cambio en la cultura es hablar de una o dos generaciones, pero es importante empezar ahora”.
Por su parte, Greta Penna, como representante del Inadi, aseguró que en la Argentina se llevó a cabo un “mapa de la discriminación” que arrojó, entre otros datos, que el 32 por ciento de los consultados “alguna vez en su vida, se sintió discriminado” y que la mitad de la población vivenció alguna escena de discriminación.
El estudio también señaló que los grupos más vulnerados son los pobres, las personas con sobrepeso, los que padecen de sida, los discapacitados y las minorías sexuales.
Penna señaló que en diversos estudios se vislumbró que las personas con discapacidades “son el único grupo que la gente percibe como que ‘no tienen la culpa’”.
“Los ciudadanos no pueden ser pasivos ante esta situación”, señaló la miembro del Inadi.
BK-JR