El vicedirector en Miami del Comité Judío Americano, Juan Dircie, advirtió ayer que la relación de Venezuela con Irán es “inédita” para un país de Latinoamérica y que “el judío se convirtió en el chivo expiatorio de una revolución”.
En el marco de la visita al Seminario Rabínico Latinoamericano, Dircie comentó acerca de la situación que vive la comunidad judía venezolana y sostuvo que Venezuela estableció una relación con Irán que “es absolutamente inédita para un país latinoamericano”.
“¿Qué hace este gobierno de Venezuela estableciendo relaciones carnales con Irán cuando Irán es responsable directo por la justicia argentina del atentado a ciudadanos argentinos en territorio argentino?”, se preguntó el representante del AJC, en referencia al atentado a la AMIA, ocurrido en 1994.
Dircie agregó que “cualquier país es libre de establecer relaciones con quien quiere, pero en Argentina no hace falta hablar de quién es Irán ni a quién financia, todos sabemos que es a Hamas y Hezbollah”.
“Es claro que el gobierno de (el presidente venezolano, Hugo) Chávez es el que abre la puerta a Irán”, sostuvo y alertó que esto propicia “la presencia de Irán en todo el continente porque a los iraníes que llegan se les da un pasaporte venezolano y se pueden mover libremente por todo el continente”.
Dircie señaló que no se espera un atentado en Venezuela, como el ocurrido en Buenos Aires, “hasta que el gobierno lo propicie directamente”.
“Chávez manifiesta un antisemitismo a ultranza y la bandera que levanta es la de la revolución contra Estados Unidos”, sostuvo el vicedirector del AJC en Miami, además de señalar que “el judío se convirtió en el chivo expiatorio de una revolución”.
“Como comunidad judía, tenemos la posibilidad de que nuestro reclamo se escuche pero lo más importante es que los gobiernos de Latinoamérica escucharon que las comunidades judías en el mundo no van a permitir que la comunidad judía de Venezuela sea vista como el chivo expiatorio de este proceso”, sostuvo Dircie.
El vicedirector en Miami del AJC explicó que, hasta la llegada al gobierno de Chávez, la comunidad judía tenía 22 mil miembros, era una comunidad “vibrante” y, no sólo nunca había sufrido discriminación de ningún tipo, sino que formaba parte de la vida del país en forma activa. 
Dircie comentó que desde noviembre de 2004, cuando un grupo armado irrumpió en la sede del centro deportivo Hebraica para allanar las instalaciones en busca de armas, se rompieron los canales de comunicación entre el gobierno y los miembros de la comunidad judía.
“Se crea esta situación donde la comunidad judía siente que no tiene respuesta a sus derechos como ciudadanos venezolanos. Muchos miembros de la comunidad entienden que esto es un proceso que va a ir creciendo. Muchos de los judíos entienden que hasta acá se llegó y empieza un proceso de emigración muy importante”, señaló Dircie.
De esta manera, de ser 22 mil, la comunidad judía venezolana pasó a estar compuesta por 14 mil miembros.
Dircie comentó también sobre el ataque a la sinagoga en Caracas que ocurrió en enero de este año y remarcó que, además de tener “un neto corte antisemita”, lo más preocupante fue que se llevaron las computadoras con los datos de los miembros de la comunidad.
El vicedirector del AJC en Miami advirtió que este hecho estuvo enmarcado “en una sociedad donde el secuestro y la violencia es moneda corriente”.
Ante este incidente, el AJC encabezó un acto en Miami en el que convocó a judíos y no judíos de la ciudad, muchos de ellos inmigrantes latinoamericanos, a protestar contra el antisemitismo en Venezuela, y que generó que el gobierno de Chávez citara a la comunidad judía y anunciara que encontraron once sospechosos por el incidente en la sinagoga.
“El gobierno reaccionó, por primera vez, ante esta crítica tan fuerte de falta de diálogo y de comunicación y nos da a entender que los grupos de presión en el exterior tienen una fuerza de influencia mucho más grande de la que algunos piensan”, reflexionó.
Y agregó: “El mensaje de la comunidad judía venezolana es muy claro: ‘Queremos quedarnos a vivir en Venezuela’”.
Con respecto al futuro de la comunidad, Dircie advirtió que muchos miembros planean dejar el país y que muchos otros lo harán forzados ya que “la industria privada va a ir perdiendo terreno” y porque se planea aprobar una ley de educación que ya no contemplaría a la educación privada.
“Si el gobierno aprueba la ley de educación que se contempló, donde no va a existir la educación privada, y la escuela judía tiene que cerrar, esa es la línea roja. Se acabó la experiencia judía en Venezuela como la conocemos porque el 90 por ciento de los chicos judíos van a escuelas judías”, alertó.
JR