Seguinos en las redes

Efemérides

Efemérides. Un día como hoy: Nace Itzjak Rabin, primer ministro de Israel que firmó los acuerdo de Oslo

Publicada

el

rabin1

Agencia AJN.- Izkhak Rabin z’l, primer ministro del Estado de Israel, nació en la ciudad de Jerusalem el 1º de marzo de 1922, hijo de integrantes de la Tercera Aliá. Su padre Nehemías llegó a Eretz Israel (Tierra de Israel) en 1917 como voluntario de la Legión Judía y fue miembro de Poalei Zión, uno de los partidos políticos antecesores de MAPÁI y más delante de Avodá, mientras que su madre Rosa, hija de un rabino contrario al sionismo, concretó su alía en 1919.

Finalizó sus estudios secundarios en 1941 en la Escuela Agrícola Kaduri y fue distinguido como uno de los mejores alumnos. Luego se unió al Palmaj, la fuerza de elite de la Haganá, organización militar clandestina de defensa de la población judía de Eretz Israel, donde se destacó y se desempeñó como oficial.

Luego del establecimiento del Estado de Israel y la constitución del Tzahal, el Ejército de Defensa de Israel, inició la carrera militar en la que se destacó permanentemente hasta ser general de división a los 32 años, posteriormente designado séptimo Ramat Kal (jefe del Estado Mayor) (1962-1967) y promovido al rango de teniente general.

Rabin desarrolló una doctrina de combate basada en el movimiento y la sorpresa, que fue empleada con éxito en Miljemet Sheshet Haiamim (Guerra de los Seis Días).

En enero de 1968, al asumir Jaim Bar Lev como Ramat Kal, se retiró y entró en la política. Meses después fue designado embajador en Washington, cargo que ocupó hasta 1973 y en el que tuvo una activa participación en la promoción de la «cooperación estratégica» con los Estados Unidos, que llevó a la masiva ayuda militar estadounidense a Israel.

Regresó al Estado judío poco antes de la Guerra de Iom Kipur y se integró al partido Laborista. Allí fue elegido miembro de la Knesset (parlamento israelí) y fue designado ministro de Trabajo por la primera ministra Golda Meyer en marzo de 1974. La situación creada como consecuencia de la guerra hizo que Meyer y todo su gabinete renunciara, hecho que lo catapultó al cargo de primer ministro, designado por la Knesset el 2 de junio de 1974, quinto en la corta historia del Estado de Israel y el primero nacido en el país.

Como primer ministro tuvo un estilo de liderazgo franco, directo y a veces llano hasta el punto de parecer rudo, con el cual tuvo que hacer frente a la necesidad de rehabilitar a Tzahal, reconstruyendo la confianza pública en el liderazgo militar y político, solucionar problemas sociales y mejorar la economía del país, tarea que se vio complicada por escándalos internos, una creciente intranquilidad industrial y rivalidades personales dentro del gabinete.

En 1975, Rabin concluyó el Acuerdo Interino con Egipto que condujo a la retirada israelí del Canal de Suez a cambio del libre tránsito de la navegación israelí por él. Un resultado de éste fue la firma del primer Memorándum de Entendimiento entre el gobierno de Israel y los Estados Unidos, asegurando el apoyo estadounidense a los intereses israelíes en la escena internacional y una renovada ayuda de ese país.

En julio de 1976, el gobierno encabezado por Rabin ordenó la «Operación Entebbe» para el rescate de los pasajeros del avión de Air France secuestrados por terroristas y conducido a Uganda. En esta osada operación, a miles de kilómetros de distancia de casa, casi la totalidad de los rehenes fueron liberados y transportados ilesos a Israel, mientras que el comandante de la operación, teniente coronel Yonatán Netaniahu, resultó muerto en el combate en el aeropuerto de Entebbe.

En 1977, luego de un período de crisis económica y social, un voto de desconfianza en la Knesset lo obligó a llamar a elecciones anticipadas y fue designado por el Partido Laborista como su candidato a primer ministro en las elecciones que se llevarían a cabo a mediados de ese año, postulación a la que se ve obligado a renunciar como consecuencia de la difusión de que su esposa Lea mantuvo abierta una cuenta de ahorro en dólares en los Estados Unidos luego que concluyera su misión diplomática.

Su retiro de la vida política activa es relativamente corto, pues en las elecciones siguientes volvió a ingresar a la Knesset y en 1984 ocupó el cargo de ministro de Defensa en los dos gobiernos de unidad nacional liderados por Isaac Shamir hasta marzo 1990, cuando el partido Laborista se retiró del gobierno y convirtió en opositor.

Rabin triunfó en las elecciones primarias que efectuó el laborismo, con vistas a las elecciones de renovación de la Knesset en junio de 1992, y se convirtió en el líder del partido y su candidato a primer ministro.

Al triunfar el partido Laborista en esa elección, fue designado primer ministro por segunda vez y ministro de Defensa, período en el que se destacó el inició y la conclusión del proceso de negociaciones con los palestinos denominado “Acuerdos de Oslo”, que finalizaron en la ciudad de Washington con conversaciones directas que Rabin y Shimon Peres, ministro de Relaciones Exteriores, mantuvieron con Yasir Arafat. En éstas el presidente estadounidense Bill Clinton actuó como mediador y se firmó el acuerdo final, denominado “Declaración de Principios”, el 13 de septiembre de 1993 en los jardines de la Casa Blanca. Esto les valió a los tres signatarios el Premio Nobel de la Paz.

En 1994 el gobierno encabezado por Itzjak Rabin firma un tratado de paz con Jordania, pese a lo cual recrudecen los atentados terroristas palestinos como también las versiones de que se desmantelarían los asentamientos de Gaza, Yehuda y Shombron, situación que se profundiza durante 1995 en que diversos líderes políticos israelíes, entre ellos el ministro Yossi Beilin, estarían dispuestos a entregar una parte de la ciudad de Jerusalem a los palestinos.

Estos hechos enrarecen la situación política israelí y se producen manifestaciones tanto contrarias como favorables al accionar del gobierno. Una de estas últimas se llevó a cabo el Motzeir Shabat (luego de la finalización del Shabat) en la plaza Melej Israel (Reyes de Israel) de la ciudad de Tel Aviv, el 4 de noviembre de 1995. Luego de pronunciar un discurso defendiendo las conversaciones de paz con los palestinos, Isaac Rabín z’l es asesinado por Amir.

El magnicidio sume en duelo a toda la población judía mundial, asombrada y sorprendida por lo ocurrido, quien a partir de 1996 honra anualmente la memoria del líder asesinado, cuyos restos descansan en el cementerio de Har Herzl, en la ciudad de Jerusalem.

Efemérides

El Levantamiento del Gueto de Varsovia: «La primera rebelión civil urbana en la Europa ocupada»

Publicado

el

Por

levantamiento-del-gueto-de-varsovia-20220418-1343177

Agencia AJN.- Estas líneas están motivadas en el recuerdo y homenaje a los héroes del Levantamiento Del Gueto De Varsovia del 19 de abril de 1943.

Aquel día del comienzo de «la primera rebelión civil urbana en la Europa ocupada» fue en la víspera de Pesaj, la misma festividad de la libertad que hoy estamos transitando quienes pertenecemos al pueblo judío, celebración que en aquel infierno inimaginable de privaciones, pena y dolor no fue dejada de lado.

Por el contrario, son muchos los testimonios que dan cuenta que la tradición fue sostenida frente a toda adversidad y que como a lo largo de la milenaria y riquísima historia del pueblo judío fueron la profunda creencia en los valores de su identidad, la convicción en defensa de la dignidad, la firmeza en la consagración de la vida por sobre todo y la esperanza en el futuro los pilares inspiradores de aquel acto de resistencia que se considera heroico por la decisión y audacia con que se llevó a cabo a sabiendas de la desventaja en la que se hallaban.

Aquella valiente respuesta que se sumó a las infinitos actos de rebeldía pasivas ejercidas por miles desde la llegada del nazismo la encarnaron y ejecutaron los jóvenes que presentaron resistencia armada al opresor nazi que desplegaba su «aktion» de aniquilamiento del Gueto de Varsovia en cumplimiento de la Solución Final diseñado para terminar con la vida judía en Europa.

Los datos dicen que fueron solo un total de setecientos cincuenta jóvenes combatientes los liderados por Mordechai Anielewicz que se enfrentaron a los nazis, causando daños impensados y retrasando casi en un mes sus planes de muerte. A ellos se les unió el resto de los judíos que quedaban en el Gueto. Para el 16 de mayo 55.065 judíos fueron aniquilados y ese fue el final del Gueto de Varsovia.

El día de hoy tiene un nombre, fue consagrado por el Parlamento de Israel en 1951, seis años después de finalizada la guerra. Se llama en hebreo Iom Lashoa Velagvurá, Día de la Memoria del Holocausto y el Heroísmo.

El Holocausto ha asumido el rol de símbolo universal de todo mal porque representa la forma más extrema de genocidio, porque contiene elementos sin precedente.

La invasión rusa a Ucrania con el manto de muerte y destrucción que se despliega ante nuestros ojos nos trae al presente lo peor de aquellos tiempos que hoy recordamos. Se trata como con crudeza lo explica el ACNUR de la peor crisis humanitaria después de la segunda guerra mundial.

Somos testigos de una guerra que sin disimulo busca la destrucción de una nación. Hay un país agresor que comete crímenes de guerra atentando contra la población civil, que provoca masacres y violaciones de derechos humanos en forma cotidiana donde niños, mujeres y personas mayores son víctimas solo por su identidad. Un estado brutal que tiene como objetivo claro el aniquilamiento de un pueblo, dominando su tierra, acabar con su acervo cultural y su historia ancestral.

Nos interpela porque vemos espantados la acción insuficiente de muchos en detener la barbarie. También el silencio y las contradicciones de muchos otros, como la de nuestro país, frente al desesperado pedido de auxilio de la víctima que al final del día queda en soledad absoluta.

Nos interpela porque observamos también que el antisemitismo no ha desaparecido y lejos está de hacerlo. Las denuncias de hechos violentos se suceden en todo el universo sin solución de continuidad.

Nos Interpela y nos debe ocupar la aparición de líderes autoritarios y xenófobos que jaquean a las democracias. Y vemos también que países que violan los derechos humanos en forma descarada y sistemática son tratados en igualdad y sin reparos. Defendidos e incluso tomados como modelos y ejemplos.

Tras la hecatombe que representó la segunda guerra mundial y la Shoá perpetrada por el nazismo nació la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un paso enorme de la humanidad para su desarrollo. La obligación de todos es fortalecerla y profundizar ante los embates de quienes la ignoran y la violan sistemáticamente.

Recordar este día nos conmina a pensar que significó el nazismo como negación máxima de la democracia, de adoración y sumisión al dictador, de destierro de la libertad y desprecio por la vida. Demonización, prohibición y persecución de la actividad política, silenciamiento de la prensa y la libertad de expresión, sustitución de la educación y el pensamiento crítico por adoctrinamiento y el fanatismo irracional. Aplicación de la coerción, extorsión y el miedo como conducta permanente para dominación de la sociedad. La anulación de la cultura, el pensamiento, la discusión y el disenso. La admiración por el discurso hegemónico con la mentira y manipulación como herramientas fundamentales y necesarias. Degradación de la diversidad y aceptación de la exclusión y discriminación.

Y finalmente la búsqueda permanente del enemigo para justificarse. Eso fue el nazismo que no podemos ni debemos olvidar cuando recordamos el pasado que nos duele.

Enseña el historiador francés Jaque Le Goff que la memoria intenta preservar el pasado solo para que le sea útil al presente y a los tiempos venideros. Procuremos que la memoria colectiva sirva para la liberación de los hombres y no para su sometimiento.

En definitiva, caeremos en el error de convertir los actos de recuerdo en meros rituales de repetición si no somos capaces de capitalizar para el bien las enseñanzas del pasado.

Se trata sobre todo de educar en valores humanos, en derechos humanos y por el desarrollo humano. Los tres van de la mano indefectiblemente.

Fuente: Perfil.
Autor: Claudio Avruj.

Seguir leyendo

Efemérides

Efemérides. Un día como hoy: Se conmemora el aniversario del levantamiento del Gueto de Varsovia

Publicado

el

Por

WhatsApp Image 2024-04-19 at 9.21.19 AM

Agencia AJN.- Hoy, 19 de abril, se cumple un nuevo aniversario del inicio de una de las gestas más heroicas del pueblo judío: el Levantamiento del Gueto de Varsovia (foto del monumento que recuerda la epopeya, en el memorial Yad Vashem de Jerusalem), en el cual una cantidad menor al millar de personas enfrentó durante casi un mes y en medio de la Shoá al poderoso ejército nazi, sin contar con grandes pertrechos bélicos y en abierto desafío a toda lógica y probabilidades de éxito.

Luego que los nazis se apoderaron de Polonia, a partir de fines de 1939, la población judía comenzó a ser confinada en zonas cercadas, denominadas “guetos”, territorialmente pequeños para la cantidad de personas que allí eran concentradas.

El mayor de los establecidos por los nazis fue el de Varsovia, al cual fueron enviados casi 400.000 judíos en 1940.

Entre fines de julio y principios de septiembre de 1942 los nazis trasladaron a 265.000 de ellos al campo de exterminio de Treblinka y a algo más de 11.000 a campos de trabajo; en cambio, autorizaron a 35.000 personas a permanecer en el gueto, a quienes deben sumarse entre 20.000 y 25.000 que estaban escondidas.

Durante el traslado fueron asesinados unos 10.000 judíos por los nazis y sus tropas auxiliares.

Los 60.000 que quedaron sabían que su deportación era inevitable y los jóvenes integrantes de los movimientos sionistas comenzaron a organizarse con la finalidad de resistir el traslado y establecieron dos agrupaciones clandestinas de autodefensa armada: la Organización Judía de Combate (Zydowska Organizacja Bojowa, ZOB), integrada por socialistas, y la Unión Militar Judía (Zydowski Zwiazek Wojskowy, ZZW), conformada por revisionistas integrantes del movimiento juvenil Betar.

Si bien en un principio hubo diferencias entre sus miembros, las mismas fueron dejadas de lado ante el inminente traslado del resto de los habitantes del gueto.

En octubre de 1942, el comandante en jefe de las Schutzstaffel (SS), Heinrich Himmler, ordenó “liquidar el gueto de Varsovia” y sus tropas decidieron iniciar la última deportación el 18 de enero de 1943.

Ese día, mientras unos 6.000 judíos eran llevados al lugar de concentración para subirlos a los trenes que los llevarían a Treblinka, un grupo de activistas del ZOB y el ZZW se infiltraron entre ellos y atacaron a los guardias; si bien la mayoría murió en el ataque, los nazis se desorientaron y los judíos pudieron escapar y esconderse en el gueto.

Las autoridades ocupantes decidieron suspender momentáneamente la deportación, período que el ZOB y el ZZW utilizaron para construir búnkeres y conseguir armas del movimiento clandestino militar polaco (Armia Krajowa, Ejército Nacional), que luego de varios meses les proveyó una pequeña cantidad; en su mayoría, pistolas y explosivos.

Los nazis decidieron reiniciar la deportación el segundo día de Pesaj, coincidente ese año con el 19 de abril, y cuando intentaron ingresar al gueto fueron repelidos por las fuerzas de autodefensa judías, que se estima que sumaban unos 750 miembros (500 del ZOB y 250 del ZZW), lideradas por Mordejai Anilevich, dando inicio a lo que se denominaría como “el Levantamiento del Gueto de Varsovia”.

Armados con pistolas, granadas -muchas de ellas de fabricación casera- y unas pocas armas automáticas y rifles, los combatientes sorprendieron a los alemanes y sus tropas auxiliares el primer día de lucha: forzaron su retirada del gueto y les propinaron 12 muertes y una importante cantidad de heridos.

Ese hecho obligó a los nazis a enviar a su ejército para vencer a quienes los enfrentaban: dos días después iniciaron el contraataque, edificio por edificio, mientras las fuerzas de autodefensa judías efectuaban ataques esporádicos desde sus búnkeres y les provocaban bajas.

El 8 de mayo, los nazis atacaron el comando del ZBO, en la calle Mila 18, en cuya defensa murió Anilevich, y lograron su objetivo de vencer a la resistencia judía ocho días después.

El general de las SS Jürgen Stroop, que estaba al frente de la represión, les informó a sus superiores que habían capturado a 56.065 judíos y destruido 631 búnkeres y que había ordenado la destrucción de la Gran Sinagoga de la calle Tlomacki para simbolizar su victoria.

Se calcula que unos 7.000 judíos fueron asesinados por los nazis durante el alzamiento, otros tantos fueron deportados a Treblinka, donde casi de inmediato fueron ejecutados en las cámaras de gas, y que a los 42.000 restantes los enviaron al campo de concentración de Majdanek, en Lublin, y a los de trabajos forzados de Poniatowa, Trawniki, Budzyn y Krasnik, donde en su gran mayoría también fueron eliminados con el paso de los meses.

El Levantamiento del Gueto de Varsovia fue el inicio de rebeliones en otros guetos -por ejemplo, los de Bialystok y Minsk- y también en campos de exterminio como Treblinka y Sobibor.

Tras la creación del Estado de Israel, su Parlamento, la Knesset, estableció el 12 de abril de 1951 que el 27 de nisán de cada año sería Iom HaShoá Vehagvurá, un día especial dedicado a recordar a las víctimas del genocidio y los actos de heroísmo durante esa terrible época.

Seguir leyendo

Más leídas

WhatsApp Suscribite al Whatsapp!