Seguinos en las redes

Sin Categoría

AMIA/Encubrimiento. Mañana declararán ex policías bonaerenses que arrestaron a Telleldín o lo intentaron

AJN (Por Lic. Claudio Gustavo Goldman).- Víctor Cruz, Walter Castro y Manuel García participaron, en 1994, de la detención, o tentativas, con presuntos fines extorsivos del último poseedor conocido de la camioneta-bomba Trafic y por ello fueron arrestados en su momento por Juan José Galeano. El primero fue absuelto en el juicio anterior y los otros no llegaron al debate.

Publicada

el

comodoro

(Por Lic. Claudio Gustavo Goldman).- Mañana, jueves, declararán en el juicio oral y público por encubrimiento de autores o cómplices del atentado a la AMIA, que sustancia el Tribunal Oral Federal Nº 2, otros tres ex policías bonaerenses: Walter Castro, Víctor Cruz y Manuel García, quienes en 1994 participaron de la detención con presuntos fines extorsivos de Carlos Telleldín, el último poseedor conocido de la camioneta-bomba Trafic, y de dos intentos infructuosos en ese sentido, respectivamente, y por ello fueron arrestados en su momento por el destituido juez Juan José Galeano.

De ellos, Cruz fue el único que llegó al juicio oral realizado entre 2001 y 2004, del cual resultó absuelto por falta de acusación fiscal que sustentara su imputación de coautor de asociación ilícita, doble secuestro extorsivo y extorsión.

El 15 de marzo de ese año y pese a no estar oficialmente en funciones por encontrarse en disponibilidad preventiva, el entonces sargento integró una comisión de la Brigada de Lanús, a cargo del fallecido subcomisario Raúl Ibarra -luego acusado por el atentado-, para arrestar a Telleldín en Olivos cuando fuera a encontrarse con su ex concubina Ana María Boragni, pero el buscado se fugó.

El 12 de julio de 1996, Galeano ordenó detener a Cruz y luego lo procesó, embargó y mandó a juicio.

Según alegó uno de los abogados de Ibarra, ello se debió a que se negó declarar falsamente contra su defendido, aunque el hecho de no haber tenido que estar prestando servicios ese día pone un manto de dudas sobre la legitimidad de ese operativo.

Finalmente, Telleldín fue arrestado el 4 de abril de 1994, por Ibarra y el entonces cabo 1º Castro, entre otros, en Tortuguitas, junto con su pareja Sandra Petrucci.

Tras ser trasladado a la dependencia, el detenido entregó un documento que erróneamente lo identificaba como “Teccedín”, lo cual -según la acusación original- habría sido aprovechado por los policías para que no quedaran registros de su presencia y así poder canjear su libertad por una moto y un auto, según luego denunció la supuesta víctima.

Tres meses después, el 14 de julio, otra comisión policial, esta vez de la Brigada de Vicente López, a cargo del principal Anastacio Leal -luego imputado por el atentado- e integrada por el sargento García, entre otros, trató de arrestar a Telleldín en su casa de Villa Ballester, presuntamente para saldar una deuda que tenía con la dependencia tras la liberación de su amigo y socio Hugo Pérez, pero luego de una persecución, logró huir.

Galeano también ordenó el arresto de Castro y García, quienes solo declararon como testigos y nunca fueron acusados por esas presuntas maniobras.

Este último tuvo gran relevancia para sostener la imputación contra Leal, ya que en el marco de un sumario administrativo de la Policía de la Provincia de Buenos Aires labrado por el entonces comisario mayor Ramón Verón afirmó que quienes conocían de antes al acusado lo apodaban “Pino”, tal como había identificado Telleldín a uno de sus supuestos extorsionadores.

Entre los 140 testigos citados también se encuentran la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y otros miembros de la entonces Comisión Bicameral parlamentaria que acompañaba la investigación, el ex prosecretario judicial Claudio Liftschitz, quien reveló el supuesto encubrimiento, y el ex espía Antonio Stiuso, cuya negativa a declarar ante la Unidad Fiscal genera gran incertidumbre en querellas y defensas.

El esperado y muy demorado juicio oral, que comenzó el 6 de agosto de 2015 y podría durar dos años, reúne dos causas: el pago ilegal, con aval judicial, a Carlos Telleldín, el último poseedor conocido de la camioneta-bomba Trafic, de 400.000 dólares de fondos reservados de la entonces Secretaría de Inteligencia del Estado para que acusara -se presume que falsamente- a policías bonaerenses, y la interrupción de la investigación contra Alberto Kanoore Edul, vinculado con ex presidente Carlos Menem y que es clave para la “pista siria”, más otros delitos que habrían cometido Galeano y los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia.

Por ambos hechos están imputados el ex magistrado y el ex secretario de Inteligencia menemista, Hugo Anzorreguy, mientras que solo por el primero también se acusa a los ex fiscales, el ex espía Patricio Finnen y el ex presidente de la DAIA Rubén Beraja, y al propio Telleldín, Boragni y su ex abogado Víctor Stinfale, por recibir y usufructuar el dinero.

Por el otro caso son enjuiciados Menem, el ex subsecretario de Inteligencia Juan Carlos Anchézar y los ex comisarios de la Policía Federal Palacios y Carlos Castañeda, ya condenado por la destrucción o pérdida de otras pruebas.

Por haber fallecido no son juzgados el ex espía Alejandro Brousson y el ex funcionario Munir Menem, hermano del entonces Presidente.

Enfrente están los fiscales que reemplazaron a Nisman y seis querellas de familiares de víctimas -Memoria Activa, 18J y APEMIA-, instituciones judías -AMIA y DAIA-, los ex policías y el Ministerio de Justicia.

La causa había recaído originalmente en el TOF 3, así que volvió a sortearse y le tocó al TOF 2, cuyos miembros sufrieron numerosas recusaciones o excusaciones que demoraron por años el inicio del debate.

Dejá tu comentario

Sin Categoría

El presidente de Israel en el Hospital Soroka: “Esto es un crimen de guerra”

Publicado

el

Por

WhatsApp Image 2025-06-19 at 08.43.06

Agencia AJN.- El presidente de Israel, Isaac Herzog, visitó el Hospital Soroka en Beer Sheva esta mañana, luego de que el edificio fuera alcanzado por un impacto directo de un misil iraní.

Herzog fue recibido por el director del hospital, Shlomi Kodesh, junto con médicos, enfermeros y pacientes, judíos y musulmanes, provenientes del Néguev, el sur del país.

“Nos reunimos para observar la destrucción y la devastación causadas por un misil iraní disparado indiscriminadamente con la única intención de segar vidas inocentes en un hospital. ¡Esto es un crimen de guerra!”, expresó Herzog.

herzog hs

“En estas imágenes, vemos dos cosas: vemos el rostro del mal y el terror sembrados por los ayatolás en Teherán, y al mismo tiempo vemos la resiliencia y la fuerza de la sociedad israelí, unida en nuestro deseo de que todos los pueblos de esta región vivan en paz”, agregó.

Seguir leyendo

Guerra

Opinión. De Ben Gurión a Netanyahu: Una decisión sobre la continuidad del Estado

Publicado

el

Por

Ben Gurion Netanyahu

Agencia AJN (Por Oren Solomon*/C14).- «Por la presente, declaramos la continuidad de la existencia del Estado de Israel…». Así debió haber comenzado su discurso a la nación el primer ministro tras el lanzamiento del ataque preventivo de las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) a Irán. Esa decisión, que recae sobre los hombros del primer ministro, es de la misma magnitud que el establecimiento del Estado. En 1947, David Ben Gurión decidió aceptar el Plan de Partición y establecer un Estado, y en 2025, Benjamin Netanyahu decidió evitar su destrucción y garantizar su continuidad.

Contexto

El Estado de Israel ha estado bajo una amenaza existencial desde su fundación. Inicialmente, la amenaza estaba liderada por seis ejércitos árabes que planeaban conquistar la totalidad del recién declarado Estado de Israel. Con el paso de los años, la amenaza se ha consolidado y simplificado en ejércitos y coaliciones de países árabes cercanos (Egipto, Siria, Jordania) y lejanos (Irak). En las últimas décadas, nuestros enemigos, las organizaciones terroristas palestinas (Fatah, Hamás, Yihad Islámica), así como Hezbollah, han llevado a cabo no solo actos de terrorismo y asesinato, sino también un intento de hacer realidad su visión de destruir a Israel mediante el plan ofensivo del 7 de Octubre.

Ese plan no era solo un intento de cometer asesinatos y secuestros locales, sino que formaba parte de un plan múltiple, bajo los auspicios de Irán, para ocupar y destruir el Estado de Israel. El ataque de Hamás debía ser el primer paso, una especie de «entrada», tras el cual la Fuerza Radwan atacaría en el norte, los árabes de Judea y Samaria en Samaria y las ciudades del Sharon, y más tarde, los árabes de Israel y las milicias de Siria, e incluso de Jordania. Todo ello bajo el auspicio del lanzamiento de misiles iraníes, previsto para sitios estratégicos, bases aéreas y otros lugares.

Irán no solo habría patrocinado, sino también financiado, dirigido y facilitado estratégicamente el terrorismo contra Israel, todo como parte de su deseo de destruir el Estado de Israel (en Teherán hay un reloj en cuenta regresiva desde el año 2040 hasta el momento de la destrucción de Israel… ¡Esta es una oportunidad para que los pilotos de la Fuerza Aérea lo destruyan!).

Pero Irán no se conformó con usar «solo» el terror y un círculo de fuego, sino que buscó obtener armas nucleares, todo con el fin de destruir Israel, ya sea mediante ataques de ejércitos terroristas y lanzamiento de misiles bajo la apariencia de un paraguas nuclear o utilizando sus propias armas nucleares.

Irónicamente, ese deseo de Irán nunca se ocultó, pero el mundo y los organismos de la ONU siguieron haciendo la vista gorda y llevando negociaciones como si se tratara de un acuerdo para detener la producción de petróleo para uso civil.

El Estado de Israel y el primer ministro

Por otro lado, el Estado de Israel, bajo el liderazgo de Netanyahu, reconoció la amenaza existencial y lideró una lucha multidimensional de varios años para intentar detener la nuclearización de Irán. Esa lucha incluyó medidas diplomáticas, combinadas con presión y sanciones económicas, que condujeron al acuerdo nuclear de 2015 (JCPOA), liderado por los Estados Unidos.

Sin embargo, ni siquiera ese acuerdo, del que el presidente Trump se retiró en su primer mandato (2018), impidió que Irán continuara su búsqueda de la bomba atómica. Esos intentos alcanzaron su punto álgido en los últimos años, cuando Irán alcanzó una cantidad de uranio enriquecido a más del 60% en una cantidad de cientos de kilogramos, suficiente para unas 10 bombas atómicas (aproximadamente del tamaño de la de Hiroshima).

Además, Irán logró burlar a la AIEA e impulsar en secreto un plan para convertir el material enriquecido en una bomba (del grupo armamentístico cuyo objetivo es producir el dispositivo en el que se producirá la explosión, el cual se instalará en un misil). En los últimos meses se han observado crecientes indicios de progreso en el programa del grupo armamentístico, incluyendo la realización de pruebas.

Esa medida requiere una decisión crucial por parte de Israel: ¿puede el Estado de Israel seguir existiendo bajo la amenaza de una bomba nuclear iraní? En este contexto, el proceso de avance de la preparación militar para frustrar las intenciones de Irán está en pleno apogeo.

Este plan, basado en diversas capacidades operativas y con muchos años de antigüedad (no se detallará en este artículo), recibió la orientación y los ajustes necesarios en los últimos meses, según declaró el primer ministro, y se implementó en la noche del pasado jueves 13 de junio de 2025.

El complejo proceso nacional de toma de decisiones, parte del cual conozco desde adentro, se desarrolló durante muchos años, en medio de importantes dilemas (la capacidad de ejecución, el logro requerido, el costo para nuestras Fuerzas Armadas, el costo para el Frente Interno, el costo político y económico, entre otros), y resultó en una decisión crucial: la continuidad del Estado de Israel y la prevención de una amenaza existencial en manos nucleares. Por eso se dice que es una decisión a lo Ben Gurión, es decir, una decisión sobre la continuidad del Estado, incluso a un alto costo y con posibles riesgos, pero el objetivo principal es lo que importa.

El propósito del ataque preventivo

El propósito del ataque preventivo (un ataque dirigido a impedir que Irán alcance una bomba nuclear) es destruir su capacidad nuclear o dañarla significativamente. Entre los logros adicionales se encuentran la reducción de la capacidad de misiles y la precisión de Irán. El propósito estratégico es cambiar fundamentalmente la realidad estratégica regional (y añadiría, global). Restaurar la disuasión israelí, romper el Eje del Mal y, esta vez, dañar seriamente la cabeza de la serpiente.

Por lo tanto, los responsables israelíes deben actuar de acuerdo con el objetivo principal y el propósito estratégico. Solo cuando logremos esos logros, y no antes (debido a presiones estadounidenses, internacionales o de otro tipo), deberíamos entrar en un mecanismo de terminación que garantice el desmantelamiento continuo de toda la capacidad nuclear de Irán (el modelo libio a gran escala) y abarque todas las áreas de la amenaza iraní: el fortalecimiento de los misiles tierra-tierra, la activación de agentes terroristas y su financiamiento, la apertura del estrecho de Bab el-Mandeb, entre otras. Esta es una oportunidad única en una generación y debemos aprovecharla al máximo.

* Experto en estrategia, Irán y otros ámbitos y ex alto funcionario en la Oficina del Primer Ministro.

Seguir leyendo
Banner para AJN 300×250

Más leídas

WhatsApp Suscribite al Whatsapp!