El quinto Foro Global de Lucha contra el Antisemitismo se inauguró esta tarde en Jerusalem y seguirá hasta el jueves con el objetivo de “sugerir líneas de acción para saber cuáles son hoy los problemas centrales del antisemitismo”, según explicó hoy en una entrevista con la Agencia Judía de Noticias (AJN) el director para América Latina del Centro Simon Wiesenthal, Sergio Widder.

Widder destacó que “dentro del grupo de trabajo de Latinoamérica dentro de este importante encuentro el tema de la Argentina sin duda se va a abordar especialmente”.

“Las preguntas que se escuchan entre todos los delegados que miran a la Argentina es qué ha pasado con el fiscal (Alberto) Nisman. Por otro lado, la sorpresa por el artículo que publicó el embajador argentino ante la Alianza para la rememoración de la Shoá, Jorge Elbaum, y la repercusión que tuvo esto en términos de haber armado una línea que unía a los Fondos Buitres, con Nisman, con dinero. Todo esto terminó en que un individuo particular (el abogado Juan Labaké) denunció a la dirigencia comunitaria por traición a la patria”, subrayó.

El director para América Latina del Centro Simon Wiesenthal se encuentra acompañado por el rabino Abraham Cooper; el director de Relaciones Internacional de la organización, Shimon Samuels; el director de asuntos gubernamentales en las oficinas de Nueva York, Mark Weitzman; y el director del Centro en Israel, Efraim Zuroff.

-¿Cómo evalúa el Centro Wiesenthal la realización de este Foro?

-El foro recién está empezando y hay más de mil personas registradas. La idea es finalizar este encuentro con un documento que pueda servir como guía para que distintas regiones puedan trabajar y abordar el tema del antisemitismo, combatirlo tanto en el mundo real como virtual, especialmente en las redes sociales. Aquello que pasa como la incitación en las redes termina teniendo un impacto en el mundo concreto.

-¿Qué atmosfera se vive en este importante congreso?

– Por un lado, se vive una atmosfera de preocupación porque el problema del antisemitismo está en crecimiento. Para que tengan una idea, la reunión abierta de hoy contó con la apertura del primer ministro israelí, (Benjamin) Netanyahu, junto al ministro de Justicia de Alemania y diplomáticos. Es una presencia muy variada de otro nivel. Al mismo tiempo, hay una firme decisión de poder confrontar el antisemitismo de una manera que convoque a la sociedad y al mundo no judío. Como prueba de eso aquí hay representantes de cinco religiones participando.

-¿Qué lugar tiene la Argentina con su presencia?

-El tema de la Argentina sin duda se va a abordar especialmente en el grupo de trabajo de América Latina. Las preguntas que se escuchan entre todos los delegados que miran a la Argentina es qué ha pasado con el fiscal (Alberto) Nisman, qué se puede saber acerca de las causas de su muerte y cómo va a continuar de aquí en más la investigación. Por otro lado, la sorpresa por el artículo que publicó (en Página 12) el embajador argentino ante la Alianza para la rememoración de la Shoá, Jorge Elbaum, y la repercusión que tuvo esto en términos de haber armado una línea que unía a los Fondos Buitres, con Nisman, con dinero, dentro de la comunidad judía, con la acusación de obstrucción de justicia. Todo esto terminó en que un individuo particular (el abogado Juan Labaké) denunció a la dirigencia comunitaria por traición a la patria. Esto, aun cuando el embajador Elbaum dijo, y estoy seguro de que es así, que no tiene nada que ver con Labaké, que él no se siente representado por Labaké, sino todo lo contrario, es indudable que su artículo fue lo que le dio pie a para hacer esta denuncia.

-Finalmente, como señaló el presidente de la DAIA, ¿estos casos son un combustible que cualquier chispa prende el fuego del antisemitismo?

-Es una lectura válida la del presidente de la DAIA (Julio Schlosser). Mi lectura es que hay un uso de la disputa entre la Argentina y los tenedores de bonos que está fuera de lugar. Ahora, vincular eso a la comunidad judía despierta en el inconsciente la fantasía de que los judíos manejan las finanzas. Eso sí puede traer consecuencias graves.

-¿Por qué suscitó interés este tema en el foro?

-Esto es una línea que se trazó a partir del artículo de Elbaum, que yo espero que en algún momento desde el Gobierno, en lugar de presentarlo como una teoría válida digan que esto es un disparate. Paul Singer tendrá sus intereses, pero la comunidad judía no tiene nada que ver con esto.

-¿Esta va a ser su exposición ante las preguntas en el Foro?

-Esto recién empieza y se ha escucha en diálogos informales. Todavía no hemos tenido las sesiones de trabajo propiamente dichas. Estas cosas sí que van a estar dentro del grupo de trabajo de Latinoamérica dentro de este importante encuentro en Jerusalem. Pero no es el único tema, porque en este terreno y con el acercamiento a Irán, Argentina está tomando una posición más próxima a lo que tuvo tradicionalmente el bloque de ALBA.  En el pasado los grandes temas de preocupación cuando se hablaba de antisemitismo en América Latina era el antisemitismo promovido por el gobierno de Hugo Chávez y continuado por (Nicolás) Maduro en Venezuela. Hoy en el mundo judío están preguntándose si Argentina se está acercando a ese tipo de abordaje. Por suerte, todavía no estamos en esa situación, estamos a tiempo de prevenir. No solamente la sociedad civil, sino que el Gobierno tiene una gran responsabilidad para evitar llegar a un punto en donde se torne una situación muy peligrosa.

-¿Las conclusiones de este Foro van a ayudar a esclarecer la situación en América Latina?

-Lo que esperamos es elaborar un documento a partir de 12 grupos de trabajo que tenga recomendaciones, en mi caso soy uno de los dos coordinadores para el grupo latinoamericano y realmente no creo que haya recetas mágicas. No existen manuales de procedimiento, lo que existe son recomendaciones y líneas de acción para saber leer cuáles son hoy los problemas centrales del antisemitismo en distintas partes del mundo. Es sugerir distintos tipos de acción para que cada país la adapte a sus necesidades o realidades.