El canciller israelí, Avigdor Lieberman, presentó hoy viernes su renuncia, después de que el fiscal general de Israel le imputara cargos por abuso de confianza y fraude.

El fiscal general Yehuda Weinstein anunció la decisión de presentar cargos contra Lieberman el jueves, a raíz de un controvertido caso en el que el ministro presuntamente realizó gestiones para promover al ex embajador en Bielorrusia Ze’ev Ben Aryeh sin informar de que éste le había dado información sobre una investigación en su contra que se estaba llevando a cabo en la antigua república soviética. Estos hechos se remontan a 2008.

Una vez que la decisión se hizo pública, el presidente de Yisrael Beiteinu pidió a la Knesset (Parlamento israelí) que levante su inmunidad parlamentaria inmediatamente para poder hacer frente a las acusaciones "tan pronto como sea posible".

“Yo sé que no he hecho nada malo, sino que por el deseo de poner este asunto en su lugar… He decidido dimitir como ministro de Relaciones Exteriores y viceprimer ministro y, como dije ayer, mi inmunidad parlamentaria ha sido eliminada inmediatamente”, expresó Lieberman.

Según explicó, sus abogados le recomendaron que renuncie al cargo con el fin de poder hacer frente a los cargos que se le imputan “sin demora”.

El jueves Lieberman ya había subrayado que no estaba “obligado” a dimitir tras ser imputado, pero había dejado abierta esa posibilidad. “Estoy seguro de que al final tomaré la decisión correcta”, señaló.

Lieberman contaba con el respaldo del primer ministro, Benjamin Netanyahu, que en su primera reacción a las acusaciones felicitó al ministro por quedar absuelto de cargos graves de corrupción. Netanyahu confió en que Lieberman “demostrará su inocencia”, aunque dijo “respetar” las decisiones y el curso de la Justicia.

"Después de 16 años de tener varias investigaciones realizadas en mi contra, me gustaría terminar este asunto sin demora y limpiar mi nombre completo", dijo Lieberman.

"Creo que el público israelí merece ir votar después de que este asunto haya sido resuelto, es decir, con una resolución dictada antes de las elecciones, para que pueda continuar sirviendo al Estado de Israel y su público como parte de un liderazgo fuerte y unido", agregó.

Hizo hincapié en que la larga investigación contra él carecía de fundamento, diciendo que "Después de todos estos años y los procesos judiciales, incluso los mejores legalistas creen que este caso no tiene aspectos penales", remarcó.

La renuncia de Lieberman no tendrá ningún efecto sobre la campaña electoral de Yisrael Beiteinu, ni es probable que afecte la propia candidatura de Lieberman para la Knesset.

El ministro de Relaciones Exteriores fue el centro de dos investigaciones, que se iniciaron en 2001 y abarcó nueve países.

El fiscal general decidió cerrar el segundo caso en su contra, que involucró sospechas de blanqueo de dinero y cohecho, alegando "falta de mérito probatorio".

GB