Agencia AJN.- La primera orden para ejecutar la cacería humana del pasado sábado 7 de octubre llegó en Gaza a las 4 de la madrugada del mismo día.

El diario británico «Guardian» publicó este martes un informe sobre los planes del espectacular ataque de Hamás en el que se revela que todo aquel que tenía programado ir a los campos de entrenamiento y no a la mezquita, recibió, a último momento, la orden de ir a rezar al templo religioso.

Una hora después, con la salida del sol, llegó otra orden a los miembros del palestino Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) que se transmitió de boca en boca: traer todas las armas y municiones que tuvieron a los puntos que estaban predeterminados.

Solo que también en el mismo momento no se les transmitió a los miembros de Hamás lo que iba a suceder exactamente. Todo era guardado en el más absoluto secreto.

Según el reporte, que tiene como fuente funcionarios de seguridad israelíes, las órdenes fueron transmitidas primero a los comandantes de batallones, después a los jefes de sección, que tienen bajo mando a entre 20 y 30 personas, y rápidamente el rumor se corrió por toda la Franja de Gaza: amigos, vecinos, familiares, quienes se unieron a los miembros de Hamás para invadir el sur de Israel.

Solo cuando miles de miembros de Hamás llegaron al punto de concentración, recibieron más municiones, granadas, ametralladoras pesadas, rifles de francotirador y explosivos.

A las seis de la mañana llegó la última orden se transmitió y los terroristas llegaron a la verja de seguridad que separa el Estado de Israel de Gaza. Además, muchos ciudadanos se hicieron presentes al unirse a los miembros de Hamás, así como personal de la Yihad Islámica, que no estaba al tanto de los planes de invadir el sur de Israel hasta último momento.

Cada célula recibió una misión y un objetivo a conquistar que podían ser: una base militar, un kibutz o una ruta. La mayoría de los grupos tenían mapas e información de inteligencia que había sido recopilada meses antes de la cacería humana que estaba a punto de desatarse por los palestinos que cruzaron de Gaza a Israel.

Según se estima, en la fiesta rave a pocos metros de la frontera fueron asesinados 260 jóvenes y ésta no estaba entre los objetivos del plan inicial. Los miembros de Hamás los descubrieron en el momento y desataron una matanza.

Las células recibieron tres misiones principales: el primer grupo se le pidió arrasar con las bases militares en la frontera con Gaza o atacar civiles en sus hogares. Los terroristas que fueron capturados e interrogados confirmaron que recibieron la orden de «asesinar a todo aquel que vieran».

La segunda misión que recibieron otras células era bloquear caminos y enfrentarse al ejército, esto retrasó la llegada de fuerzas militares a la zona.

La tercera misión fue la de secuestras la mayor cantidad de gente posible e ingresarlos a Gaza. Allí los esperaban unidades especiales que llevaron a los rehenes a los túneles subterráneos en el enclave costero.

Según el informe del periódico, que tiene como fuente a funcionarios de seguridad israelíes, la dirigencia política de Hamás residente en el extranjero no estaban informados sobre los detalles de la operación, aunque tal vez sabían que se estaba planeando algo. El ataque comenzó a planearse hace unos dos años.