El Tribunal Oral en lo Federal Criminal de Tucumán, que condenó a prisión perpetua a los represores Antonio Bussi y Luciano Benjamín Menéndez basó su condena en una teoría que se utilizó para culpar a los jerarcas nazis en los crímenes de lesa humanidad perpetrados en la Segunda Guerra Mundial.
Así, se justificó que Bussi y Menéndez estuvieron vinculados y son culpables del secuestro y desaparición del senador provincial justicialista Guillermo Vargas Aignasse
“Que se lo compare a los delitos gravísimos y aberrantes que cometieron los nazis me parece que también es encuadrarlo jurídica pero también moralmente en acciones realmente aberrantes y totalmente delictivas”, aseguró la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, a la Agencia Judía de Noticias (AJN).
Carlotto agregó que “juzgan el delito, el horror y el sadismo de la conducta delictiva”.
El Tribunal tucumano explicó que "el ejecutor no opera como una persona individual, sino como una pieza dentro de un engranaje mecánico", lo que significa que la persona que da la orden controla por completo el esquema de ejecución.
La condena, cuyos fundamentos se dieron a conocer ayer, se basó en la teoría del dominio del hecho y la responsabilidad del llamado “hombre de atrás”, de Claus Roxin, con la cual se culpó a los jerarcas nazis luego de la Segunda Guerra Mundial.
“La teoría del dominio del hecho por aparatos organizados de poder es un recurso teórico importante para resolver la imputación de hechos a aquellos autores que no fueron directos pero que, por su ubicación en la estructura jerárquica del Ejército, de la Policía o de la fuerza de seguridad involucrada, hayan tenido un estricto dominio del hecho (ilícito) por medio de ejecutores fungibles”, afirmó el fallo, dejando establecido que aquellos son lo que Roxin llamó el “hombre de atrás”.
Tanto Bussi como Menéndez fueron hallados culpables de asociación ilícita, violación de domicilio, privación ilegítima agravada, imposición de tormentos agravada y homicidio agravado por alevosía para lograr la impunidad, enmarcados en los crímenes de lesa humanidad.
“Que hayan sido condenados por asociación ilícita es en realidad algo bueno porque es más sencillo de probar qué es lo que hicieron”, explicó Carlotto, quien agregó que “estas personas se juntaron para delinquir, lo cual es una buena herramienta jurídica”.
Los fundamentos de la sentencia fueron leídos ayer durante siete horas.
JR-GB