Al cumplirse el 66º aniversario del inicio del Levantamiento del Ghetto de Varsovia se realizó un acto en la sede el Museo del Holocausto-Shoá, que contó con la presencia del embajador del Estado de Israel en Argentina, Daniel Gazit, y de representantes diplomáticos, entre otros los embajadores de Francia y Austria.

La vicepresidenta de la Fundación Memoria del Holocausto, Sima Weingarten, se dirigió a los presentes afirmando: “Evocamos con admiración y respeto los nombres de Mordejai Anilewicz, Antek Zukerman, Tzivia Lubetkin, Jaika Groisman y a otros héroes y mártires anónimos que en un acto de extrema valentía, el 19 de abril de 1943 se sublevaron y lucharon hasta sus últimas fuerzas contra el asesino nazi. Se trataba de un grupo de héroes que intentaron reivindicar la dignidad del hombre mancillada por la crueldad impiadosa del régimen de terror más nefasto que haya conocido la humanidad (…) Los héroes del Levantamiento de Ghetto de Varsovia permanecen vivos en la memoria de los pueblos como protagonistas de una gesta de libertad sin parangón. Los ecos de su heroicidad resuenan en nuestros corazones y nos convocan a no olvidar, a mantener viva la memoria de las injusticias cometidas contra los millones de inocentes. Debemos sostener un mandato ético irrenunciable: el sagrado deber de la memoria, que nos conmina a no olvidar, no sólo para honrar a las víctimas sino además para fortalecer la conciencia política destinada a evitar que actos antijudíos como los que hemos padecido últimamente aquí, y en otras latitudes, prosperen bajo cualquier pretexto. Estemos atentos a toda forma de negacionismo, que no significa ni confusión ni desconocimiento, sino que es puro antisemitismo, que puede tomar distintas formas, pero que finalmente representa un burdo modo de justificación de los hechos aberrantes del nazismo”.

Seguidamente se prendieron 6 velas, como símbolo de los 6.000.000 de judíos exterminados por el nazismo y se pronunciaron las oraciones fúnebres tradicionales del pueblo judío: Kel Male Rajamín (Que el Creador nos llene de misericordia) y el Izcor.

La sobreviviente Raia Mazur de Sznaiderhaus brindó su testimonio: “Soy sobreviviente de la de la Shoá, han pasado más de 60 años y aunque hay algunos que lo niegan, yo soy un fiel testigo sobreviviente del Holocausto. Es posible olvidar el mayor genocidio del mundo entero, donde fueron masacrados 6.000.000 de seres humanos, entre ellos un millón y medio de niños, por el solo hecho de ser judíos (…) Pero mientras viva y tenga uso de razón contaré los horrores del campo de exterminio, el humo negro del crematorio, que funcionaba las 24 horas, sobre este genocidio imperdonable, nunca olvidare a mi familia asesinada, los he perdido y los he amado. El 11 de marzo de 1945 fue mi día de triunfó: sobreviví, sobreviví a la Marcha de la Muerte, sobreviví al Holocausto con 16 años y 25 kilos de peso, y tomé el compromiso de hablar y de luchar por el nunca más, por el respeto al diferente, por las futuras generaciones, por la paz en el mundo, por la vida y la memoria”.

Ana María Rabaglia, Subsecretaria de Educación del Gobierno Autónomo de la Ciudad de Buenos Aires, fue invitada a hacer uso de la palabra y expresó que estaba muy emocionada en compartir con los asistentes la conmemoración y resaltar el compromiso del Ministerio de Educación de la ciudad en trasmitir a los alumnos de todas las escuelas “las terribles situaciones que se vivieron y que se está conmemorando esta noche”.

El Coro popular judío Mordje Gebirtig cantó durante el acto varias canciones alegóricas en idish. Luego de entonar los presentes el Himno de los Partisanos, la concurrencia, que colmó el salón de actos de la institución, se dirigió a la Sala de la Memoria del Museo del Holocausto-Shoá donde se rindió homenaje a las comunidades judías arrasadas por el nazismo.

EACh.