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Atentado/Embajada. La Corte Suprema de Justicia informó hace tres años que la causa estaría “resuelta”

AJN (Por Lic. Claudio Gustavo Goldman).- Su fallo del 23 de diciembre de 1999 dio por acreditado que el ataque fue perpetrado por la organización terrorista libanesa Hezbollah, a través de su brazo armado, la Jihad Islámica. Existen vigentes órdenes de captura para Hussein Mohamad Ibrahim Suleiman, oriundo de ese país, y para el colombiano José Salman el-Reda Reda.

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Embajada de Israel

La Corte Suprema de Justicia informó hace tres años, a través de voceros, que la investigación del atentado a la Embajada de Israel en la Argentina, que provocó 29 muertos y centenares de heridos, estaría “resuelta” tras el fallo del 23 de diciembre de 1999, que dio por acreditado que el atentado fue realizado por la organización terrorista libanesa Hezbollah, a través de su brazo armado, la Jihad Islámica.

Un presunto terrorista suicida habría detonado una camioneta Ford F-100 repleta de una mezcla de hexógeno y pentrita a las puertas de la casona donde funcionaba la legación, situada en Arroyo 910, casi Suipacha.

El vehículo fue comprado con dólares estadounidenses que tenían marcas características de las casas de cambio de Biblos, en El Líbano.

Por tratarse de una representación extranjera, la competencia originaria le correspondió a la Corte Suprema de Justicia, que en los primeros años casi nada avanzó en la investigación, de la mano del entonces octogenario presidente Ricardo Levene (h) y su secretario, Alfredo Bisordi, y luego, de la composición con “mayoría automática” menemista, encabezada por Julio Nazareno.

Tras diversos intentos por cerrar la causa o adjudicar la explosión a un “autoatentado” o a la presencia de un nunca probado “arsenal” supuestamente escondido en el sótano de la Embajada, recién 5 años después se designó a un secretario especial, Esteban Canevari, quien empezó a impulsar la pesquisa con mayor responsabilidad.

El cambio de la composición de la Corte en la última década y la designación del fiscal especial José Luis Mandalunis para revisar lo actuado hasta el momento despertó ciertas esperanzas que aún no fueron satisfechas.

En la actualidad, y más allá de diversos señalamientos a personajes como el traficante de armas Monzer al-Kassar, solo existen órdenes de captura dictadas en 2006 para el líder operativo de Hezbollah, Imad Moughniye (asesinado con un coche-bomba en 2008, en Damasco, Siria), el colombiano de origen libanés José Salman el-Reda Reda, casado con una argentina y sospechoso de ser el coordinador local del ataque, y el libanés Hussein Mohamad Ibrahim Suleiman.

El mes pasado, la embajada de Israel aportó una foto actualizada, los datos biométricos e información que ayudaría a localizar a este último en su país, y también relevantes referencias sobre su cómplice, hermano de Samuel El Reda, supuesto jefe de la red latinoamericana que Hezbollah montara en la década de 1990.

Según la inteligencia argentina, Suleiman fue arrestado en 2001 en Jordania y habría confesado que en 1991 viajó a San Pablo y a principios de 1992 a Foz de Iguazú, donde recibió los explosivos utilizados en el atentado.

Luego habría ingresado a la Argentina en micro, con los mismos disimulados en cajas de alimentos.

El Reda fue arrestado en Rosario en 1992, con gran cantidad de dólares falsos, pero quedó libre por falta de pruebas.

Quedan muchas preguntas sin responder, fundamentalmente la responsabilidad de una “conexión local” y un eventual encubrimiento posterior, además de la increíble anécdota del móvil policial desviado de su recorrido habitual para investigar… el robo de una lapicera en el Palacio San Martín, la sede la Cancillería, lo cual dio lugar a especulaciones sobre una probable “zona liberada”.

El atentado a la Embajada de Israel fue el peor ataque terrorista en la historia de la Argentina hasta la voladura de la AMIA el 18 de julio de 1994, que dejó un saldo de 85 muertos y centenares de heridos, y el ataque más sangriento contra una misión diplomática israelí.

Tras años de lucha, los familiares de las víctimas y los sobrevivientes lograron la sanción, por unanimidad, de una ley resarcitoria que habilitó una indemnización que ya cobraron.

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El presidente de Israel en el Hospital Soroka: “Esto es un crimen de guerra”

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Agencia AJN.- El presidente de Israel, Isaac Herzog, visitó el Hospital Soroka en Beer Sheva esta mañana, luego de que el edificio fuera alcanzado por un impacto directo de un misil iraní.

Herzog fue recibido por el director del hospital, Shlomi Kodesh, junto con médicos, enfermeros y pacientes, judíos y musulmanes, provenientes del Néguev, el sur del país.

“Nos reunimos para observar la destrucción y la devastación causadas por un misil iraní disparado indiscriminadamente con la única intención de segar vidas inocentes en un hospital. ¡Esto es un crimen de guerra!”, expresó Herzog.

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“En estas imágenes, vemos dos cosas: vemos el rostro del mal y el terror sembrados por los ayatolás en Teherán, y al mismo tiempo vemos la resiliencia y la fuerza de la sociedad israelí, unida en nuestro deseo de que todos los pueblos de esta región vivan en paz”, agregó.

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Opinión. De Ben Gurión a Netanyahu: Una decisión sobre la continuidad del Estado

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Ben Gurion Netanyahu

Agencia AJN (Por Oren Solomon*/C14).- «Por la presente, declaramos la continuidad de la existencia del Estado de Israel…». Así debió haber comenzado su discurso a la nación el primer ministro tras el lanzamiento del ataque preventivo de las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) a Irán. Esa decisión, que recae sobre los hombros del primer ministro, es de la misma magnitud que el establecimiento del Estado. En 1947, David Ben Gurión decidió aceptar el Plan de Partición y establecer un Estado, y en 2025, Benjamin Netanyahu decidió evitar su destrucción y garantizar su continuidad.

Contexto

El Estado de Israel ha estado bajo una amenaza existencial desde su fundación. Inicialmente, la amenaza estaba liderada por seis ejércitos árabes que planeaban conquistar la totalidad del recién declarado Estado de Israel. Con el paso de los años, la amenaza se ha consolidado y simplificado en ejércitos y coaliciones de países árabes cercanos (Egipto, Siria, Jordania) y lejanos (Irak). En las últimas décadas, nuestros enemigos, las organizaciones terroristas palestinas (Fatah, Hamás, Yihad Islámica), así como Hezbollah, han llevado a cabo no solo actos de terrorismo y asesinato, sino también un intento de hacer realidad su visión de destruir a Israel mediante el plan ofensivo del 7 de Octubre.

Ese plan no era solo un intento de cometer asesinatos y secuestros locales, sino que formaba parte de un plan múltiple, bajo los auspicios de Irán, para ocupar y destruir el Estado de Israel. El ataque de Hamás debía ser el primer paso, una especie de «entrada», tras el cual la Fuerza Radwan atacaría en el norte, los árabes de Judea y Samaria en Samaria y las ciudades del Sharon, y más tarde, los árabes de Israel y las milicias de Siria, e incluso de Jordania. Todo ello bajo el auspicio del lanzamiento de misiles iraníes, previsto para sitios estratégicos, bases aéreas y otros lugares.

Irán no solo habría patrocinado, sino también financiado, dirigido y facilitado estratégicamente el terrorismo contra Israel, todo como parte de su deseo de destruir el Estado de Israel (en Teherán hay un reloj en cuenta regresiva desde el año 2040 hasta el momento de la destrucción de Israel… ¡Esta es una oportunidad para que los pilotos de la Fuerza Aérea lo destruyan!).

Pero Irán no se conformó con usar «solo» el terror y un círculo de fuego, sino que buscó obtener armas nucleares, todo con el fin de destruir Israel, ya sea mediante ataques de ejércitos terroristas y lanzamiento de misiles bajo la apariencia de un paraguas nuclear o utilizando sus propias armas nucleares.

Irónicamente, ese deseo de Irán nunca se ocultó, pero el mundo y los organismos de la ONU siguieron haciendo la vista gorda y llevando negociaciones como si se tratara de un acuerdo para detener la producción de petróleo para uso civil.

El Estado de Israel y el primer ministro

Por otro lado, el Estado de Israel, bajo el liderazgo de Netanyahu, reconoció la amenaza existencial y lideró una lucha multidimensional de varios años para intentar detener la nuclearización de Irán. Esa lucha incluyó medidas diplomáticas, combinadas con presión y sanciones económicas, que condujeron al acuerdo nuclear de 2015 (JCPOA), liderado por los Estados Unidos.

Sin embargo, ni siquiera ese acuerdo, del que el presidente Trump se retiró en su primer mandato (2018), impidió que Irán continuara su búsqueda de la bomba atómica. Esos intentos alcanzaron su punto álgido en los últimos años, cuando Irán alcanzó una cantidad de uranio enriquecido a más del 60% en una cantidad de cientos de kilogramos, suficiente para unas 10 bombas atómicas (aproximadamente del tamaño de la de Hiroshima).

Además, Irán logró burlar a la AIEA e impulsar en secreto un plan para convertir el material enriquecido en una bomba (del grupo armamentístico cuyo objetivo es producir el dispositivo en el que se producirá la explosión, el cual se instalará en un misil). En los últimos meses se han observado crecientes indicios de progreso en el programa del grupo armamentístico, incluyendo la realización de pruebas.

Esa medida requiere una decisión crucial por parte de Israel: ¿puede el Estado de Israel seguir existiendo bajo la amenaza de una bomba nuclear iraní? En este contexto, el proceso de avance de la preparación militar para frustrar las intenciones de Irán está en pleno apogeo.

Este plan, basado en diversas capacidades operativas y con muchos años de antigüedad (no se detallará en este artículo), recibió la orientación y los ajustes necesarios en los últimos meses, según declaró el primer ministro, y se implementó en la noche del pasado jueves 13 de junio de 2025.

El complejo proceso nacional de toma de decisiones, parte del cual conozco desde adentro, se desarrolló durante muchos años, en medio de importantes dilemas (la capacidad de ejecución, el logro requerido, el costo para nuestras Fuerzas Armadas, el costo para el Frente Interno, el costo político y económico, entre otros), y resultó en una decisión crucial: la continuidad del Estado de Israel y la prevención de una amenaza existencial en manos nucleares. Por eso se dice que es una decisión a lo Ben Gurión, es decir, una decisión sobre la continuidad del Estado, incluso a un alto costo y con posibles riesgos, pero el objetivo principal es lo que importa.

El propósito del ataque preventivo

El propósito del ataque preventivo (un ataque dirigido a impedir que Irán alcance una bomba nuclear) es destruir su capacidad nuclear o dañarla significativamente. Entre los logros adicionales se encuentran la reducción de la capacidad de misiles y la precisión de Irán. El propósito estratégico es cambiar fundamentalmente la realidad estratégica regional (y añadiría, global). Restaurar la disuasión israelí, romper el Eje del Mal y, esta vez, dañar seriamente la cabeza de la serpiente.

Por lo tanto, los responsables israelíes deben actuar de acuerdo con el objetivo principal y el propósito estratégico. Solo cuando logremos esos logros, y no antes (debido a presiones estadounidenses, internacionales o de otro tipo), deberíamos entrar en un mecanismo de terminación que garantice el desmantelamiento continuo de toda la capacidad nuclear de Irán (el modelo libio a gran escala) y abarque todas las áreas de la amenaza iraní: el fortalecimiento de los misiles tierra-tierra, la activación de agentes terroristas y su financiamiento, la apertura del estrecho de Bab el-Mandeb, entre otras. Esta es una oportunidad única en una generación y debemos aprovecharla al máximo.

* Experto en estrategia, Irán y otros ámbitos y ex alto funcionario en la Oficina del Primer Ministro.

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