Agencia AJN.- La reciente escalada de violencia entre Israel y Hamás comenzó el viernes, en el marco de las manifestaciones junto a la valla de seguridad, con un atentado con disparos contra soldados israelíes perpetrado por la organización Jihad Islámica.

En la mañana del sábado comenzaron los disparos de cohetes, morteros y misiles desde la Franja de Gaza hacia Israel, que en dos días superaron los 600. La Fuerza Aérea Israelí llevó a cabo cientos de ataques contra infraestructura terrorista, bombardeos, ejecuciones selectivas – incluyendo la del encargado de transferir el dinero de Irán a los grupos terroristas – y destrucción masiva de importantes edificios de Hamás y la Jihad.

El saldo fue de 31 muertos del lado palestino y 4 civiles del israelí, con 80 heridos, algunos de ellos de extrema gravedad.

48 horas después del comienzo de la escalada, Hamás anunció que se había logrado un cese de fuego y el Comando de Defensa Civil de las Fuerzas de Defensa de Israel comunicó a la población que la vida volvía a la normalidad.

Para el Ejército, la acción militar no alcanza

En el ejército consideran que la última escalada aumentó el poder de disuasión de Israel, pero también creen que sin un avance en el aspecto político será difícil mantener una situación de seguridad estable en el sur del país.

Sin un notable avance en el aspecto civil, es posible que en apenas unas semanas se vuelva a deteriorar la situación en la franja de Gaza, especialmente debido a la Jihad Islámica, en este momento la organización más militante.

Según una evaluación de situación de inteligencia actualizada, el nivel de alerta por inestabilidad en la Margen Occidental y la Franja de Gaza es alto. Por ello, también lo es el potencial de una escalada en los dos frentes, cada uno por otras razones.

En el ejército consideran que la dura respuesta hará que – a corto plazo – las facciones palestinas se abstengan de un nuevo enfrentamiento con Israel por iniciativa propia.

También creen que en la Jihad Islámica hicieron una estimación equivocada de cuál sería la reacción israelí y creyeron que debido los importantes acontecimientos de estos días – el Día de la Independencia y el Festival Eurovisión – la respuesta no sería tan contundente.

La gran pregunta es cuánto tiempo resistirá el cese de fuego frente a lo que sucede en Gaza. En el ejército consideran que las soluciones económicas pueden ser la llave para una estabilidad a largo plazo, en lugar de treguas breves.

Comunicado de Hamás sobre el cese de fuego

Si en el aspecto militar este fin de semana de combates dejó dudas y cuestiones no resueltas, en lo político el resultado no ha sido mucho más alentador. Desde la mañana del lunes abundan las críticas al gobierno israelí, ya que en ningún momento dio un comunicado oficial anunciando el cese de fuego y menos aún explicando a la población en qué condiciones se pactó y cuáles serán sus consecuencias. El primer ministro – decían sus críticos – no se dirigió a la población en ningún momento y recién después que desde la Franja de Gaza comunicaron la tregua, varias horas después Netanyahu hizo una declaración triunfante, a través de un mensaje oficial.

Los legisladores de la oposición se estrenaron cargando contra Netanyahu y criticándolo con toda dureza, no sólo por su falta de claridad y comunicación sobre la sucesión de hechos y sus consecuencias, sino por haber aceptado el cese de fuego, bajo las condiciones que dictaron las agrupaciones terroristas de Gaza.

El líder del partido Azul y Blanco y ex comandante en jefe de las FDI, Benny Gantz, difundió un comunicado en el que decía: “Casi 700 disparos contra territorio israelí, gran cantidad de heridos, 4 muertos, todo ello como consecuencia de la pérdida del poder de disuasión y todo ello finaliza con una nueva rendición a la extorsión de Hamás y los otros grupos terroristas. Todo lo que hizo el gobierno, una vez más, fue poner ante nosotros la próxima escalada”.

El otro líder de Azul y Blanco, Yair Lapid, destacó que, tras todo lo sucedido “el primer ministro ni siquiera le habla al pueblo de Israel, eso es un acto de cobardía”. “Esto no es un cese de fuego, es una rendición, porque con 4 muertos y decenas de heridos, Hamás seguirá recibiendo maletas con dinero”.

Por su parte, el diputado Itzik Shmuli, del partido Avodá, escribió en su cuenta de Twitter: “Felicitaciones a Netanyahu por haber salvado el Festival Eurovisión a costa de continuar rindiéndose ante el terrorismo y de la pérdida de la seguridad y del poder de disuasión en el sur. Las próximas maletas con dólares para Hamás ya están en camino. También la próxima escalada viene en camino y Hamás volverá a decidir cuándo comienza y cuándo termina”.

Incluso dentro del Likud –que encabeza Netanyahu – este último enfrentamiento con Hamás ha provocado un conflicto interno. Si alguno de los ministros tenía críticas, no las hicieron oír, en plenas negociaciones para formar el próximo gobierno y cuando Netanyahu debe decidir qué ministerio le dará a cada uno.

El único que expresó su opinión fue uno de los líderes del partido, Gideon Saar, que escribió en su cuenta de Twitter: “El alto el fuego en las circunstancias en que se ha concretado no tiene ningún logro para Israel. Los lapsos entre una y otra escalada de violencia conta los ciudadanos israelíes se acortan y los grupos terroristas se refuerzan entre ellos. La guerra no se evitó, sino que fue postergada”.

La rivalidad entre Binyamin Netanyahu y Guideon Saar no es nueva y parecía haberse saldado después de las elecciones primarias del Likud, incluso con un apretón de manos. Pero ahora, dicen los medios israelíes, “fuentes cercanas al primer ministro solicitaron a varios miembros del partido hacer declaraciones atacando a Saar”. Esas declaraciones no se hicieron esperar y ya lo acusan de tener como único objetivo “derrocar al primer ministro para ocupar su lugar”.

Mientras tanto, los habitantes del sur de Israel intentan recuperarse de 48 horas que parecieron un siglo, de la violencia, el shock y la incertidumbre, ya que lo único que les queda claro es que tendrán que estar preparados para la próxima contienda.