Residentes judíos en Gran Bretaña describieron la gran conmoción y furia que se generó en ese país tras el brutal asesinato de un soldado a manos de dos fanáticos musulmanes en Woolwich, en el sureste de Londres.

El hombre asesinado era el baterista Lee Rigby, del Segundo Batallón del ejército británico.

"Hay cólera en Londres, las sensaciones son muy malas", dijo un residente judío de Golders Green al portal de noticias de Arutz Sheva.

"Londres está teniendo dificultades para hacer frente a este tipo de terror cruel de los musulmanes que decapitaron a un soldado, lo que es un acto imperdonable…", agregó.

Lo cierto es que este incidente generó disturbios y enfrentamientos en diferentes partes de Londres, y se informó que dos mezquitas fueron atacadas.

El primer ministro David Cameron dijo que el ataque fue "verdaderamente sorprendente".

El incidente obligó a Cameron a interrumpir su visita a París y regresó a Londres con el fin de convocar al gabinete de seguridad.

La ministra del Interior Theresa May describió el ataque como "repugnante y bárbara".

La policía confirmó que dos hombres fueron detenidos en relación con el brutal asesinato.

En los últimos años, los musulmanes llegaron a ser dominante en varios barrios de Londres, y distintos informes indicaban que los fundamentalistas tratan de hacer cumplir la ley islámica en los barrios.

En las horas siguientes al ataque, unos 250 partidarios del grupo anti-islamista Liga de Defensa Inglesa (EDL, por sus siglas en inglés) se reunieron en la estación de tren de Woolwich.

Según el Huffington Post, el grupo lanzó botellas y mantuvo algunos enfrentamientos con la policía, pero luego fueron dispersados.

El líder de la EDL, Tommy Robinson, dijo: "Están cortando las cabezas de nuestros soldados, ¿esto es el Islam? Eso es lo que hemos visto hoy… Nuestra próxima generación está aprendiendo en las escuelas que el Islam es una religión de paz. No lo es. Nunca lo ha sido. Lo que viste hoy es el Islam", agregó.

El ataque fue capturado en video, y muestra claramente a los terroristas con sangre en sus manos y un gran cuchillo o machete.

Testigos presenciales dijeron que los atacantes gritaron consignas islámicas, ya que decapitaron al hombre a plena luz del día.

GB