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Agencia AJN.- El cónsul general de Israel en el Sur de China y jefe de la delegación en Guangdong, Peleg Lewi, afirmó que «muchos líderes mundiales no tomaron seriamente» el alcance del coronavirus y «hoy están viendo las consecuencia» de la pandemia que ya dejó casi 25 mil muertos y más de medio millón de infectados en todo el mundo.

En una entrevista exclusiva con la Agencia de Noticias AJN, Lewi describió la experiencia vivida en China, donde las autoridades decretaron la cuarentena el 23 de enero y recién prevén levantar la medida el próximo 8 de abril.

«Todos los israelíes que quedamos en el consulado estamos bien. En estas últimas semanas varios israelíes volvieron a China. Ahora ya no vuelven más porque se cerraron las fronteras en China. La situación ha cambiado, no hemos llegado a la normalidad pero la vida vuelve a su ritmo», comentó el diplomático mientras se preparaba para celebrar el shabat.

De acuerdo a lo señalado por el cónsul los comercios comenzaron a abrir, pero todavía no hay clases en las escuelas. «Lo más importante es que la producción, que es clave para la economía mundial, está retomando no al cien por ciento, pero si bastante fuerte», indicó.

Lewi precisó que el ritmo de vida en el sur de China comenzó a normalizarse «cuando los números de los nuevos casos llegaron a cero, fue el principio del final». «Hoy en día hay menos de 3 mil personas hospitalizadas en toda China y no hubo nuevos casos. En las últimas semanas hubo nuevos casos de chinos o extranjeros que llegan del exterior, de Europa o Estados Unidos, y lo reimportan al virus», comentó.

El diplomático aclaró que «todo se vive con mucha preocupación porque no se logró de un día para otro llegar a cero» infectados en el país.

Consultado sobre los factores que le permitieron al gigante asiático controlar la enfermedad, indicó que China es «un país diferente, donde hay una ley y la gente cumple». «Se logró con medidas drásticas, el gobierno cien por ciento dedicado a esto y buena preparación de los chinos», añadió Peleg para recordar que en ese país se construyeron hospitales en días.

Dentro de las medidas drásticas, el diplomático apuntó que en los primeros días hubo «toque de queda» dentro de la provincia con 60 millones de habitantes, y luego se dispuso «no salir y no se sale». Además se garantizó que no haya desabastecimiento en los supermercados y cuando regía el toque de queda el gobierno repartía comida.

«Hoy en día, la gente que viene del exterior no se va a su casa a hacer la cuarentena se va a hoteles designados o instituciones y se quedan catorce días», aclaró Lewi, quien también destacó como clave para controlar la epidemia la serie de muestreos médicos que se tomaban a los habitantes.

Respecto a lo económico, Peleg dijo que la economía «tuvo su golpe» por la falta de actividad y estimó que el índice de crecimiento «va a bajar tremendamente». «La producción volvió no al nivel de enero, primero porque no todos los empleados han vuelto a trabajar, segundo porque falta materia prima que tiene que venir de afuera y tercero es que mucha de la producción se transformo para atender la crisis», indicó.

En este sentido precisó que hubo fabricas de automóviles que ahora están haciendo máscaras para atender la crisis generada por el coronavirus.

«Los que más sufrieron la crisis son los pequeños y medianos empresarios. Un chofer de taxi o alguien que tiene un kiosco también porque nadie le dio nada. Hay un paquete muy grande de medidas para la estimulación económica con prestamos a baja tasa», apuntó.

Sobre la situación que se vive en Europa, puntualmente en España e Italia, Lewi expresó que se le «parte el corazón» por la cantidad de muertes e infectados que hay en esos países. «También estoy preocupado por lo que pasa en Israel. Creo que el mundo perdió el tiempo en prepararse», opinó.

«Todo el mundo lo vio como si fuese un problema chino y nada más y hoy el mundo no se puede cortarlo, agarrar un país como china y aislarlo. Creo que perdimos mucho tiempo. Muchos líderes no lo tomaron seriamente y hoy estamos viendo las consecuencias», aseveró.

Siempre en diálogo con esta agencia, el diplomático argumentó que «todo el mundo veía a los chinos con las mascarillas pero no compraron mascarillas, por qué esperaron hasta último momento». «Tardaron meses para transformar las fábricas de ropa en fábricas de mascarillas. El tiempo jugo en contra», agregó.

Sobre las medidas de restricción dispuestas en la Argentina, donde rige un aislamiento social obligatorio, Lewi consideró que «absolutamente» es un antídoto importante frente al avance de la pandemia. «Este un enemigo invisible y por ahí piensan que el número de casos es bajo pero fíjense lo que pasó en Italia y en España que en un segundo» creció la epidemia, comentó.

No obstante, el cónsul aclaró que también es importante el sistema de salud. «En China es bueno, hay camas, hay maquinarias y eso dio resultado», consideró.

«Creo que va a haber un tope (en el número de víctimas). No es solo en China que sucedió sino también en Corea del Sur que al principio era el número dos (en cantidad de infectados) y lo pudo controlar. Alemania que tiene muchos casos pero pocos muertos. Hay países que lo pueden controlar, pero cada uno lo puede pasar de alguna manera», estimó.

Consultado sobre la prioridad era la salud o la economía, Lewi apuntó que «en la última semana en Israel hubo ocho muertos por el coronavirus pero no hubo víctimas de accidente de tránsito que generalmente hay más. Se estima que se salvaron 77 mil vidas en China por la falta de contaminación en dos meses».

Sobre el funcionamiento de la representación diplomática israelí en China, Lewi explicó que «si bien nunca cerramos ya volvimos a trabajar más, con mucho cuidado, bajo las instrucciones enviadas desde Israel con las mascarillas pero empezaron los proyectos». «Estamos con un nuevo proyecto que se llama «Plantando al futuro», que consiste en traer semillas de Israel y plantar árboles, es como una renovación», concluyó el diplomático.