Autor: Barak Ravid. Traducción: Fernando Olschansky

La huelga parcial declarada por el comité de trabajadores del Ministerio de Relaciones Exteriores la semana pasada podrían convertirse en cuestión de días en un cese total de actividades, según estimaron altos funcionarios de ese ministerio. ¿Cómo se palpará esto en el día a día? Con el cierre de todas las embajadas de Israel en el mundo y la parálisis completa del sistema diplomático israelí.

La semana pasada estalló el proceso de mediación entre el Ministerio de Finanzas y el comité de empleados del Ministerio de Relaciones Exteriores, que desde los últimos siete meses es manejado por el ex presidente del Tribunal de Trabajo, juez Dimus Steve Adler.

Funcionarios de ambos ministerios sostienen que los representantes de los trabajadores se retiraron del proceso de mediación debido a que entendieron que Adler iba a aceptar la propuesta del Ministerio de Finanzas, como base para una solución.

El proyecto borrador del Ministerio de Finanzas, el cual fue publicado la semana pasada en la edición económica del diario israelí Haaretz, The Marker, no incluía aumentos salariales a los trabajadores del Ministerio de Relaciones Exteriores, pero sí incluía soluciones a algunos de sus problemas derivados como ser la ayuda a las parejas de los diplomáticos para encontrar trabajo luego de regresar al país de una misión en el extranjero y otros. El costo de la oferta de la cartera liderada por Yair Lapid, incluyó beneficios de más de 50 millones de shekalim.

No obstante, la propuesta de Finanzas incluye también el requisito de una reforma estructural en la que puedan la dirigencia del Ministerio de Relaciones Exteriores incluir diplomáticos a segundas misiones al extranjero, según las necesidades del sistema, contrariamente a la actual situación en la que solamente en la primera misión debe salir a cada objetivo que se le determine.

Además, Finanzas exigió que el período máximo del servicio en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, entre las misiones al extranjero, no podrá exceder los cuatro años. La salida a una tarea de representación al extranjero será una condición previa para la promoción en la carrera diplomática.

El comité de empleados de Relaciones Exteriores afirma que decidió abandonar el proceso de conciliación debido a que los representantes de Finanzas no cooperaron de manera seria y presentaron una propuesta “reciclada” que no responde a los problemas de los diplomáticos y sus familias.

“Gran parte de la propuesta presentada por Finanzas ya existe en la práctica desde hace años, y en algunos otros casos se trata de condiciones dadas en el pasado a los trabajadores y sus parejas de manera unilateral”, dijo el presidente del comité de empleados del Ministerio de Relaciones Exteriores, Yair Frommer.

Frommer señaló además que los argumentos de Finanzas son “completamente distorsionados y engañosos. Luego de un chequeo con profesionales se reveló que su propuesta traerá un incremento de solo uno por ciento en el salario, y a cambio la dirigencia recibirá la potestad de despedir a los empleados”.

“La intención de Finanzas es frustrar cualquier posibilidad de alcanzar un acuerdo. Los trabajadores del Ministerio de Relaciones Exteriores no permitirán a Finanzas destruya la diplomacia israelí”, indicó.

Tras el retiro del proceso de mediación, el comité de empleados de Relaciones Exteriores anunció la renovación de la huelga con las medidas más fuertes en los últimos siete años. En este marco, cesaron los servicios consulares a los israelíes en el Estado judío y el extranjero, como por ejemplo la emisión de pasaportes y documentaciones para viajeros en las embajadas de Israel en el mundo.

Asimismo, fueron interrumpidas todas las actividades relacionadas a las visitas oficiales a Israel y de funcionarios israelíes al extranjero. De esta forma es que peligra la visita del Papa Francisco a Israel en mayo de este año, y el viaje del primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, a Colombia y México, así como la visita oficial del presidente Shimon Peres a Austria a fines de marzo.

También, como parte de las medidas de protesta se suspendieron los nombramientos políticos de embajadores y la emisión de pasaportes diplomáticos para los funcionarios israelíes.

Además se cesó de entregar cables diplomáticos del Ministerio de Relaciones Exteriores a la comunidad de Inteligencia y las fuerzas de Seguridad, se detuvieron los tratamientos de acuerdos económicos que promueven el comercio y se congelaron todas las actividades de Hasbará (actividad política israelí tendiente a presentar posición israelí frente a sus problemas regionales). De esta forma, por ejemplo, representantes israelíes en el mundo no emitieron declaraciones a políticos y periodistas, respecto a la confiscación la última semana de una embarcación proveniente de Irán que transportaba armamentos.

En este contexto, los diplomáticos fueron instruidos para cortar todos los lazos con las agencias de la ONU en Nueva York, Viena y Ginebra, no presentarse en los debates del Consejo de Seguridad, no participar en votaciones y no adoptar medidas en actividades políticas o de propaganda política.

De esta manera, la delegación israelí en la ONU no peticionó ante el organismo de la ONU, encargado de las sanciones internacionales para informar sobre la captura de una embarcación con bandera iraní, que transportaba armamentos. Como consecuencia, no se abrirá una investigación internacional sobre el incidente.

A principios de esta semana se produjo un mayor deterioro en la huelga, ya que los diplomáticos israelíes fueron instruidos para que no realicen ninguna actividad fuera de las paredes de las representaciones diplomáticas en el extranjero o de la sede del ministerio en Jerusalem.

“Toda transferencia de información por necesidades laborales se hará por medio del correo diplomático únicamente”, anunció la directiva enviada a los empleados. “No se podrá hacer ninguna correspondencia por medios electrónicos, como telegramas, correos electrónicos, SMS, Fax, etc. Todo mensaje que llegue por medios electrónicos se eliminará y no recibirá tratamiento. Tampoco habrá correos diplomáticos a otras oficinas de Gobierno”, rezó la misiva.

Además se impartió la directiva de cortar lazos con el director general del ministerio y cesar la transferencia de documentaciones al viceministro Zeev Elkin y el ministro Avigdor Lieberman.

El comité de empleados sostuvo que el director general, Nissim Ben-Shitrit, actuó para eludir las medidas, en especial en todo lo relacionado con la visita del primer ministro británico a Israel. “El comité de empleados no obró bien”, dijo un miembro de alto rango del Ministerio de Relaciones Exteriores. “En lugar de captar a Lieberman para que intervenga en la crisis frente al ministro de Finanzas Lapid, estos iniciaron un conflicto. En lugar de usar las conexión y experiencia del director general para recibir ayuda en estos temas, decidieron boicotearlo”.

El lunes tuvo lugar una reunión de los miembros del comité con trabajadores de Exteriores. La atmósfera vivida fue tormentosa. Según dijo un representante de los empleados, muchos de los trabajadores exigieron intensificar la lucha hasta llegar al cese total de actividades del ministerio manejado por Lieberman.

Por otra parte, otros funcionarios, especialmente los más jóvenes, expresaron temor de que una huelga total lleve a una cesación de pagos de salarios, por ende presentaron sus dudas sobre la medida.

En este marco el primer ministro Binyamin Netanyahu y el ministro de Relaciones Exteriores, Avigdor Lieberman, no se involucraron en el conflicto. El premier israelí intenta eludir a los funcionarios de Exteriores de diferentes formas con la esperanza de que se terminen las protestas.

Por su parte, funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores dijeron que ambas partes se encuentran en un estado de confrontación y la solución al conflicto laboral no se ve en el horizonte. “En esta situación, un paro total es cuestión de días”, dijeron.

FO