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Opinión. Una mirada de abogado del diablo al “nuevo” Medio Oriente

AJN.- El reconocimiento de Palestina por parte de las Naciones Unidas podría tener consecuencias globales mucho más amplias, con minorías en todo el mundo alentadas por la causa.

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Por Ely Karmon*/The Jerusalem Post.- En varios artículos recientes he dicho que si Egipto y Siria fueran a seguir el “modelo turco”, como lo propusieron algunos líderes árabes y expertos occidentales, el verdadero beneficiario de las revueltas árabes sería Turquía, con su herencia de control otomano sobre el Levante y el norte de África.
Si los movimientos islamistas toman el poder en los principales Estados árabes, podríamos ser testigos de la aparición de un bloque mesooriental sunita dominado por Turquía; un fuerte Estado revisionista musulmán en el extremo de Europa, con aspiraciones de extender su influencia hacia el Oeste.
De hecho, a raíz de su cómoda elección del 12 de junio, el primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, jactanciosamente hizo una declaración teñida de un otomano-islamismo: “Créanme: Sarajevo ganó hoy tanto como Estambul, Beirut ganó tanto como Izmir, Damasco ganó tanto como Ankara, Ramallah, Nablus, Jenin, la Margen Occidental y Jerusalem ganaron tanto como Diyarbakir”.
De acuerdo con este escenario, el bloque sunita liderado por Turquía desafiará, tarde o temprano, al régimen chita de Irán y probablemente tratará de extender su influencia a la mayoría sunita en Siria y la comunidad sunita en el Líbano.
Hasta hace poco, Irán parecía ser el gran ganador por los levantamientos árabes. Sus líderes consideraron a los eventos en Túnez y Egipto un movimiento antiestadounidense que jugaba a su favor.
El diario Keyhan predijo que la caída del régimen de Mubarak sería un gran golpe para la situación regional de los Estados Unidos, mientras que la de Irán probablemente se fortalecería. El presidente Mahmoud Ahmadinejad declaró que “un Medio Oriente sin Israel y Estados Unidos ahora es posible”.
Sin embargo, algunas voces advirtieron que el mejoramiento de la posición de Turquía puede producirse a expensas de Irán. La última edición del diario Donyaye Eqtesad señaló que las relaciones de larga data entre los dos países no se basan únicamente en la amistad, sino también en la rivalidad y que, paradójicamente, “el ascenso del islam sólo intensificó aún más la competencia entre los dos países”.
La confiscación de una carga sospechosa de aviones iraníes que sobrevolaban el espacio aéreo de Turquía y el pedido de Turquía de que Irán se mantenga alejado de la sublevación bahreiní fueron vistos por analistas diplomáticos iraníes como un nuevo capítulo en las relaciones Irán-Turquía. El mencionado escenario es de hecho posible, pero podríamos ser testigos de otros cambios sorprendentes.
Al comienzo de la sublevación en Egipto, la Hermandad Musulmana prometió no postular un candidato en las elecciones presidenciales y presentar candidatos para sólo el 30 por ciento de los bancas parlamentarias. Sin embargo, desde su victoria en el referéndum de marzo pasado, la Hermandad ha decidido formar el Partido de la Libertad y la Justicia para competir por el 50 por ciento de los escaños legislativos en alianza con el viejo partido liberal Wafd e incluso presentar un candidato a la Presidencia, aunque uno que alegue ser independiente.
Una gran victoria de la Hermandad en las elecciones egipcias de septiembre podría convencerla de trabajar por el resurgimiento de la hegemonía regional de Egipto, para convertirse en el líder islamista del mundo árabe sunita y no aceptar el padrinazgo de Turquía y la visión neootomana del PKA.
Por otra parte, paradójicamente, las aspiraciones de hegemonía regional de Turquía e Irán están amenazadas por el drama que se desarrolla en Siria.
Si al comienzo de la sublevación en Egipto, Erdogan se reunió con el dictador sirio, Bashar Assad, para coordinar “esfuerzos vinculados con los disturbios en Egipto, a fin de evitar más sufrimiento al pueblo”, rápidamente se preocupó por los posibles efectos secundarios de los sangrientos acontecimientos en Siria.
El evitar que ese país entre en una guerra civil es de suma importancia para la seguridad de Turquía. Erdogan incluso ve a Siria como un “asunto interno” y prefiere una transición ordenada hacia un régimen democrático encabezado por Assad.
Él ha criticado al hermano menor de Assad, Maher, el cerebro detrás de la violenta represión a los manifestantes.
Turquía también ayudó a organizar a la oposición siria, permitiéndole coordinar su actividad durante la conferencia “Cambio en Siria” celebrada en Antalya (significativamente sin la participación de representantes kurdosirios) y dejando que los líderes de la Hermandad Musulmana siria hablen desde su territorio. El ministro de Exteriores, Ahmet Davutoglu, declaró que Turquía mantendría, simultáneamente, “relaciones de confianza” con el gobierno sirio y “lazos de amor” con el pueblo sirio, probando el deseo de convertirse en el que ostente el poder en el Levante en general.
Pero la principal preocupación de seguridad de Turquía reside en que el caos en el noroeste de Siria pueda permitirles a los militantes kurdos utilizar la región como una base en su contra.
Funcionarios locales del PKA advirtieron que cualquier fracaso postelectoral en abordar las preocupaciones kurdas podría poner en riesgo la prolongada estabilidad política en Turquía. Una reacción anti-Turquía ya está en marcha en Siria, con los medios de comunicación controlados por el Estado acusando a Ankara de tratar de resucitar el imperio otomano. Un funcionario sirio en Damasco afirmó que “Occidente quiere poner la región bajo control turco, como en la época otomana”.
Assad le está señalando a Ankara que éste es un juego que los dos pueden jugar. Anunció una amnistía para los activistas separatistas kurdos y ha invitado a representantes de 12 partidos kurdos, incluyendo el ilegalizado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), a visitarlo en Damasco. Los kurdos esperan presentarle una propuesta para el establecimiento de una región autónoma kurda.
Pero incluso si, como parece, la Hermandad Musulmana siria se convierte en la que ostente el poder político después de la caída del régimen alauita de Assad, con el apoyo pasivo del islamista turco PKA, éste podría ser un socio menos complaciente. En primer lugar, probablemente buscará reunir a sus hermanos en una coalición islamista árabe regional; segundo, podría pretender la devolución del territorio de Alexandretta (Hatay), cedido a Turquía en 1939 por Francia (ex colonizador de Siria). Desde 2005, en el marco de sus excelentes relaciones con Ankara, Assad ha decidido “posponer para las generaciones venideras” el sueño de una Alexandretta siria.
Siria es el aliado más cercano de Irán en el mundo árabe. Significativamente, los medios estatales iraníes y la televisora Al-Manar de Hezbollah están censurando los disturbios contra el régimen en Siria. El ex embajador iraní en el Líbano Muhammad Irani evaluó que la revuelta siria podría tener un impacto negativo en el eje Teherán-Damasco.
Es interesante notar que los manifestantes en las calles de las ciudades sirias han quemado banderas iraníes y de Hezbollah y los han acusado de apoyar, capacitar e incluso participar directamente en las acciones represivas del ejército sirio. Esto seguramente influirá en las futuras relaciones de Siria con ambas partes.
La próxima decisión del tribunal internacional, que probablemente acusará a los líderes de Hezbollah del asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri, podría cambiar rápidamente la sítuación en el campo libanés, debilitando a Hezbollah, desmantelando el recientemente formado gobierno pro sirio y, posiblemente, avivando el conflicto entre chiitas y sunitas.
El otro gran tema regional, el conflicto israelo-palestino, llegará a un punto crítico en septiembre, cuando la Asamblea General de la ONU probablemente decidirá reconocer un Estado palestino dentro de las fronteras de 1967. La nueva estrategia palestina implica el masivo uso del “poder blando” y las manifestaciones no violentas. Sin embargo, como se observó durante los intentos de este mes y el anterior de revivir el problema de los refugiados palestinos tratando de penetrar físicamente las fronteras de Israel, la situación podría deteriorarse, con los líderes de El Cairo y Damasco presionados para que apoyen a sus hermanos. El régimen sirio ya ha manipulado los acontecimientos para distraer la atención pública internacional de su sangrienta represión militar.
Sin embargo, el reconocimiento de la ONU de un Estado palestino podría tener consecuencias mucho más amplias en todo el mundo. Otras minorías en Medio Oriente y más allá -los kurdos en Turquía, Siria e Irak, los beluchis en Irán y Pakistán, los pueblos del Cáucaso, los tibetanos y los uigures en China, los cachemiros en India-, que han luchado por la independencia o la autonomía durante décadas y, en muchos casos, representan a poblaciones mucho más numerosas que los palestinos, podrían decidir intensificar su lucha.
El impacto más inmediato será sobre los kurdos en Turquía, Siria e Irak. El gobierno del PKA no ha resuelto el problema kurdo.
Un análisis de los resultados de la elección turca publicado en el sitio de Internet del PKK asegura que el problema más importante es la cuestión kurda y que el PKA recibió el apoyo de todas las fuerzas del país ante la promesa de eliminar el Movimiento por la Libertad del Kurdistán. Sin embargo, sostienen los autores, la elección ha probado que el PKA ha sido derrotado en el Kurdistán, a pesar del arresto de cientos de políticos. El resultado político más importante de esta elección ha sido la determinación del pueblo kurdo de resolver la cuestión kurda sobre la base de una autonomía democrática.
Abdullah Ocalan, el encarcelado líder del PKK kurdo, amenazó que después del 15 de junio “habrá un acuerdo histórico o se desarrollará una guerra total, que llevará al caos y la agitación. Puede desencadenarse una guerra popular generalizada”.
Si se desencadena una guerra popular, ésta puede resultar en una guerra civil. Según un reciente análisis del Instituto Washington sobre Política del Cercano Oriente, la gran mayoría de los kurdos iraquíes cree que si no se prolonga la presencia militar de los Estados Unidos, “será inevitable un gran conflicto kurdo-árabe”.
Si las relaciones entre Bagdad y el gobierno regional del Kurdistán se tambalean, alega, “Irak puede degenerar en otro Estado árabe en guerra con sus minorías étnicas”.
La situación también es tensa en Beluchistán, en las partes iraní y paquistaní de la frontera.
El analista indio B. Raman señala que a pesar de la brutal represión en Pakistán, las organizaciones beluchis piden una autonomía mayor a la que han logrado para mantener su lucha por la libertad. La lucha por la independencia beluchi en Pakistán podría tener consecuencias adversas para Irán en sus áreas beluchis y para China en su provincia de Xinjiang, afirma Raman.
Un éxito palestino en la ONU podría tener “daños políticos colaterales” para algunos de los actores regionales e internacionales que trabajan a favor de la resolución de la ONU.
En general, los acontecimientos de las últimas semanas en Medio Oriente han demostrado que la “Primavera Árabe” está llevando a un verano tormentoso y, posiblemente, a un largo y frío invierno, lleno de viejas y nuevas amenazas.
 
* Académico e investigador adjunto del Instituto Internacional de Contraterrorismo y el Instituto de Política y Estrategia del Centro Interdisciplinario de Hertzlía.
 
CGG

 

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La policía israelí dispersó a manifestantes que rodearon al ministro Ben Gvir

Agencia AJN.- La policía arrestó al menos a cuatro manifestantes que participaban de una marcha para pedir por un acuerdo de liberación de rehenes.

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Agencia AJN.- La policía israelí utilizó camiones hidrantes para dispersar hoy a manifestantes en Jerusalem que pedían un acuerdo por la liberación de los rehenes retenidos en la Franja de Gaza.

Los manifestantes rodearon el auto del ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, que fue custodiado por los agentes de seguridad en medio de cánticos en su contra.

Los medios de comunicación hebreos informaron que la policía utilizó cañones hidrantes y gas maloliente para dispersar a la multitud, que había volcado contenedores de basura, encendido fogatas, lanzado bengalas y bloqueado el tránsito.

La policía arrestó al menos a cuatro manifestantes por alteración del orden público, según informes de los medios locales, tras la publicación de un video propagandístico de Hamás de Hersh Goldberg-Polin, mantenido cautivo por el grupo terrorista desde el 7 de octubre.

El Canal 12 de la televisión israelí informó que uno de los sospechosos arrestados es un amigo cercano de Goldberg-Polin.

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Netanyahu pidió “hacer más” para detener las protestas pro palestinas en las universidades de EEUU

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Agencia AJN.- El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó hoy que “hay que hacer más” para detener las protestas pro palestinas de las universidades estadounidenses.

“Lo que está sucediendo en los campus universitarios de Estados Unidos es horrible”, expresó en una declaración grabada, acusando a “turbas antisemitas” de apoderarse de las principales universidades.

“Es inadmisible. Hay que detenerlo. Hay que condenarlo inequívocamente”, afirmó. “La respuesta de varios rectores de universidades fue vergonzosa. Ahora, afortunadamente, funcionarios estatales, locales, federales, muchos de ellos han respondido de manera diferente, pero tiene que haber más. Hay que hacer más”.

Las protestas por las acciones de Israel en Gaza se han intensificado en las universidades estadounidenses en las últimas semanas.

Los manifestantes pro palestinos piden un alto el fuego y que sus universidades se deshagan de empresas con vínculos con Israel. Decenas de estudiantes fueron suspendidos por la universidad y arrestados por la policía.

Algunos estudiantes y profesores judíos e israelíes dijeron que las protestas han convertido a las universidades en un entorno hostil en el que se sienten amenazados. Algunos han informado de un aumento del antisemitismo en el campus.

El 7 de octubre, Hamás encabezó un ataque contra comunidades del sur de Israel en el que murieron 1.200 personas y 253 fueron tomadas como rehenes.

Desde entonces, Israel inició una guerra contra la Franja de Gaza, donde murieron más de 34.000 palestinos, según el ministerio de Salud de Hamás.

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