Agencia AJN.- Fotos en el césped de la Casa Blanca de unas dos docenas de judíos ortodoxos reunidos para Minjá, el servicio de oración de la tarde, después de la firma de los Acuerdos de Abraham en septiembre fue la aparente apoteosis de la influencia política judía ortodoxa en los Estados Unidos.

Durante la presidencia del Presidente de los Estados Unidos Donald Trump, los judíos ortodoxos constituyeron algunos de sus más prominentes y cercanos consejeros, en una administración que apoyó más las posiciones del gobierno israelí que en cualquier otro momento de la historia reciente.

¿Hasta qué punto fue esto un resultado de la influencia de los judíos ortodoxos, y hasta qué punto esta influencia disminuirá con la introducción de la administración del presidente electo de los EE.UU. Joe Biden?

Para los judíos liberales, a menudo en el espectro religioso de los judíos no ortodoxos, los años de Trump representaron un exilio frío y solitario del cálido abrazo de la era progresista de Obama, que tenía una mentalidad similar a la política social judía liberal y a la de Israel.

Los partidos de Jánuca de la Casa Blanca incluían una amplia franja del liderazgo judío, y los líderes judíos liberales se incluían en los debates políticos sobre una amplia gama de cuestiones, y también servían como asesores de política publicitaria sobre Israel.

Pero en el mandato de Trump eso cambió. Una alta figura de la comunidad judía dice que durante los eventos formales de la Casa Blanca centrados en Israel y en la comunidad judía americana, la lista de invitados pasó de ser una representación diversa de toda la gama de la comunidad a un grupo mucho más estrecho de líderes y grupos ortodoxos y conservadores. «Si no estabas al tanto de sus opiniones sobre política exterior e interior, no eras bienvenido a sus reuniones», dijo la fuente.

Además, un gran número de líderes cristianos evangélicos también fueron una presencia habitual y significativa en tales eventos de una forma en la que nunca lo habían sido bajo la presidencia de Obama.

Asesores ortodoxos como el yerno de Trump, Jared Kushner, el embajador de los Estados Unidos en Israel y ex abogado de Trump, David Friedman, Jason Greenblatt, Avi Berkowitz y otros, eran escuchados del presidente en lo que respecta a la política de Israel y la comunidad judía.

Las organizaciones y los líderes ortodoxos han tenido un acceso significativo y prominente a la Casa Blanca, al igual que los líderes del movimiento de colonos israelíes, que es abrumadoramente ortodoxo.

Dado que la judería ortodoxa americana tiende a tener opiniones más acordes con el actual gobierno israelí de derecha que sus homólogos liberales, ¿es esa presencia ortodoxa entre los asesores de Trump y el apoyo general de los ortodoxos lo que ha provocado esta mayor amistad con Israel?

Una alta figura judía estadounidense no asociada con los movimientos liberales no ortodoxos dijo que no necesariamente. Sí, el acceso de los judíos ortodoxos a la Casa Blanca de Trump fue considerable, y esto aumentó durante el curso de la presidencia de Trump.

Y, dijo la fuente, la presencia de Kushner, Friedman, Greenblatt y otros fue importante en, por ejemplo, los generosos términos dados a Israel en las propuestas de paz de Trump que fueron anunciadas con gran alegría en una ceremonia también notable para el gran número de judíos ortodoxos presentes.

Pero es posible e incluso probable que fueran los cristianos evangélicos, ardientes partidarios políticos de Trump, quienes fueron la verdadera fuerza motriz de las políticas pro-israelíes del presidente.

«Todo lo que Trump hizo fue calculado», dijo la fuente, diciendo que su apoyo masivo a Israel probablemente no habría ocurrido «si no hubiera un enorme apoyo evangélico para ello».

Un ejemplo fue la cuestión de la soberanía israelí sobre partes significativas de Cisjordania, que el primer ministro Benjamin Netanyahu inicialmente pensó que sería inmediatamente permitida por el republicano. Trump estaba inicialmente dispuesto a dejarlo pasar, pero lo retiró de la mesa cuando quedó claro que un acuerdo de normalización con los Emiratos Árabes Unidos podría ser de mayor valor, dijo la fuente.

El Presidente también tomó una postura dura con respecto a Irán, rompiendo el acuerdo negociado por la administración de Obama que había sido objetado tanto por el gobierno israelí como por elementos del liderazgo judío ortodoxo.

Pero allí también, Trump había indicado antes de las elecciones que estaba dispuesto a llegar rápidamente a un acuerdo con Teherán en caso de ser reelegido, diciendo que se podría llegar a un nuevo acuerdo nuclear dentro de las cuatro semanas siguientes a las elecciones, con Kushner también haciendo propuestas a los iraníes.

¿Dónde deja esto a los judíos ortodoxos y liberales con la derrota de Trump y la próxima presidencia de Biden?

Parece muy probable que las ideas y posiciones de los judíos liberales americanos tengan mucha más aceptación con la administración entrante, y que su amargo exilio termine.

Los líderes judíos estadounidenses hablan de su «relación muy positiva» con Biden durante muchos años, y el presidente electo ha hablado en conferencias y eventos de movimientos no ortodoxos, y ha tenido desde hace mucho tiempo una conexión con la parte liberal de la comunidad.

Los elementos ortodoxos más conservadores y de derecha del movimiento judío tal vez no sientan el destierro helado con Biden que sintieron los liberales con Trump, pero parece probable que su influencia disminuya.

Pero dadas las prioridades personales y políticas de Trump, es cuestionable si esa influencia fue tan grande como parecía.