Agencia AJN.- «Es difícil no desentenderse del hecho de que algo no estuvo bien en el clásico y apreciado programa de investigación Uvdá», con estas palabras comenzó su artículo em el sitio web en hebreo Walla, el periodista israelí Guy Elster, una implacable crítica a la transmisión que dio para hablar en Israel, y más en Argentina.

Este jueves el ciclo conducido por la periodista israelí, nacida en Argentina, Ilana Dayan, presentó un informe sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman. El programa habló sobre el atentado a la AMIA y la muerte de Nisman y no dio a conocer nada nuevo, al menos para los argentinos que vieron el programa tanto en Israel como en Argentina, para la mayoría de los israelíes seguramente sí habrán conocido información nueva sobre el caso.

Lo único nuevo fue la aparición del exagente del Mossad, su testimonio y la relación que tenía con Nisman y el sobre que presuntamente le entregó con información sobre las cuentas que supuestamente tienen Cristina Kirchner, Máximo Kirchner y funcionarios cercanos en paraísos fiscales.

Los adelantos del especial prometían un gran hallazgo, a saber, un exespía del Mossad iba a dar a conocer nuevos detalles de uno de los casos que intriga a millones de argentinos, la muerte de Nisman, escribió el periodista israelí.

«Es un caso doloroso y muy complicado de resolver que contiene exactamente los componentes que presentan las películas de espionaje, pero a fin de cuentas, a Ilana Dayan se le dificultó reanudar la complicada historia, esto es, no resolver las preguntas difíciles», criticó el periodista quien se desempeña en la sección de noticias internacionales del sitio Web israelí Walla.

«Esto pese a que viajó hasta Argentina», continuó Elster, y «conversó con la madre y gente cercana a Nisman». Según el informe televisivo israelí, Shaya conoció al fiscal argentino a principios del año 2000 en el marco de su paso por el Shin Bet (Servicio General de Seguridad israelí) y luego por el Mossad, cuando se desempeñaba en la seguridad de las instituciones israelíes en Latinoamérica. Nisman en esos años estaba al frente del equipo que investigaba el ataque al edificio de la comunidad judía, AMIA, que tuvo lugar en 1994, y murieron 85 personas.

«Peor aún», continúa Elster, quien tiene una licenciatura en Historia de Medio Oriente y Ciencias Políticas en la Universidad de Tel Aviv, es que «en tanto avanzaba el informe, se hizo evidente que Nisman, los golpes que recibió Israel y la comunidad judía en Argentina en la década del 90, eran simplemente la escenografía para Uzi Shaia, un espía retirado que pasó al mundo de los negocios utilizando la información que previamente adquirió durante su carrera en el Mossad». «Recibió todo un escenario para tratar de limpiar su conciencia», sostuvo el autor de la nota publicada en Walla.

Esto se podría entender, escribe Elster, «según lo relatado por Shaya, él entregó a Nisman aparentemente información incriminadora sobre la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que lo llevó a formular el informe de investigación decisivo».

Este informe es que el Nisman iba a presentar en el Congreso argentino un día antes de ser encontrado muerto en su departamento en el barrio de Puerto Madero. Según el fiscal, la mandataria argentina quería desvincular a Irán de la causa AMIA a cambio de beneficios económicos.

Shaya, quien unos años después de retirarse del Mossad, trabajó para una agencia de investigación privada contratada por Elliot Management, propiedad de Paul Singer, actuó, según dijo, por motu proprio. Ni la fundación norteamericana, ni tampoco la inteligencia israelí, según sostiene, sabían que estaba alimentando a Nisman con información incriminatoria en favor de intereses económicos.

Tras observar que la periodista intentó complicarlo con preguntas sobre cuestiones morales y que Shaya se mostró como el agente que no se arrepiente de nada de lo que hizo por el objetivo a cumplir, una vez por el Estado, la otra por intereses económicos, el autor de la nota se preguntó: «Por qué Shaya no utilizó los documentos presentados por él como una prueba sólida del crimen luego de que Nisman apareciera muerto en su departamento, lo que se definió oficialmente al principio como suicidio, algo en lo que nadie creyó».

«¿Estos documentos presentados por Shaya no podrían completar la tarea del fiscal judío y dar por terminado el sufrimiento de Shaya en su sospecha de que él sea quien determinó el destino de Nisman?

La periodista no preguntó eso ni tampoco por qué no reveló o pasó a quien sea necesario la información que podría terminar con la investigación de uno de los atentados más difíciles que haya conocido Israel. «Mientras tanto la principal sospechosa volvió a ocupar un importante cargo de gobierno, esta vez como vicepresidenta, lo que le otorga inmunidad parlamentaria», sostuvó el periodista israelí.

Por último el responsable de noticias internacionales de Walla escribió: «La investigación generó una tormenta en Argentina, y el día después los principales noticieros del país dieron amplia cobertura al informe».

«En entrevistas a medios locales Dayan admitió que no podía decir que el material que pasó de Shaya a Nisman sea auténtico. Todo esto hace pensar que es posible que Shaya haya mentido a todos, a Nisman, Dayan, a la fundación para la que trabajó. Estos trucos y mentiras son las principales armas de los hombres de los servicios de inteligencia», concluyó.