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Argentina

AMIA/Aniversario. Cómo están las causas judiciales a dos días del cuarto de siglo de impunidad

Agencia AJN (Por Lic. Claudio Gustavo Goldman).- El mes que viene, más precisamente el 18 de julio, se cumplirá el 25º aniversario. En prieta síntesis, a desarrollar más abajo, siguen abiertas tres causas, con un juicio que recién comienza a reeditarse dieciocho años después y otros dos que esperan fecha de inicio, en medio de diversas polémicas políticas y elecciones generales dentro de unos meses.

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Agencia AJN (Por Lic. Claudio Gustavo Goldman).- Pasado mañana, el jueves 18 de julio, se cumplirá el 25º aniversario del atentado a la AMIA; o sea, un cuarto de siglo de impunidad.

En prieta síntesis, a desarrollar más abajo, siguen abiertas tres causas, con un juicio que recién comienza a reeditarse dieciocho años después y otros dos que esperan fecha de inicio, en medio de diversas polémicas políticas y elecciones generales en los próximos meses.

CAUSA PRINCIPAL: PRÓFUGOS IRANÍES Y ¿JUICIO EN AUSENCIA?

La investigación del atentado quedó radicada en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 9 y la Fiscalía Federal Nº 9, que estaban de turno y entonces eran liderados por Juan José Galeano y Eamon Mullen, respectivamente, con José Barbaccia como adjunto de este último.

En 1997 se les sumó el fiscal Alberto Nisman, para ayudarlos a preparar un debate oral que recién comenzaría cuatro años después.

Allí se juzgó a Carlos Telleldín, último poseedor conocido de la camioneta-bomba Trafic, y ex policías bonaerenses como partícipes necesarios del atentado, y otra decena de imputados de delitos comunes, todos los cuales resultaron sobreseídos en 2004 porque el Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOF) Nº 3 decretó la nulidad de casi toda la investigación, ya que se demostró que el primero había percibido al menos 400.000 dólares de fondos reservados de la Secretaría de Inteligencia de Estado para involucrar a los segundos.

En el ínterin y por su presunta complicidad con ese pago fueron apartados del debate, y luego de la causa, Mullen y Barbaccia, mientras que a fines del mismo año se le quitó la causa a Galeano, quien en 2005 fue destituido como juez.

Así, a poco de cumplirse una década de impunidad, el expediente quedaba en manos de Rodolfo Canicoba Corral, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 6, quien delegaría su instrucción en Nisman, ya investido como máximo responsable de una Unidad Fiscal ad hoc.

Paralelamente a la “conexión local”, la Justicia investigó la “pista internacional”, que señala como autores ideológicos del ataque a las máximas autoridades de entonces de la República Islámica de Irán, con la intervención como brazo ejecutor de la organización terrorista libanesa Hezbollah, que sería declarada como tal por el Gobierno de un momento a otro.

Las órdenes de captura internacional con “alerta roja” de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) fueron dadas de baja respecto de esos sospechosos como coletazo de la sentencia del juicio, y recién fueron recuperadas en 2006, aunque -con el tiempo- algunos fallecieron.

En tanto, el fallo del TOF3 fue apelado por la AMIA, la DAIA y algunos familiares de víctimas y, tres años después, la Corte Suprema de Justicia lo anuló parcialmente y ordenó volver a investigar a Telleldín y a su entorno; lo primero se hizo y lo segundo, no.

El 27 de enero de 2013, en coincidencia con el Día Internacional de Conmemoración Anual en Memoria de las Víctimas de la Shoá, la Argentina e Irán suscribieron un Memorándum de Entendimiento para colaborar en el esclarecimiento del atentado, que incluía una “Comisión de la Verdad”, el cual fue aprobado por la mayoría oficialista del Congreso Nacional y declarado inconstitucional por la Justicia, a instancia de las entidades comunitarias y con el consentimiento del actual Gobierno.

Al año siguiente se volvió a elevar a juicio el segmento de la causa que involucra a Telleldín, y a nadie más, y para comienzos de 2015 Nisman denunció que ese pacto con Teherán formaba parte de un encubrimiento de los imputados a fin de garantizar su impunidad y acusó a los máximos referentes del kirchnerismo, con la presidenta de ese momento, Cristina Fernández, a la cabeza; días después, el 18 de enero, apareció muerto en dudosas circunstancias, que dos fallos judiciales atribuyeron a un homicidio.

En su lugar asumió un triunvirato de fiscales, que cambió su integración con el paso del tiempo; a principios de año fue nombrado al frente de la unidad Sebastián Basso, quien es resistido por familiares de víctimas por ser sobrino de la fallecida María Luisa Riva Aramayo, ex presidenta de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal y sindicada como una de las principales responsables de desviar la investigación hacia los policías absueltos.

Paralelamente, desde la DAIA se impulsó la realización de un “juicio en ausencia” a los iraníes, el cual reúne simpatías en el oficialismo -la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, fue muy enfática en el acto de recambio de autoridades de esa entidad, a fines del año pasado- y resistencia en la mayoría de los deudos; si bien se presentaron diversos proyectos de ley, ninguno se concretó por ahora, aunque el Gobierno pretende contar con esa herramienta a la mayor brevedad y obtener un dictamen favorable hoy mismo.

En síntesis, a poco de cumplirse 25 años del atentado a la AMIA no hay condenados -más que por delitos conexos, como encubrimiento, destrucción de pruebas y falso testimonio (el presunto espía brasileño Wilson dos Santos, que advirtió de la inminencia del ataque y luego lo atribuyó a una mera casualidad)-, ni mucho menos presos; los iraníes y un presunto libanés prófugos esperan tranquilamente en sus hogares que la causa se cierre o se produzca algún milagro que los sobresea o los obligue a comparecer; y no hubo el menor avance sobre la “conexión local”, salvo que Telleldín es juzgado nuevamente desde el 8 de mayo.

Todavía hay varias personas con «falta de mérito» para sobreseerlas o procesarlas, especialmente del entorno de este último, cuya suerte está atada al resultado del nuevo debate oral.

Al mismo tiempo, el expediente sufrió innumerables obstáculos por parte de la política y las fuerzas de seguridad e inteligencia y es imposible descartar que ello se vuelva a dar en este año electoral.

EL NUEVO JUICIO A TELLELDÍN POR PROVEER LA CAMIONETA-BOMBA

Como ya se explicara, Telleldín fue juzgado entre 2001 y 2004 y resultó absuelto por la incorrecta aplicación retroactiva de la nulidad de una parte de la causa, según resolvió la Corte Suprema hace una década…

Tras el supuesto fortalecimiento de la acusación en su contra, hace ¡cinco años! se dispuso su nuevo juzgamiento por parte del TOF3, ahora integrado por Andrés Basso, Javier Ríos y el sustituto Fernando Canero, el cual recién comenzó dos meses después de lo previsto, tras un extemporáneo planteo del fiscal Abel Córdoba de que no podía ocuparse porque los miércoles tiene otro debate de envergadura, el conocido como «Obra pública» contra el polémico empresario kirchnerista Lázaro Báez, entre otros.

El tribunal le hizo una fuerte reprimenda e instó al Ministerio Público a que encontrara una solución, que no fue otra que la lógica: involucrar a la hasta entonces ausente unidad fiscal creada para ocuparse exclusivamente de los expedientes vinculados con el atentado, especialmente este, que apunta a identificar a sus autores o cómplices.

Así, Roberto Salum, que ya había regresado a Santa Fe, debió hacerse cargo de este proceso, junto con dos colegas: Santiago Eyherabide y Santiago Roldán.

Telleldín está acusado como partícipe necesario del ataque a la AMIA por haber provisto la camioneta-bomba, aunque no se sabe a quién, quizás especialmente preparada para tal fin y con conocimiento del mismo, por lo cual realizó innumerables acciones tendientes a desviar la pesquisa y dificultar o impedir la individualización de sus receptores.

Probar esa intención y convicción y desmentir su estrategia de ignorancia porque no le interesaba despertar sospechas en los presuntos compradores de un vehículo que sabía adulterado y de desacreditar toda la investigación por los delitos o errores eventualmente cometidos por sus responsables será la tarea de los acusadores públicos y de los querellantes: la AMIA y la DAIA, por un lado, y diversos grupos de familiares de víctimas unificados, por el otro.

Por lo pronto, recién comenzó la declaración del centenar de testigos previstos y el juicio se espera que dure al menos un año más.

CAUSA ENCUBRIMIENTO: CONDENAS VARIAS Y REMANENTES CONGELADOS

En 2000, el entonces ministro de Justicia del gobierno de la Alianza, Ricardo Gil Lavedra, se hizo eco de las denuncias públicas de Claudio Lifschitz, un agente de inteligencia de la Policía Federal que había sido recomendado para trabajar como prosecretario de Galeano, sobre diversas irregularidades, si no delitos, cometidos en el curso de la investigación del atentado a la AMIA.

La causa recayó en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 11, a cargo de Claudio Bonadio, quien tomó algunas medidas y declaraciones testimoniales e indagatorias y dejó “dormido” el expediente a resultas del juicio oral que se desarrollaba en paralelo y en el cual se vieron robustecidos muchos de esos hechos, especialmente el pago a Telleldín.

Luego se le sumaron los presuntos delitos que ordenó investigar el TOF3, pero ante su inacción, especialmente respecto del ex ministro del Interior Carlos Corach, con quien ocultó que había trabajado, fue apartado en noviembre de 2005 de la instrucción, que recayó en Ariel Lijo, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 4.

este avanzó en varios de esos casos y entre 2011 y 2012 elevó a juicio dos tramos: la remuneración al último poseedor conocido de la camioneta-bomba Trafic (peculado) y una supuesta protección a Alberto Jacinto Kanoore Edul, un sospechoso de origen sirio, hijo de un amigo del entonces presidente Carlos Menem.

Tras innumerables dilaciones por excusaciones o recusaciones, entre el 6 de agosto de 2015 y el 28 de febrero de este año, fueron juzgados por una conformación especial del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 2:

• Galeano: Condenado a la seis años de prisión e inhabilitación absoluta y perpetua como autor de encubrimiento por favorecimiento personal, violación de medios de prueba, prevaricato y dos privaciones ilegales de la libertad agravadas, y partícipe necesario de peculado.

• Ex secretario de Inteligencia Hugo Anzorreguy: Condenado a cuatro años y seis meses de cárcel e inhabilitación absoluta y perpetua como autor de peculado y partícipe necesario de encubrimiento.

• Telleldín: Condenado a tres años y seis meses de prisión e inhabilitación absoluta y perpetua como partícipe necesario del delito de peculado y a restituir los 400.000 dólares, actualizados.

• Ex subsecretario de Inteligencia Juan Carlos Anchézar: Condenado a tres años de cárcel e inhabilitación especial por seis años como autor de falsedad ideológica y partícipe necesario de encubrimiento.

• Ex titular del disuelto Departamento de Protección del Orden Constitucional de la Policía Federal Carlos Castañeda: Condenado a la misma pena como autor de violación de medios de prueba (ya había sido castigado por hechos similares) y falsedad ideológica y partícipe necesario de encubrimiento.

• Mullen y Barbaccia: Habían sido acusados como partícipes necesarios de peculado y cuatro privaciones ilegales de la libertad, agravadas por su duración y/o abuso funcional, y primarios o secundarios de coacción, pero los condenaron a dos años de prisión de ejecución condicional como autores de incumplimiento de los deberes de funcionario público.

• Ana María Boragni, ex concubina de Telleldín: Condenada a dos años de cárcel de ejecución condicional como partícipe necesaria de peculado, por haber cobrado los 400.000 dólares.

• Menem: Absuelto como autor de abuso de autoridad e instigador o determinador de encubrimiento por favorecimiento personal, falsedad ideológica y violación de medios de pruebas. Le habían pedido penas que iban de los cuatro a los catorce años de prisión y prohibición de seis a diez para seguir como funcionario, ya que actualmente es senador nacional.

• Ex coordinador de la Dirección de Reunión Exterior de la desaparecida Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) Patricio Finnen: Absuelto como partícipe secundario de peculado. Le habían pedido penas que iban de los dos a los cinco años de cárcel y su inhabilitación absoluta de cuatro años a perpetua.

• Ex presidente de la DAIA Rubén Beraja: Absuelto como partícipe necesario o secundario de peculado. Le habían pedido penas que iban del año a los cuatro y ocho meses de prisión y la inhabilitación absoluta para ejercer cargos públicos de ocho años a perpetua.

• Víctor Stinfale, ex abogado de Telleldín: Absuelto como partícipe necesario de peculado. Le habían pedido penas que iban del año y medio a los tres y medio de cárcel y la inhabilitación absoluta para ejercer cargos públicos de cinco años a perpetua.

• Ex jefe de la División Operaciones Federales de la Superintendencia de Drogas Peligrosas y del Departamento Unidad de Investigación Antiterrorista Jorge Palacios: Absuelto como partícipe necesario de encubrimiento por favorecimiento personal y autor de abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público y/o de medios de prueba. Le habían pedido penas que iban de los dos a los cinco años de prisión y cuatro a diez de inhabilitación especial para ejercer cargos públicos.

Antes del inicio del debate fallecieron el ex jefe operativo de la Dirección de Reunión Exterior (“Sala Patria”) de la SIDE Alejandro Brousson y el ex titular de la Unidad Presidente Munir Menem, hermano del ex mandatario.

Se espera que muchos de los involucrados apelen el fallo de los jueces Jorge Gorini, Néstor Costabel y Karina Perilli ante la Cámara Federal de Casación Penal al término de la feria judicial de invierno, y la última palabra volverá a tenerla la Corte Suprema.

En medio hubo varias influencias del poder político, ya que el debate comenzó en el kirchnerismo y enseguida cambió el Gobierno, que modificó varias veces a los representantes de la luego disuelta Unidad Especial del Ministerio de Justicia y terminó envuelto en serias polémicas y acusaciones de pretender proteger a Mullen y Barbaccia.

Ello le valió denuncias públicas y judiciales contra el responsable del área, Germán Garavano, y la vicepresidenta, Gabriela Michetti, que también alcanzaron al primer mandatario, Mauricio Macri.

Paralelamente, Lijo casi completó la instrucción contra el ex comisario Luis Vicat, ex titular de un área especial creada en el ámbito de la Policía bonaerense para investigar el atentado; el entonces presidente de la Cámara Nacional de Casación Penal de esa provincia Federico Domínguez, ex defensor del imputado Bautista Huici; y la abogada Marta Parascandalo, que representó al ex comisario Alejandro Burguete, por coacción a acusados y familiares de los mismos para que declararan en perjuicio del sindicado líder de la “conexión local”, Juan José Ribelli.

No lo logró porque también fue apartado de la causa: en mayo de 2016 y por no acatar las intimaciones de la Sala I ad hoc de la Cámara de Apelaciones para que avanzara contra Corach (otra vez) y los ex secretarios de Galeano María Susana Spina (paradójicamente, ex esposa del abogado de Ribelli, José Manuel Ubeira), Carlos Velasco y Javier de Gamas, quien hoy es juez en Ushuaia.

Es paradójico que Lijo no haya sido removido del expediente pese a haber sido secretario letrado de Riva Aramayo mientras se consumaba el supuesto desvío de la pesquisa, pero se cuestione al sobrino de esta última por tener ese lazo familiar…

En definitiva, las denuncias por encubrimiento quedaron radicadas en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 2, de Sebastián Ramos, quien en marzo de 2017 elevó a juicio el tramo de Vicat y Parascandalo, ya que Domínguez había fallecido dos meses antes sin que pudiera determinarse si había cometido delitos.

Ese debate también recayó en el TOF2, que todavía no fijó su fecha de inicio, ni siquiera invitó a las partes a ofrecer pruebas.

Por lo demás, sigue sin haber novedades sobre los otros imputados, cuya situación podría agravarse tras el fallo -no firme- del TOF2.

DENUNCIA DE NISMAN: UN JUICIO SIN FECHA DE INICIO EN UN AÑO ELECTORAL

El 14 de enero de 2015, cuatro días antes de ser encontrado muerto en su departamento, Nisman denunció que el gobierno kirchnerista encabezado por Cristina Fernández había acordado el Memorándum de Entendimiento con Irán como una forma de proteger a los imputados de ese origen.

Además de la ex mandataria, el extinto fiscal había acusado al canciller Héctor Timerman (fallecido el 30 de diciembre de 2018), el diputado Andrés Larroque, el polémico dirigente kirchnerista Luis D’Elía, el presunto representante del gobierno iraní Jorge Alejandro “Yussuf” Khalil, el ex fiscal y juez Héctor Yrimia, el supuesto espía Ramón “Allan” Bogado y el ex líder de la organización extremista Quebracho Fernando Esteche de encubrimiento por favorecimiento personal agravado, impedimento o estorbo del acto funcional e incumplimiento de los deberes de funcionario público.

Su presentación sufrió diversas vicisitudes, que incluyeron el rechazo por inexistencia de delito por parte del titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 3, Daniel Rafecas, confirmado por la Sala I, a cargo de los luego eyectados Jorge Ballestero y Eduardo Freiler, y la intervención de la DAIA como pretensa querellante y su exitoso intento para que se investigasen los hechos, logrado recién ante la Sala I de la Cámara de Casación, que también ordenó el apartamiento de los jueces intervinientes a fines del año siguiente.

Así, la denuncia de Nisman recayó en Lijo (otra vez), quien el 1º de febrero de 2017 delegó la instrucción en el titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 11, Gerardo Pollicita, que dos años antes había requerido unas 45 medidas de prueba.

Paralelamente, Bonadio (otra vez) le pidió a su colega que se inhibiera de actuar y le remitiera el expediente para unificarlo con otro similar que llevaba contra Fernández de Kirchner y Timerman, incluía el delito de traición a la patria y estaba más avanzado.

Dos semanas después, el titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 4 aceptó como querellantes a Luis Czyzewski y Mario Averbuch, padres de Paola y Yanina, respectivamente, víctimas del atentado a la AMIA, quienes se sumaron a la DAIA como acusadores particulares, mientras que, poco después, el fiscal agregó entre los imputados a los ex ministro de Planificación Federal Julio de Vido, secretario general de la Presidencia y titular de la Agencia Federal de Inteligencia Oscar Parrilli, secretario legal y técnico Carlos Zannini y procuradora general del Tesoro Angelina Abbona.

El 15 de mayo, Lijo rechazó cederle la causa a Bonadio, pero a fin de ese mes, el presidente de la Cámara Federal, Martín Irurzun, lo apartó (otra vez).

El 6 de diciembre, el nuevo juez procesó, embargó y ordenó detener por traición a la patria, encubrimiento agravado por el hecho precedente y por ser funcionarios públicos (quienes lo eran) y estorbo de un acto funcional a la ex mandataria (pidió su desafuero como senadora), Timerman (le dio el arresto domiciliario por su grave estado de salud), Zannini, Khalil, Esteche y D’Elia.

En cambio, no dispuso la prisión preventiva para Larroque, Parrilli, Abbona, Bogado y los ex vicecanciller Eduardo Zuain y subdirector de la Agencia Federal de Inteligencia Juan Martín Mena, y decretó la falta de mérito de los ex funcionarios de la Cancillería Luciano Tanto Clement, José Mercado, Alberto D’Alotto y Susana Ruiz Cerutti.

Dos semanas después, la Sala II de la Cámara Federal, integrada por Irurzun y Eduardo Farah, confirmó el fallo de Bonadio, aunque corrigió la imputación a estorbo de un acto funcional, abuso de autoridad y encubrimiento agravado, y eliminó la traición a la patria.

Durante la feria judicial de enero de 2018, los padres de víctimas (insistieron con la calificación completa del juez) y la DAIA requirieron la elevación a juicio oral, y tras la misma hizo lo propio Eduardo Taiano, titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 3, que había reemplazado a Pollicita cuando se unificaron las causas.

El 5 de marzo Bonadio dispuso la clausura parcial y su remisión a debate, para el cual fue sorteado el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 9, y tras su anulación por parte de la Corte Suprema de Justicia por razones administrativas ajenas al atentado, quedó finalmente radicado en el Nº 8.

Inmediatamente se excusó el juez Nicolás Toselli por ser yerno de un importante testigo, el ex embajador argentino en Siria Roberto Ahuad, y luego de una dura polémica, el 18 de junio fue apartada Sabrina Namer, quien había reemplazado justamente a Nisman tras su muerte.

Antes de eso y junto con la única sobreviviente de la constitución original del cuerpo, Gabriela López Iñíguez, habían dispuesto la excarcelación de todos los detenidos, salvo Esteche, que continúa en prisión preventiva.

En su lugar fueron designados por sorteo José Michilini y Jorge Tassara, quien falleció el 6 de marzo (curiosamente, el mismo día que debía empezar el nuevo juicio a Telleldín) y fue reemplazado por Daniel Obligado.

El tribunal les pidió a las partes que ofrezcan testigos y medidas de pruebas, pero aun cuando recientemente la Corte accedió a su pedido de más personal y recursos, todavía no se expidió al respecto, ni tampoco fijó la fecha de inicio de un proceso altamente politizado y atravesado por la “grieta” entre simpatizantes y detractores del kirchnerismo.

Si bien hubo algunos (¿interesados?) rumores de que ello ocurriría en octubre, en coincidencia con las elecciones generales, difícilmente sea así porque la principal acusada ya es sometida a otro debate, tiene más pedidos de juicio anteriores a este, al igual que otros de los acusados, y además, es candidata a Vicepresidenta de la Nación…

En tanto, en la instrucción siguen las investigaciones respecto de otros imputados que tienen falta de mérito para procesarlos y de otras personas todavía ni siquiera acusadas.

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Argentina

Atentado Embajada de Israel en Argentina | El embajador Sela a Milei: “Gracias por estar del lado correcto de la historia’’

En el Acto central por el 32° aniversario del atentado, el embajador en el país agradeció al presidente Milei por sus palabras en el Museo del Holocausto en su reciente visita el Estado de Israel, en el que habló de la importancia de ‘‘saber estar en el lado correcto de la historia’’.

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Agencia AJN.- El embajador de Israel en Argentina, Eyal Sela, remarcó en el Acto central por el 32° aniversario del atentado a la Embajada de Israel en el país que ‘‘entendemos que no estamos solos, el presidente Milei  lo sintetizó con una frase contundente a su salida de Yad Vashem (Museo del Holocausto), en su visita a Jerusalem: ‘Saber estar en el lado correcto de la historia’’, gracias por eso señor  presidente’’.

A la hora de hablar de la importancia del evento, Sela expresó: ‘‘Estamos aquí porque nuestros dos países se plantean un presente y un futuro próspero de cooperación y fortalecimiento del vinculo bilateral. Estamos aquí porque hace 32 años Irán, a través de Hezbollah, y hoy a través de Hamás, Hezbollah otra vez y los Hutíes y el resto de sus organizaciones, quieren que nos demos por vencidos’’.

En la misma línea, el embajador señaló: ‘‘Estamos aquí por David Ben Rafael, un diplomático israelí que en 1992 perdió su vida en este mismo lugar en el que yo estoy parado. Y por David Cuneo, que hoy está secuestrado en la Franja de Gaza’’.

‘‘Es el mismo terrorismo el que definitivamente vamos a vencer. Llamemos a las cosas por su nombre, el terrorismo debe ser llamado por su nombre y condenado como tal por la comunidad internacional’’, agregó Sela.

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El presidente Milei, la vicepresidenta Villarruel, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, la secretaria de la presidencia, Karina Milei y el ministro del Interior, Guillermo Francos.

Finalmente, el embajador destacó que ambos pueblos saben qué es el terrorismo y que ‘‘ están más unidos que nunca. ‘No olvidar’ fue la consigna de este año. Jamás olvidar el 17 de marzo de 1992, el 18 de julio 1994 y el 7 de octubre de 2023. Jamás olvidar por los que fueron asesinados hace 32 años y por los que esperamos con todas nuestras fuerzas que regresen a sus casas hoy en día’’.

El acto contó con la participación del presidente argentino, Javier Milei, la vicepresidenta, Victoria Villarruel, la secretaria de la presidencia, Karina Milei, el ministro del Interior, Guillermo Francos, el ministro de Defensa, Luis Petri, el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, el director de la cancillería israelí para América Latina, Jonathan Peled, el presidente de la DAIA, Jorge Knoblovits, y el presidente de la AMIA, Amos Linetzky. También estuvo presente Guillermo Yanco, representando al Museo del Holocausto.

El presidente Milei realizó una ofrenda a la familia Bibas, que permanece cautiva en Gaza. También realizaron diversas ofrendas florales Peled y el embajador de Sela, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, el jefe de la Policía, el jefe de Seguridad de la Embajada, la sobreviviente Lea Kovensky, y los presidentes de la AMIA y la DAIA, representando a la comunidad judía argentina, y el presidente del KKL, Diego Stern, y del Keren Hayesod, Gabriela Glazmna, representando a las instituciones nacionales israelíes.

Luego de entonarse los himnos y entregarse las ofrendas, el Rabino Axel Wahnish estuvo a cargo de recitar el kadish de duelo (Izkor).

El atentado a la Embajada de Israel el 17 de marzo de 1992, que dejó 29 muertos, fue el primer ataque del fundamentalismo islámico en la Argentina.

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El presidente de la AMIA, Amos Linetzky, y el presidente de la DAIA, Jorge Knoblovits.

El atentado

El martes 17 de marzo de 1992, a las 14.50 (hora local), una camioneta Ford F-100 conducida por un suicida y cargada con una mezcla de hexógeno y pentrita se estrelló contra una de las puertas de la casona donde funcionaba la legación, situada en Arroyo 910, casi Suipacha.

El vehículo fue comprado con dólares estadounidenses que tenían marcas características de las casas de cambio de Biblos, en El Líbano.

El atentado provocó la destrucción de la embajada y daños a una iglesia católica y una escuela ubicada en un edificio cercano, entre otros. Como consecuencia del ataque murieron 29 personas, 22 de ellas identificadas, y otras 242 resultaron heridas.

Es considerado como el inicio de una serie de ataques del terrorismo internacional y la Argentina sufrió más tarde, el 18 de julio de 1994, el atentado a la AMIA, que dejó un saldo de 85 muertos y centenares de heridos, la agresión terrorista más sangrienta que sufrió el país en su historia.

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A pesar del blanco seleccionado, la mayoría de las víctimas no perteneció al personal de la embajada ni eran judíos, en una nueva muestra del indiscriminado accionar del terrorismo y el desinterés por la vida humana, independientemente de su origen, credo o nacionalidad.

Basta como muestra advertir que entre los muertos hubo argentinos, israelíes, bolivianos, un uruguayo y otro italiano, incluidos ancianas alojadas en un geriátrico ubicado enfrente de la legación, ocasionales peatones y hasta un cura.

Por tratarse de una representación extranjera, la competencia originaria le correspondió a la Corte Suprema de Justicia, que en los primeros años casi nada avanzó en la investigación, de la mano del octogenario Ricardo Levene (h) y su secretario, Alfredo Bisordi, y luego, de la composición con “mayoría automática” menemista, encabezada por Julio Nazareno.

Tras diversos intentos por cerrar la causa o adjudicar la explosión a un “autoatentado” o a la presencia de un nunca probado “arsenal” supuestamente escondido en el sótano de la Embajada, recién 5 años después se designó a un secretario especial, Esteban Canevari, quien empezó a impulsar la pesquisa con mayor responsabilidad.

En diciembre de 1999, la Corte Suprema dictó una acordada estableciendo que los muertos habían sido 22 (y no 29 como se había informado oficialmente los años anteriores) y que la investigación debía orientarse a reunir las pruebas que establecieran la certeza de que el atentado había sido realizado por la Jihad Islámica, brazo armado de Hezbollah.

Con el advenimiento del kirchnerismo, el cambio en la composición de la Corte y la designación, en 2005, del fiscal especial José Luis Mandalunis para revisar lo actuado hasta ese momento despertaron ciertas esperanzas que no fueron satisfechas.

En 2015, el entonces presidente de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti declaró públicamente que en la causa había «cosa juzgada» debido a la acordada de 1999. La declaración produjo confusión, ya que en 2006 el máximo tribunal había dictaminado en la causa una resolución estableciendo que la misma no había prescripto.

En la actualidad, y más allá de diversos señalamientos a personajes como el traficante de armas Monzer al-Kassar, solo existen órdenes de captura dictadas en 2006 para los libaneses José Salman el-Reda Reda, casado con una argentina y sospechoso de ser el coordinador local del ataque, aunque está identidad sería falsa y se trataría de Abdallah Salman, y Hussein Mohamad Ibrahim Suleiman.

Hace unos años, la Embajada de Israel aportó una foto actualizada, los datos biométricos e información que ayudaría a localizar a este último en su país, y también relevantes referencias sobre su cómplice, hermano de Salman Raouf Salman (Samuel el-Reda Reda), supuesto jefe de la red latinoamericana que Hezbollah montara en la década de 1990.

Según la inteligencia argentina, Suleiman fue arrestado en 2001 en Jordania y habría confesado que en 1991 viajó a San Pablo y a principios de 1992 a Foz de Iguazú, donde recibió los explosivos utilizados en el atentado.

Luego habría ingresado a la Argentina en micro, con los mismos disimulados en cajas de alimentos.

El Reda fue arrestado en Rosario en 1992, con gran cantidad de dólares falsos, pero quedó libre por falta de pruebas.

También tenía orden de captura el entonces responsable de operaciones especiales en el extranjero de Hezbollah, Imad Moughniye, quien fue asesinado con un coche-bomba en 2008, en Damasco, Siria.

Si bien por el hecho no hay condenados, se sospecha que los autores del ataque ingresaron al país a través de Triple Frontera entre Argentina, Paraguay y Brasil.

Quedan muchas preguntas sin responder, fundamentalmente la responsabilidad de una “conexión local” y un eventual encubrimiento posterior, además de la increíble anécdota del móvil policial desviado de su recorrido habitual para investigar… el robo de una lapicera en el Palacio San Martín, la sede la Cancillería, lo cual dio lugar a especulaciones sobre una probable “zona liberada”.

Tras años de lucha, los familiares de las víctimas y los sobrevivientes lograron la sanción, por unanimidad, de una ley resarcitoria que habilitó una indemnización que ya cobraron.

En tanto, en 2017 se aprobó la ley 27417, que consagró el Día de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas del mismo.

Esta norma también prevé la realización de “actividades conmemorativas en todos los establecimientos escolares del país, públicos y privados” y la inclusión de esa tragedia “en la currícula escolar oficial como un hecho histórico”.

Como si la inacción de esta causa “dormida” y en “terapia intensiva” no fuera suficiente, el 1º de abril de 2018 renunció para jubilarse su instructor, Canevari.

Pero para mantener viva la esperanza de esclarecimiento y casi utópica justicia, en 2022 trascendió en diversos medios un supuesto «informe final» del Mossad que explicaría en detalle cómo fue planificado y perpetrado el atentado, el cual ratificaría en gran medida lo que ya se sabía y abonaría la polémica hipótesis de que no habría existido una «conexión local» de argentinos o naturalizados que hubieran colaborado intencionalmente con el mismo.

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Argentina

Argentina: Se conmemora el aniversario 32 del atentado a la embajada de Israel

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Agencia AJN.- En el marco de la guerra entre Israel y Hamás, se cumple un nuevo aniversario por el atentado a la embajada de Israel en Argentina.

El acto comenzó con el sonido de la sirena a las 14:50, hora en la que ocurrió el atentado, el día 17 de marzo de 1992.

El acto central cuenta con la participación del presidente argentino, Javier Milei, la vicepresidenta, Victoria Villarruel, la secretaria de la presidencia, Karina Milei, el director de la cancillería israelí para América Latina, Jonathan Peled, el presidente de la DAIA, Jorge Knoblovits, y el presidente de la AMIA, Amos Linetzky.

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