Este mediodía debería entrar en vigencia el acuerdo de alto el fuego anunciado en Hamburgo tras la reunión entre los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de Rusia, Vladímir Putin.

El ministro jordano de Medios de Comunicación, Mohamed Momani, explicó a la agencia de noticias Petra que el objetivo de este acuerdo es «poner fin a las hostilidades y recuperar la estabilidad». También señaló que «permitirá enviar asistencia humanitaria a estas zonas de Siria». Momani afirmó que el alto el fuego se aplicará en las zonas «de contacto» entre las fuerzas gubernamentales y sus aliados, por un lado, y las fuerzas opositoras, por otra.

Asimismo, el funcionario jordano detalló que los tres países coincidieron en que el acuerdo «contribuirá a buscar un entorno favorable que lleve a una solución política definitiva a la crisis» siria.

En la práctica, la concreción de este acuerdo implica que las tropas en el terreno quedarán frenadas en el lugar donde se encuentran, lo cual impediría que las milicias pro iraníes – especialmente Hezbollah – puedan seguir avanzando hacia las fronteras con Israel y Jordania.

Una fuente jordana de alto rango dijo que la comunidad internacional, las potencias regionales y Jordania no tolerarán el establecimiento de un «corredor terrestre de Teherán a Beirut”. “Su creación desestabilizará la región y constituye una línea roja», advirtió la fuente.

El periódico árabe «Al-Hayat» – que se edita en Londres – informó este fin de semana citando fuentes norteamericanas que el acuerdo incluye detalles de índole militar, político y diplomático acerca de cómo quedará establecido el dominio de Siria y la seguridad de las fronteras.

Según las mismas fuentes, el acuerdo tiene dos bases. La primera es la permanencia de Assad en el poder y la segunda, el alejamiento de Irán de las zonas fronterizas.