Los jóvenes judíos que se levantaron contra la Alemania nazi "querían salvar la dignidad humana", dijo un activista clandestino polaco ayer, en vísperas del 70º aniversario del Levantamiento del Gueto de Varsovia.

Cerca de 100 personas se reunieron en la sinagoga Nozyk para homenajear a los cientos de judíos pobremente armados que se enfrenaron a sus ocupas en la primera revolución urbana anti nazis en Europa, informó la agencia de noticias AFP.

"No querían salvarse a sí mismos. Querían salvar la dignidad humana de cada persona, de los judíos", dijo Wladyslaw Bartoszewski, un luchador de la resistencia, sobreviviente de un campo de exterminio y ex ministro de relaciones exteriores, en la ceremonia en la única sinagoga de Varsovia que sobrevivió a la guerra y que no fue eliminada debido a que los nazis la usaban como establo y almacén.

El concejo de la ciudad de Varsovia dijo que la revolución había sido "un acto desesperado de elegir una muerte digna con armas en mano así también como una oportunidad para vengarse de sus opresores".

Cerca de 7.000 judíos murieron durante el levantamiento, la mayoría de ellos incinerados vivos, y más de 50.000 fueron enviados al campo de exterminio Treblinka. Varias docenas, sin embargo, pudieron sobrevivir al escapar a través del sistema de drenaje, ayudados por trabajadores polacos que les mostraron por dónde ir.

Ayer, Simcha "Kazik" Rotem, de 89 años, volvió a visitar el hoyo de la alcantarilla de la Calle Prosta a través de la cual él y sus camaradas gatearon hacia fuera, parte de una ceremonia de develado de una placa dedicada a los trabajadores.

Rotem voló desde su hogar en Jerusalem para el aniversario de una revuelta que no esperaba sobrevivir, dado el poder de la máquina de guerra de la Alemania nazi. "Porque, ¿qué es un rifle o una pistola o una granada cuando uno se enfrenta a un ejército alemán que conquistó Europa?", dijo a AFP el miércoles, durante la apertura de una exhibición de arte sobre el Holocausto. Para él la decisión de rebelarse fue la elección de una "muerte más decente y más agradable que las cámaras de gas", dijo.

El jefe rabino de Polonia, Michael Schudrich, dijo que el 70º aniversario era especial no solo por ser un número redondo, sino precisamente porque "todavía están entre nosotros a quienes lucharon".

"Hay un sentido de que tenemos la obligación de asegurarnos que realmente recordemos homenajearlos ahora mientras todavía podemos escucharlo de ellos y entonces agradecerles lo que hicieron", dijo.

 

JC