Las autoridades políticas y militares de Israel compartieron responsabilidades en el “fracaso” de la incursión armada a Líbano en 2006, reveló este miércoles el informe  confeccionado por una comisión jurídica.

El ex juez Eliahu Winograd, que estuvo al frente de la investigación, expuso los resultados durante una conferencia de prensa en la que, pese a las culpabilidades encontradas en el gobierno, no reclamó la renuncia del primer ministro Ehud Olmert.

El premier, dijo el ex magistrado, actuó en nombre de “los intereses de Israel” y de forma “sincera”.

“No hubo error en la decisión misma” de encarar el conflicto bélico con las milicias de Hezbollah, “a pesar de los limitados logros y el doloroso precio” pagado en vidas, expresó Winograd acerca del desempeño armado del Estado durante los 34 días que duró el enfrentamiento en Líbano.

También hizo referencia específica a la decisión de afrontar una importante incursión por tierra sobre Líbano en las últimas 60 horas de batallas. Winograd dijo que fue una determinación “esencial” aunque la operación falló en alcanzar sus objetivos.

 “Las formas en la cual la guerra fue decidida, la falta de discusión de toda alternativa y la falta de una estrategia de retirada fueron graves fallas que nublaron la guerra entera”, leyó el ex magistrado.

La campaña militar culminó sin una victoria de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y sin una respuesta “efectiva” a los ataques de Hezbollah, “una organización casi militar que hizo frente al ejército más poderoso de Medio Oriente durante semanas”, destacó el informe, de casi 500 páginas y que incluyó 74 testimonios.

Para la comisión, “las FDI fallaron en proveer una efectiva respuesta” de defensa debido a que “el lanzamiento de misiles de Hezbollah hacia el frente local israelí continuó durante toda la guerra. La vida diaria –agregó– fue interrumpida, los residentes abandonaron sus hogares y debieron ingresar en los refugios”.

Los colaboradores de Olmert se mostraron complacidos por los resultados del informe y sostuvieron que “muchas personas le deben una disculpa” al premier por el “asesinato de su personaje”, informó la prensa israelí.

Una declaración de la Oficina del Primer Ministro agradeció a los miembros del comité por su fuerte trabajo y aseguró que planea estudiar el reporte minuciosamente.

Olmert “tuvo y tiene completa fe en las FDI, en sus comandantes, en sus soldados y en sus habilidades. Las FDI continúan y van a continuar mejorando y creciendo fuertemente y estarán listas para cualquier desafío y riesgo”.

El líder del partido Meretz, el legislador Yossi Beilin, así como otros diputados de la oposición, afirmó que el reporte “refuerza la impresión de que una decisión crítica para el futuro de Israel fue tomada sin juicio y sin entendimiento de los potenciales resultados”.

“Si el premier entiende que conlleva una responsabilidad personal, la única conclusión no es que él es el único que puede enmendar sus errores, sino también que debe renunciar”, exclamó Beilin.

La primera parte del informe, publicada en abril de 2007, provocó la renuncia del ex ministro de Defensa, Amir Peretz, y todavía se esperan repercusiones en relación al actual ministro, Ehud Barak.

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