El director para América Latina del Centro Simon Wiesenthal, Sergio Widder, aseguró que “la mayoría de los argentinos judíos” caminan por las calles “sin enfrentar de manera sistemática situaciones problemáticas”.

En declaraciones a la Agencia Judía de Noticias (AJN), Widder dijo que el reciente informe difundido por la DAIA que arrojó preocupantes índices de discriminación “dejó abierto un debate” en la sociedad argentina.

“Sin duda se ha abierto un debate a partir de este informe que presentó la DAIA que indica altos niveles de prejuicio antijudío. Hay que hacer varias lecturas, una de ellas tiene que ver con un problema de prejuicio de la sociedad argentina”, puntualizó el directivo.

Para Widder, es “un desafío” que debe superar la sociedad argentina y “no es responsabilidad solo del Estado que sí tiene la responsabilidad de tomar la iniciativa a través del INADI y de programas educativos para contrarrestar el antisemitismo, considerado como una de las manifestaciones de odio que hay en la Argentina”.

No obstante, el representante del Centro Wiesenthal reconoció que “son niveles que preocupan” los dados a conocer por la DAIA a partir de un relevamiento realizado por la Universidad de la ciudad de Buenos Aires (UBA).

El director de la organización dedicada a combatir el antisemitismo consideró que los datos “hacen pensar que hay mucho por hacer y crecer como sociedad”. “Al mismo tiempo forma parte del mismo mapa y panorama. En dos años se cumplen 30 años del retorno a la democracia, hay una sociedad más plural, más abierta para aceptar la diversidad y en donde conviven esta tendencia con los prejuicios que ya existían”, añadió.

Widder consideró que “básicamente es un desafío que tiene la sociedad argentina”. “La mayoría de los argentinos judíos caminamos en la calle sin enfrentar de manera sistemática situaciones problemáticas”, agregó.

El representante del Centro Wiesenthal dijo que “hay episodios de agresiones antisemitas que generan preocupación como el que pasó hace diez días en una sinagoga en Flores”.

La referencia tiene que ver con el ataque que sufrió un religioso judío en la puerta del templo de la Comunidad Israelita Ortodoxa, en el barrio de Flores, en la ciudad de Buenos Aires.

“Es un hecho de violencia que no es cotidiano pero que preocupa, sabemos que estos loquitos sueltos son peligrosos y los loquitos sueltos también provocan masacres, por lo que hay que estar atentos”, sostuvo Widder.

Más allá de eso, indicó que el hecho se produjo hace más de diez días, la imagen del agresor quedó registrada y fue difundida en toda la Argentina, “ahora queremos saber quién es”.

El representante de la organización dedicada a la caza de nazis en el mundo afirmó que “tiene que responder el Estado (a esta problemática) con independencia de quién esté a cargo de la administración del Gobierno”.

Asimismo, el directivo indicó que “debe ser una preocupación de todo el Estado promover medidas para fortalecer la tolerancia, el respeto y la convivencia en la diversidad”.

Widder  consideró que “también hay una responsabilidad de parte de la sociedad, de distintos actores que pueden ser empresarios, sindicatos, escuelas… es algo que se tiene que abordar transversalmente en toda la sociedad”.

La DAIA presentó ayer un sondeo de opinión pública, realizado por el Instituto Gino Germani, dependiente de la Universidad de Buenos Aires,  que revela altos niveles de antisemitismo en la sociedad argentina.

El 82 por ciento de las 1.510 personas consultadas en todo el país consideró que lo que más le interesa a un judío "es hacer buenos negocios y ganar dinero", mientras el 67 por ciento opinó que "tienen demasiado poder en el mundo de los negocios".

Por otra parte, el 53 por ciento de los entrevistados respondió que los judíos "son más leales a Israel" que a Argentina y el 49 por ciento cuestionó a los judíos por hablar "demasiado" acerca del Holocausto.

Para el 54 por ciento, los judíos "son los primeros en dar la espalda a la gente necesitada".

Otros datos que la representación política de la comunidad judía argentina calificó como "preocupantes" muestran que para el 59 por ciento de los consultados les es "indistinta" la presencia de la comunidad judía en el país; el 30 por ciento "no viviría en un barrio con vecinos judíos" y que sólo el 54 por ciento se casaría con alguien de origen judío.