/* Style Definitions */
table.MsoNormalTable
{mso-style-name:»Tabla normal»;
mso-tstyle-rowband-size:0;
mso-tstyle-colband-size:0;
mso-style-noshow:yes;
mso-style-priority:99;
mso-style-qformat:yes;
mso-style-parent:»»;
mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt;
mso-para-margin-top:0cm;
mso-para-margin-right:0cm;
mso-para-margin-bottom:10.0pt;
mso-para-margin-left:0cm;
line-height:115%;
mso-pagination:widow-orphan;
font-size:11.0pt;
font-family:»Calibri»,»sans-serif»;
mso-ascii-font-family:Calibri;
mso-ascii-theme-font:minor-latin;
mso-fareast-font-family:»Times New Roman»;
mso-fareast-theme-font:minor-fareast;
mso-hansi-font-family:Calibri;
mso-hansi-theme-font:minor-latin;
mso-bidi-font-family:»Times New Roman»;
mso-bidi-theme-font:minor-bidi;}

Sergio Katz es uno de los 30 ex combatientes judíos de la Guerra de Malvinas y reveló que en su ingreso a las fuerzas militares argentinas uno de sus superiores le recomendó que ocultara su condición de judío.

“Tuve la suerte de tener un capitán que me apreciaba y me dijo que no diga que era judío y me salve de pasar por lo que pasaron los demás chicos. Hoy me arrepiento de no haberlo dicho porque no tengo por qué ocultar mi condición, pero en ese momento tenía 18 años y tenía miedo”, confesó Katz en declaraciones a la Agencia Judía de Noticias (AJN).

El ex soldado confirmó que durante la guerra “existió el maltrato” contra los soldados judíos. “No quiero nombrarlo, pero el judío de M… estaba todos los días”, aseguró Katz, quien el jueves pasado fue uno de los homenajeados por la comunidad judía argentina a 30 años del conflicto con Gran Bretaña.

Consultado sobre este reconocimiento que le hicieron las autoridades de la AMIA y la Federación Argentina de Centros Comunitarios Macabeos (FACCMA) a los ex combatientes, Katz se mostró agradecido y aseguró que “el abrazo de la comunidad no tiene precio”.

“Cuando venía al acto tuve sensaciones muy encontradas, porque vengo de Bahía Blanca, y es muy difícil narra todo, se cruzan un montón de cosas, los momentos vividos, los compañeros y el abrazo que hoy tenemos”, expresó el ex combatiente.

Katz nació en Bernasconi, un pueblito de la provincia de La Pampa de unos 1500 habitantes, y viene de una familia tradicional judía.

Además, el ex soldado comentó que estudió en la Escuela Hebrea Doctor Herz, dado que en Bernasconi había una de las colonias judías más importantes junto a Rivera y Moisés Ville, pero “lamentablemente no queda nadie”. “Por eso estoy radicado en Bahía Blanca que es una comunidad más grande, pero tampoco tuvimos el abrazo que necesitábamos”, añadió.

Más allá de lo vivido en la Guerra de Malvinas, Katz confesó que en el homenaje realizado en la AMIA estuvo cargado de sentimiento judío. “Fue como si estuviera mi viejo, que ya no lo tengo, y mi abuelo que desde chiquito me enseñaron el legado que me dieron, siento el abrazo de ellos. Uno pide a sus seres queridos que ya no tenemos para que nos guíe y en verdad es una lucha muy grande”, transmitió Katz.

“La verdad que así como el pueblo argentino se olvido de nosotros, la comunidad también. Por eso el abrazo no tiene precio, creo que no hay plata que compre este abrazo con la comunidad”, insistió en referencia al homenaje realizado por AMIA y FACCMA.

Antes de regresar a Bahía Blanca, Katz expresó que se llevaba de Buenos Aires “el corazón completo y un agradecimiento a todos” los que hicieron posible el homenaje. “Entiendo que el viaje no fue en vano”, expresó.

Los ex combatientes judíos de la Guerra de Malvinas fueron homenajeados este jueves por la AMIA y FACCMA en un acto realizado en el edificio comunitario con motivo de cumplirse el 30 aniversario de la Guerra de Malvinas.

La ceremonia contó con la presencia de unos 20 ex combatientes judíos, los principales líderes de las instancias centrales de la comunidad judía y los periodistas Hernán Dobry, autor del libro Los Rabinos de Malvinas, y Natasha Niebieskikwiat, periodista del diario Clarín, autora de Lágrimas de Hielo, quienes fueron reconocidos por su labor en defensa de los soldados judíos.

En la ceremonia, los ex soldados pidieron a la AMIA asistencia psicológica para los ex combatientes y a la DAIA asistencia legal para las causas por el maltrato y la discriminación de la que fueron víctimas por su origen judío.