Israel se convirtió en un paso obligado para cientos de inmigrantes chinos y malayos que ingresan al país a través de Egipto con pasaportes falsos para acceder luego a Canadá.
 Al menos 10 inmigrantes fueron capturados recientemente tratando de entrar y salir de Israel con identidades falsas con destino a América del Norte.
Este fenómeno generó preocupación en las autoridades de Israel no solo porque afecta a la reputación del país sino que también puede dar pie a la infiltración de elementos hostiles.
Según un informe de la Autoridad de Inmigración, los infiltrados llegan a Israel en pequeños grupos de 2 o 4 personas con pasaportes falsos de países como Corea, Japón, Taiwán y Reino Unido.
Según consignó el portal de noticias Ynet, las falsificaciones están en muy alta calidad.
Los pasajeros tratan de dar una "apariencia occidental", pero no hablan Inglés, con la excepción de una persona en el grupo cuya tarea es velar para que los inmigrantes ilegales lleguen a su destino.
Los ilegales entran en Israel desde El Cairo, Ammán o Taba,  según determinaron las autoridades de control fronterizo, y argumentar viajar para visitar los lugares santos cristianos. Sin embargo, los ilegales viajan rápidamente a Tel Aviv para comprar los pasajes de avión a Canadá y salir de Israel dentro de tres días.
En los últimos meses, por lo menos 10 personas infiltradas desde China y Malasia lograron engañar a autoridades de control de fronteras y entrar a Israel con destino a Canadá.
Lo curioso es que los acusados utilizan su verdadero pasaporte para entrar en Egipto, mientras que en Israel apelan a documentación falsa previamente preparada.
El 19 de noviembre, una pareja con pasaportes coreanos cruzaron la frontera en Eilat y compró un pasaje a Frankfurt en Tel Aviv. Sin embargo, las autoridades alemanas de inmigración impidieron el ingreso de la pareja y  fue devuelta a Israel dos días después, sin notificar a la inmigración de Israel.
El 4 de diciembre, la misma pareja viajó a Gran Bretaña, pero fueron detenidos allí de nuevo y deportados a Israel sin sus pasaportes falsos que habían sido confiscados.
"Este fenómeno hace daño a la reputación frente a la autoridades de inmigración en Canadá y el resto de los países occidentales", declaró un funcionario de la Autoridad de Inmigración. “Además, algunos de los infiltrados procedentes de países musulmanes como Malasia con la que ni siquiera mantienen relaciones diplomáticas", agregó.
El director de la Autoridad de Inmigración, Amnón Ben-Ami, declaró que “este es otro ejemplo que muestra que los métodos de fraude son cada vez más sofisticados”. “Desafortunadamente, muchos toman ventaja de la apertura de Israel y nuestra voluntad de abrir nuestras puertas a la gente del mundo", agregó el funcionario.
GB