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Cientos de miles de egipcios anti-gobierno se pararon firmes en la Plaza Tahrir del Cairo por el día Nº17 hoy, a pesar de la advertencia del ministro de relaciones exteriores, Aboul Gheit, de que los militares deberían intervenir si continúan las demonstraciones.

Cientos habían acampado a la noche en y alrededor de la plaza, a la vista de los edificios parlamentarios. Al Jazeera informó que cerca de un millón de personas se habían juntado.

Están demandando mayores salarios, reformas políticas y la retirada del presidente Hosni Mubarak, y no parecen aplacarse por las recientes promesas del gobierno de reformas.

Aboul-Gheit, en entrevistas con medios árabes y americanos, advirtió que si la oposición sigue con sus demandas para que Mubarak se baje de su mandato, las fuerzas armadas deberían ser forzadas a la acción.

“Si hace erupción el caos las fuerzas armadas estarán forzadas a intervenir para poner al país bajo control”, dijo en una entrevista emitida por Al Arabiya hoy.

“Tal paso podría llevara a una situación muy peligrosa”, agregó. Anoche, le dijo a la televisión americana PBS que el liderazgo militar sería una  “política muy peligrosa”.

Los manifestantes pidieron una segunda “marcha de un millón” para el viernes.

Hoy, cerca de 5.000 personas del staff médico y estudiantes del hospital Kasr al-Ainy se unieron a la protesta principal. Los manifestantes heridos en choques con la policía al comienzo de las demonstraciones masivas fueron tratados en el hospital.

Miembros del Sindicato de Abogados se estaban moviendo hacia la Plaza Tahrir. Un largo cartel afuera del edifico del sindicato declaraba el apoyo a los manifestantes.

Trabajadores del sector público y privado en varias partes del país hicieron huelgas esta semana, con muchos uniéndose a las protestas en ciudades como Suez e Ismailiya, que está al lado del Canal de Suez.

Los servicios de trenes se suspendieron hoy ya que 3.000 trabajadores entraron en el segundo día de huelgas.

 

JC