Agencia AJN.- La televisión estatal iraní, citando una declaración del entorno del presidente Hassan Rouhani, dice que el país no se atendrá a las limitaciones dispuestas para la producción de uranio ni respetará la cantidad máxima de uranio almacenado, poniendo fin a un acuerdo que impedía a Teherán tener suficiente material para construir un arma atómica. Tampoco respetará los límites a la investigación ni al desarrollo de sus actividades nucleares.

El anuncio significa que Teherán ya no cumplirá con ninguno de los límites de su acuerdo nuclear de 2015 con las potencias mundiales, como respuesta al ataque aéreo de Estados Unidos que mató al alto general iraní, Qassem Soleimani, en Bagdad el viernes último. El comunicado no explica en detalle cuáles serán los pasos a seguir tras romper con el pacto, ni los niveles de armamento nuclear que espera conseguir.

El líder del grupo terrorista libanés Hezbollah dijo que el asesinato de Soleimani hizo que las bases militares estadounidenses, los buques de guerra y los miembros de los servicios que se encuentran diseminados por toda la región fueran objetivos adecuados para los ataques. Un ex líder de la Guardia Revolucionaria sugirió que la ciudad de Haifa y «centros» como Tel Aviv podrían ser el objetivo.

El Organismo Internacional de Energía Atómica, el organismo de control de las Naciones Unidas que regula el programa de Irán, no quiso emitir opinión respecto a la decisión. Sin embargo, Irán dice que su cooperación con la entidad «continuará como antes».

De acuerdo al portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Musaví, los funcionarios iraníes planeaban reunirse el domingo por la noche para discutir la posibilidad de dar un quinto paso en su acuerdo nuclear de 2015 con las potencias mundiales, uno que podría ser incluso mayor de lo previsto. Irán ha roto previamente los límites de su enriquecimiento, sus reservas y sus centrifugadoras, así como ha reiniciado el enriquecimiento en una instalación subterránea después de que Estados Unidos se retirara del acuerdo el año pasado.

El asesinato de Soleimani ha intensificado la crisis entre Teherán y Washington después de meses de ataques y amenazas comerciales que han puesto en peligro a todo el Medio Oriente. El conflicto tiene sus raíces en el hecho de que el presidente estadounidense Donald Trump se ha retirado del acuerdo atómico con Irán y ha impuesto sanciones que han paralizado la economía iraní.

Irán ha prometido una «dura venganza» por el ataque estadounidense, que ha conmocionado a los iraníes en todas las líneas políticas. Muchos vieron a Soleimani como un pilar de la República Islámica en un momento en que está acosada por las sanciones de EE.UU. y las recientes protestas antigubernamentales.

Las represalias contra Soleimani podrían venir potencialmente a través de las fuerzas de representación que él supervisó. Esmail Ghaani, el antiguo adjunto de Soleimani, ya ha asumido el cargo de comandante de la Fuerza Quds.

La embajada estadounidense en Arabia Saudita advirtió por separado a los estadounidenses «del mayor riesgo de ataques con misiles y aviones no tripulados».

A finales del sábado, una serie de cohetes lanzados en Bagdad cayeron dentro o cerca de la Zona Verde, que alberga oficinas gubernamentales y embajadas extranjeras, incluida la Embajada de Estados Unidos.

Trump escribió después en su cuenta de Twitter que Estados Unidos ya había «atacado 52 sitios iraníes (que representan a los 52 rehenes estadounidenses tomados por Irán hace muchos años), algunos de muy alto nivel e importantes para Irán y la cultura iraní».