Agencia AJN.- (Danny Moljo desde Israel) «Leni Riefenstahl tendría mucho que aprender de la prensa israelí», escribió ayer en su cuenta de Twitter Yair Netanyahu, el hijo mayor del primer ministro Benjamin Netanyahu. Cuando parece ser que se cruzaron todos los límites de la violencia verbal, este es sólo un eslabón de la cadena de ataques mutuos entre Yair y los medios de comunicación de Israel.

Yair Netanyahu, de 30 años de edad, es el hijo mayor de Bibi y Sara Netanyahu y hace un tiempo atrás, decidió ser él quien defienda los intereses familiares ante los ataques de la prensa contra sus padres. El no es parte de la política israelí, sin embargo usa Twitter como su arma predilecta. Su ataque más común, es comparar a la prensa con los Nazis como lo hizo ayer , sugiriendo que la directora de cine de Hitler y Goebbels es demasiado suave en comparación con los periodistas de Israel.

A Yair Netanyahu le gusta «hablar» por Twitter y sólo en contadas ocasiones se lo escucha por su propia voz, pero eso no significa que su crítica sea menor, Hace unos días, por ejemplo, en una entrevista a un grupo judío de orientación derechista en Estados Unidos, dijo que en Israel sólo habían naranjas cuando su padre subió al poder y que él se había encargado de desarrollar la economía hacia adelante, conduciendo al país a fronteras nunca vistas. Por supuesto que el hecho de decir que hace 11 años en Israel había sólo naranjas, fue tomado por los medios como algo ridículo y difamatorio contra el país, y las críticas y los chistes no tardaron en llegar.

El primer ministro y su hijo mayor, son dos críticos acérrimos contra la prensa, a quienes acusan de propagar «fake news», falsas noticias, y realizar una caza de brujas contra ellos, algo parecido a la lucha de Trump contra los medios en los EE.UU. Todo esto se agudizó en los últimos días después de la decisión de Avichai Mandelblit de presentar cargos de soborno contra Netanyahu. Por ejemplo, hace unos días se realizó en Jerusalén una manifestación de apoyo a Netanyahu y un periodista de Kan, el canal de televisión estatal, fue interrumpido por manifestantes que lo insultaban, demostrando que la violencia contra los medios va en aumento constante y peligrosamente hacia un punto de ebullición. La situación se ha tornado tan peligrosa que muchos medios ya avisaron que un asesinato es sólo cosa de tiempo. Recuerdos de 1995, cuando fue asesinado el primer ministro Yitzhak Rabin.

Los medios toman a Yair Netanyahu como un joven malcriado, que no trabaja y nunca trabajó, que vive a cuestas del Estado y todavía se toma el lujo de criticar con mucho veneno a todo el que diga algo contra su familia, sin tener en cuenta que muchas veces eso puede resultar como un boomerang contra él mismo o contra sus padres. Por ejemplo, hace unos días, se publicaron los transcriptos de una charla entre el Íntimo amigo de su padre y cómplice en el caso «4000», Shaul Alovich y el consejero especial , Nir Hetez, que se volvió testigo en su contra. En la conversación telefónica se escucha a Alovich diciendo sobre unos interminables pedidos de Yair Netanyahu: «Es un niño de porquería».

Parece ser que esta batalla no tiene fin, y que con el correr de los días, sólo se tornará más violenta entre Yair Netanyahu y miembros que apoyan al primer ministro contra la prensa, y la retórica de ayer comparándola con los Nazis no hace más que agudizar las diferencias entre las distintas partes del pueblo. Como dijo ayer el periodista del diario Maariv en la Knesset ante el twitter del hijo de Netanyahu, Arik Bender: «Como periodista e hijo de un sobreviviente del Holocausto, estoy consternado por la comparación».

Y esto parece ser una historia de odio que va a ser difícil de calmar.