Agencia AJN.- Arabia Saudita acusó a Líbano de declarar la guerra en su contra debido a la agresión del grupo chií libanés Hezbolá, respaldado por Irán, una dramática escalada de una crisis que amenaza con desestabilizar al pequeño país árabe.
 
Líbano fue empujado al centro de la rivalidad regional entre Arabia Saudita e Irán desde que el político libanés aliado a Arabia Saudita Saad al-Hariri renunció el sábado como primer ministro, culpando a Irán y Hezbollah en su discurso de renuncia.

El ministro de asuntos del Golfo de Arabia Saudita, Thamer al-Sabhan, señaló que el gobierno libanés «será tratado como un gobierno que declara la guerra a Arabia Saudita» por lo que describió como una agresión de Hezbollah.
 
Al fallar la administración liderada por Hariri por no tomar medidas contra Hezbollah durante un año en el cargo, Sabhan aseguró que «hay quienes se detendrán (Hezbollah) y lo harán regresar a las cuevas del sur del Líbano», el corazón de la comunidad chiíta.
 
En una entrevista con Al-Arabiya TV, agregó: «Los libaneses deben conocer todos estos riesgos y trabajar para solucionar los problemas antes de que lleguen al punto de no retorno».
 
No detalló qué acción podría tomar Arabia Saudita contra Líbano, un país con un Estado débil y muy endeudado que todavía se está reconstruyendo a partir de su guerra civil de 1975-90 y en el que una de cada cuatro personas es un refugiado sirio.
 
Hezbollah es una organización tanto militar como política que está representada en el parlamento libanés y en el gobierno de coalición liderado por Hariri, formado el año pasado. Su poderoso ejército guerrillero es ampliamente visto como más fuerte que el ejército libanés, y juega un papel importante en la guerra en la vecina Siria, otro teatro de la rivalidad saudí-iraní donde Hezbollah lucha en apoyo del gobierno.
 
Las autoridades libanesas expresaron el lunes que las instituciones financieras del país podrían hacer frente a la renuncia de Hariri y que la estabilidad de la libra libanesa no estaba en riesgo. Sin embargo, el precio en efectivo de los bonos denominados en dólares de Líbano cayó, y los vencimientos a más largo plazo sufrieron fuertes pérdidas debido a que los inversionistas tenían una visión débil de las perspectivas a mediano y largo plazo para Líbano.