AJN (Por Lic. Claudio Gustavo Goldman).- El viernes se cumplió el primer aniversario del secuestro y posterior asesinato de Gil-Ad Shaer, Naftali Fraenkel y Eyal Yifrah, tres adolescentes israelíes, estudiantes de ieshivá, que “hacían dedo” en las afueras del asentamiento de Alón Shvut, en Judea.

Este trágico hecho fue uno de los detonantes de la Operación Margen Protector, luego devenida Guerra de Gaza.

A un año del acontecimiento que conmovió y movilizó a la sociedad israelí y al pueblo judío en la Diáspora, la Agencia Judía de Noticias (AJN) volvió a entrevistar en exclusiva a Rachelle Sprecher Frenkel, la madre de Naftali (ambos en la foto), entonces de 16 años, quien junto con su familia dejaron su hogar en Nof Ayalon y se mudaron al centro del país.

“Estamos bien, constantemente en contacto” con las familias de Gil-Ad, que vivía en Talmón y tenía la misma edad que su hijo, y de Eyal, de 19, oriundo de Elad, informó.

Rachelle dijo no tener problema de hablar de lo ocurrido hace justo un año -“recuerdo todo, era muy consciente de lo que pasaba”-, pero no abundó en detalles: “todo comenzó la noche que los policías empezaron a buscarlos y luego continuaron 18 días muy intensos; manteníamos la esperanza de encontrarlos con vida, mientras tratábamos de ver qué podíamos hacer y cuál podía ser nuestro rol, y después vino la semana de duelo y todo este año que pasó”.

Las familias sintieron “totalmente” el acompañamiento de la sociedad israelí y del judaísmo diaspórico, y aún hoy perciben “mucho” apoyo, destacó.

Hace un año “recibimos a casi todas las familias, e incluso personas de la lejana Argentina estuvieron en casa; la gente venía a ver en qué nos podía ayudar, a solidarizarse con nosotros o a ofrecernos sus contactos con algún político de cualquier parte del mundo, y también llegaron soldados, sus familiares y gente de inteligencia y del gobierno”, rememoró esta maestra que tiene otros dos hijos varones y cuatro niñas.

“Hubo una solidaridad fuera de lo normal de todo el Pueblo de Israel, incluso durante la Guerra (de Gaza); algunos rezaron, hicieron buenas acciones y otras cosas positivas para confortarnos”, agradeció.

Las muestras de empatía no concluyeron con el entierro, ni el período de duelo, y la mamá de Naftali tiene muchas anécdotas al respecto.

Por ejemplo, “seis meses después quise viajar al exterior con mi familia y cuando fui a actualizar el pasaporte tuve que encontrarme con alguien cuya función es certificar tu identidad”, contó a AJN.

“Parecía estar muy congestionada, pero cuando me fijé bien, vi que lágrimas rodaban por sus mejillas y se disculpó porque dijo que yo ‘viví’ en su casa todo ese verano (boreal); cuando estuve en el exterior, tres personas me dijeron exactamente la misma frase”, relató Rachelle.

“Y recientemente, con el proyecto del Día de la Unión para agregar luz al Pueblo de Israel, en el aniversario del secuestro, cada persona a la que recurrimos quiso ayudar y ser parte de esto; notamos mucho compromiso y motivación”, agregó.

En ese marco, “la semana pasada hicimos muchas actividades alusivas, además de una ceremonia recordatoria”, completó la madre de Naftali.

Por ejemplo, el miércoles entregaron el Premio Jerusalem a la Unidad en tres categorías: Individuos u organizaciones, Iniciativas sociales, e Israel y la Diáspora, con la presencia del presidente de Israel, Reuven Rivlin, y el alcalde capitalino, Nir Barkat.

“Obviamente que (el apoyo) no se mantuvo con la misma fuerza que el año pasado, en el medio hubo elecciones y muchos acontecimientos, pero todavía queda un rincón muy fuerte de identificación y voluntad de seguir vinculados con nosotros y mantener todo lo bueno que pasó en esa época”, remarcó.

Respecto del secuestro y homicidio de su hijo y los otros adolescentes, Rachelle informó que “hubo más de 20 personas involucradas en la organización del crimen, algunos pertenecientes a Hamas y otros que viven en Gaza”.

“Sobre estos últimos no tengo idea, pero del resto, muchas personas fueron detenidas y algunos todavía están en la cárcel, mientras que de los tres que estuvieron involucrados en los hechos de esa noche en particular, dos (Marwan Kawasme y Amar Abu Aisha) murieron en un enfrentamiento (con el Ejército israelí) en Jebrón, tres meses después (23/9/14), el día anterior a Rosh Hashaná (Año Nuevo judío), y el restante (Hussam Hassan Kawasme) fue enjuiciado, confesó, contó todo lo que pasó y fue condenado a triple cadena perpetua” por el Tribunal Militar de Oler, el 31 de diciembre, tras haber sido arrestado el 11 de julio, actualizó.

Este último ya estuvo en prisión entre 1995 y 2002 por terrorismo, incluidos ataques con bombas.

“En este año que pasó hubo muchos otros atentados, incluso en la vereda de enfrente de donde se detuvo el auto que secuestró a nuestros chicos”, enfatizó la madre de Naftali.

Un año después, “nuestras vidas son completamente normales, y pese a que hubo un montón de incidentes en Tel Aviv, Jerusalem, Haifa, etc., tratamos de criar a nuestros hijos con libertad, para que se sientan felices y en casa” porque “uno puede decirles a los chicos que no hagan tonterías, pero lo que no te pasa ‘haciendo dedo’ te puede ocurrir en un taxi, un colectivo o mientras dormís en cualquier parte de Israel”, reconoció en la entrevista exclusiva con AJN.

“No parece simple que podamos vivir en paz (con los palestinos y los países árabes enemigos); me alegraría que así fuera, pero no soy ingenua”, finalizó con resignación Rachelle, quien fue distinguida como una de los 50 judíos más influyentes del mundo en 2014 por el diario israelí The Jerusalem Post.

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