Por Martín Solzi

Agencia AJN.-Paula Ugarte es argentina, tiene 34 años y es futbolista profesional. Comenzó su carrera en el club UAI Urquiza de Buenos Aires, de ahí se fue a Ferroviaria de Brasil, después pasó a Israel, luego a Hungría, volvió a la UAI y la última temporada estuvo nuevamente jugando en Israel.

En una entrevista con la Agencia AJN, Ugarte aseguró: “Israel es un país que te cambia absolutamente todo, es muy diferente a lo que es Argentina, y fue impactante. Cuando empecé a entender ciertas cosas de su cultura y de la forma de pensar de la gente me empezó a gustar”.

‘‘Una vez estaba jugando al fútbol en un parque y un señor que pasó se sumó a jugar con nosotras y nos invitó a mí y a dos amigas a su casa para shabat (el día de descanso semanal), y fue una experiencia increíble y super enriquecedora. Y eso en Argentina sería imposible, porque si te invita un desconocido a la casa vas a pensar que te quiere robar. Me encanta cómo funciona a nivel país y como respetan su historia, la pertenencia que tiene la gente. Además de que es un país en el que me sentí muy segura en todo momento’’, destacó.

¿Cuándo conociste Israel?

En 2017, cuando fui a jugar al Hapoel Petah Tikva, una ciudad que está a 15 kilómetros de Tel Aviv. Estuve nueve meses, por una temporada. Y volví a ir el año pasado para jugar en el Maccabi Kishronot Hadera, donde también estuve una temporada. En Hadera estaba más al norte, a la mitad de la distancia entre Tel Aviv y Haifa.

Paula Ugarte en Tel Aviv.

¿Como surge la posibilidad de jugar en Israel?

Yo estaba jugando en Brasil y conocí a unos representantes que me hicieron llegar una propuesta para ir a Israel. Busqué información del país, ya que me dio curiosidad, y me pareció una posibilidad muy interesante tanto desde lo futbolístico como lo cultural.

¿Cómo fue la adaptación en Israel?

Al principio fue difícil, ya que casi no sabía hablar inglés, solo lo básico. Y porque fue un cambio fuerte, Israel es un país que te cambia absolutamente todo, es muy diferente a lo que es Argentina, y fue impactante. Cuando empecé a entender ciertas cosas de su cultura y de la forma de pensar de la gente me empezó a gustar. Hoy en día te puedo decir que amo a Israel, pero al principio al no poder comunicarme y tener la barrera del idioma todo era muy complicado. Porque si yo quería hacer algo con alguien no tenía cómo relacionarme, y eso hacía que no salga mucho, que me quede más que nada en mi casa y salga solo para entrenar o ir al supermercado. Estaba como en mi burbuja.

En un momento me puse a estudiar inglés y a medida que fui aprendiendo fui conociendo a la gente. Me compré una bicicleta eléctrica y empecé a ir para todos lados. Ahí se me abrió el panorama y me dieron muchas ganas de recorrer el país, de conocer la cultura. Y todo eso pude hacerlo a través del inglés, sin eso quizá me hubiese quedado encerrada todo el tiempo y no tendría la mirada que tengo actualmente del país y de la gente. Yo creo que la comunicación lo es todo, porque yo podía irme a la playa a tomar unos mates, pero estaba sola. Y podés estar sola un rato, un mes capaz, pero después necesitas estar en contacto con la gente.

¿Cuáles son las principales diferencias que notaste entre Israel y Argentina?

La forma de pensar de la gente, la cultura del país, la educación, el país en sí mismo, la sociedad, hasta la forma de manejar que tienen, todo es diferente.

¿Conociste argentinos o latinos en Israel?

La primera vez que fui, viví con una brasileña y después conocí también a través del fútbol a una chica argentina que ya vivía en Israel. Además jugué con una chilena que hace 15 años vive allá. Y la segunda vez que fui conocí a muchos latinos pero no relacionados con el fútbol, sino que quizás me los cruzaba en la playa y nos poníamos a hablar.

¿Cuál es la situación del fútbol femenino en Israel, tienen reconocimiento por parte de la sociedad?

Sí bien ahora se hicieron los contratos profesionales, es más o menos parecida a la del fútbol femenino en el resto del mundo. Falta que crezca mucho, no hay reconocimiento en ese sentido y no tiene casi nada de prensa. Sin embargo, si tuviera la posibilidad de volver a la liga israelí sin duda lo haría, fue una experiencia super enriquecedora en lo deportivo pero también en lo humano. Porque a mí me marcó un montón Israel, estoy agradecida de haber ido, y esa posibilidad me la dio el fútbol. Ir a Israel me abrió la cabeza, conocer la cultura israelí fue increíble para mí.

¿Cómo calificarías tu experiencia en Israel?

Si tuviera que puntuarla te diría un 9. A pesar de que al principio me costó, porque la gente es muy directa y eso me parecía muy chocante y hasta agresivo te diría. Por ejemplo en el supermercado te llevaban por delante y no te pedían disculpas, y yo me re enojaba al principio. O por ahí tenes puesto un gorrito que no le gusta a la otra persona y te dicen ‘que feo el gorro que tenés puesto’. Pero con el tiempo entendí que es parte de su educación y de su cultura, que era una característica de la sociedad. El israelí vive apurado, a un ritmo muy alto, y la que tenía que adaptarse era yo a ellos y no ellos a mí.

Por otro lado, la gente siempre me trató muy bien, un montón de personas me abrieron las puertas de sus casas, son muy familieros, tienen muchas festividades en donde se reúnen y me invitaban, porque son buena gente. Por ejemplo una vez estaba jugando al fútbol en un parque y un señor que pasó se sumó a jugar con nosotras y nos invitó a mí y a dos amigas a su casa para shabat, y fue una experiencia increíble y super enriquecedora. Y eso en Argentina sería imposible, porque si te invita un desconocido a la casa vas a pensar que te quiere robar. Me encanta cómo funciona a nivel país y como respetan su historia, la pertenencia que tiene la gente. Además de que es un país en el que me sentí muy segura en todo momento.

¿En qué sentido te sentías segura?

Nunca tuve miedo de caminar en la calle, es totalmente diferente a la situación de Argentina. Nunca vi un hecho de inseguridad, nunca vi un robo. Lo que si me llamaba mucho la atención y es algo muy divertido, es que el delivery entre al edificio y llegue hasta la puerta del departamento. Por ejemplo pedís una pizza y él sube hasta arriba e incluso entra al departamento y te deja el pedido en la cocina, eso en Argentina no podría pasar.

¿Qué pasó con tus amigos y familia cuando les dijiste que te ibas a Israel?

No lo podían creer, me decían ¿a Israel te vas? Y yo les decía que ya había visto mil videos y leído mucho sobre su historia y que tenía muchas ganas de conocerlo. Algunos familiares y amigos me dijeron que tenga cuidado del país al que venía, porque estaba siempre en guerra. Pero actualmente yo les puedo contar a ellos que no es así, que todo lo que se dice no es cierto. Es más, y esto lo digo siempre, yo tuve la posibilidad de estar en Alemania, España y muchos países de Europa, y para mí Israel es el país más avanzado de todos los que conocí, es un país de primerísimo mundo.

¿Qué es lo que más te gusta de Israel?

Primero que todo el país, que me parece super lindo. La comida me gusta muchísimo, especialmente el falafel, el hummus y la jina. Algo que me gustaba mucho es cuando me invitaban a pasar shabat a la casa de alguien, me sorprendía ver la cantidad y variedad de comida que preparaban, y lo hacen con alegría, con amor, sin quejarse. Como que es un ritual familiar y de la casa. El hebreo me gusta mucho como suena, me parece interesante, me encantaría aprenderlo pero es muy complicado. Sé algunas palabras pero sueltas. Creo que entiendo más de lo que puedo hablar. Tengo un abecedario con todas las letras y he intentado aprenderlo pero es difícil.

¿Qué te sorprendió de Israel?

No me imaginaba para nada lo que es. Es como un país que la gente lo quiere, su propia gente. Me gustó de entrada que esté todo bien organizado, y eso lo vi ni bien llegué al aeropuerto y me llevó el taxi a mi casa. Me di cuenta muy rápido que era un país muy desarrollado.

Paula Ugarte en Galilea.

¿Qué prejuicios tenías antes de ir a Israel?

Pensaba que el tema del idioma iba a ser muy difícil y así lo fue. En relación al fútbol pensé que iba a ser un nivel mediocre y me sorprendió para bien, la liga está buena y es competitiva, ya que todos los clubes tienen 5 cupos para jugadoras extranjeras. Yo creía que el nivel no iba a ser bueno pero me equivoqué.

¿Qué fue lo mejor que tocó vivir en Israel?

La parte deportiva por un lado y por otro la gente que conocí y las experiencias que viví con ellos y viajando por el país.

¿Te irías a vivir a Israel en el futuro?

Sí, me iría sin dudarlo. Si existe la posibilidad en el futuro me encantaría. Me re veo viviendo en Israel. Me encantaría ir con mis seres queridos, con mi familia. Para que ellos conozcan lo que es Israel y puedan expandir la cabeza y ver qué es posible una vida diferente.

Porque allá la vida es diferente, en Argentina cuesta todo más. En Israel las cosas valen lo que valen y eso está bien. Si bien obviamente los israelíes también tienen sus problemas y se hacen mala sangre, no se compara con Argentina. Porque la manera en la que pasan su vida, cómo la transcurren, es totalmente diferente.