Agencia AJN.- El líder del Likud, Benjamin Netanyahu, pronunció su aparente discurso de victoria, afirmando que el público israelí ha decidido y le ha concedido la victoria, según los sondeos a pie de urna de las elecciones israelíes.

Netanyahu agradeció a sus partidarios que le dieran a él y a su bloque un «voto masivo de confianza del público israelí».

También dijo que «se ha vuelto a demostrar que el Likud es el mayor partido de Israel».

Netanyahu también dejó claras sus intenciones respecto a la coalición que piensa formar, ya que dijo que formará una coalición del «campo nacional». También dijo que ha hablado con sus socios y les felicitó por su éxito.

Netanyahu exigió que se mantenga la pureza de las elecciones, insinuando quizás una posible diferencia entre los sondeos a pie de urna y los resultados electorales.

Netanyahu también dijo que «el público israelí votó por el orgullo nacional y el Estado judío».

Sin embargo, Netanyahu se mostró cauto y se aseguró de no cantar victoria, ya que los resultados completos aún no se conocen.

«Israel vuelve hoy a la cordura», dijo el ex embajador ante la ONU y candidato del Likud a la Knesset, Danny Danon. «Tras años de inestabilidad política, los ciudadanos de Israel han votado a un gobierno nacionalista que devolverá la seguridad y la gobernabilidad a los ciudadanos de Israel».

La MK Galit Distal-Atbarian fue más circunspecta, señalando que los resultados aún no son definitivos, y un rumoreado aumento de votos en el sector árabe podría significar un empate o una pérdida.

«No sé si estamos en terreno seguro», dijo. «No significa que hayamos ganado todavía. Tenemos que esperar… para ver si ganamos. Estoy conteniendo mi alegría. Esperaré unas horas para expresar mi alegría con seguridad».

El salón de actos que el Likud alquiló para la noche de las elecciones, adornado con pancartas de Netanyahu y globos azules y blancos, seguía relativamente tranquilo tras el cierre de las urnas, con el jingle del partido sonando sólo una vez y los MKs entrando lentamente.

Una hora antes, el Likud anunció que no celebraría ningún acto, lo que suele ser una señal de pesimismo sobre los resultados de las encuestas.

Sin embargo, en este caso, parecía más bien una táctica para tratar de aumentar la participación, ya que los miembros del Likud dijeron que tenían una buena sensación antes de que se cerraran las urnas.

Un empleado del partido dijo que la campaña de 2021 se caracterizó por una «falta de sobriedad [que llevó] a la distracción y la complacencia», mientras que esta vez, «perder [tuvo] un efecto muy aleccionador» que ha impulsado una mayor participación.

A pesar de lo que parecían ser buenos números para el Likud, Netanyahu volvió a lo que se conoce como la campaña «gevalt», viajando por todo el país.

«Gevalt» es una expresión de alarma en yiddish que, en los últimos años, ha sido el nombre de las advertencias de Netanyahu a sus partidarios en los últimos días de campaña de que las elecciones no van en su dirección.

En una serie de vídeos difundidos en las redes sociales y a la prensa, Netanyahu se aseguró de transmitir una sensación de pánico por la baja participación, con la esperanza de conseguir el voto para su partido Likud.

Netanyahu comenzó el lunes, antes incluso de que empezaran las votaciones normales, con un vídeo en twitter en el que declaraba una «emergencia». Las encuestas estaban en empate entre los bloques de derecha y de centro-izquierda, y ahora, dijo, en un momento en el que no se pueden publicar encuestas reales, los números de su lado están bajando.

«Los votantes de derechas se están quedando en casa mientras que los de izquierdas están saliendo» a votar, dijo, 17 horas antes de que nadie en Israel pudiera salir a votar.

El líder de la oposición comenzó su día votando en Jerusalén, y luego visitó la casa de alguien llamado Oren, un joven de 18 años que votaría por primera vez.

Oren estaba dormido, pero eso no fue un problema para Netanyahu, que encendió la luz y dijo, riendo: «¡Hola Oren!».

Netanyahu le dijo al sorprendido adolescente que «esto no es un sueño» y que debía votar al Likud.

«¡Esto no ha sido un montaje!» dijo Netanyahu al salir de la habitación.

Desde allí, Netanyahu se dirigió al centro comercial Malha, donde la gente le gritó mientras subía por una escalera mecánica y le acosó mientras él y su esposa Sara paseaban.

La gira para conseguir el voto continuó, desde Beit Shemesh hasta Ashkelon y luego Ashdod, y Rishon Lezion, donde se detuvo en un restaurante de sushi para animar a los comensales a votar.