Agencia AJN.- Durante el último año, Eli Cohen, quien fue ministro de inteligencia hasta el 14 de junio, se reunió dos o tres veces al mes con una mezcla de directores, subdirectores, jefes de división y otros funcionarios del Mossad y Shin Bet (Agencia de Seguridad de Israel).

Aunque técnicamente el primer ministro tiene autoridad directa sobre los dos organismos, el líder del país no tiene el tiempo ni la atención para lidiar con los problemas semanales que surgen, por lo que interviene el ministro de inteligencia.

Esto le permitió a Cohen familiarizarse con estos funcionarios de inteligencia a un nivel que pocos otros lo hacen, incluso dentro del gobierno.

Cuando se le pidió que comparara al director del Mossad, David (Dadi) Barnea, con su predecesor, Yossi Cohen, quien se jubiló el 1 de junio, Eli Cohen dijo a The Jerusalem Post que “tanto Dadi como Yossi son muy talentosos. Dadi continuará con el carácter atrevido del Mossad de los últimos años: tiene los antecedentes y la experiencia necesarios.

“Creo mucho en Dadi liderando la organización. Lo que es diferente entre ellos [Cohen y Barnea] es que Yossi se unió al Mossad cuando tenía 22 años y Dadi estaba fuera [del establecimiento de seguridad después de servir en la Unidad de Reconocimiento del Estado Mayor] y luego regresó ”, dijo el exministro de inteligencia.

Barnea “era gerente senior en un banco privado. Vengo del sector privado. Creo firmemente que hay ventajas para las personas del sector privado que se trasladan al sector público: están exclusivamente comprometidas con la obtención de resultados. Vienen con una perspectiva empresarial, que está muy dirigida a obtener resultados y ganancias para los accionistas”.

Alguien del sector privado “trae una cultura organizacional diferente. También manejé empresas privadas, y solo te compensan si obtienes buenos resultados ”, dijo.

En contraste, dijo, los funcionarios del sector público están acostumbrados a poder continuar con su “negocio” incluso si están perdiendo dinero y no necesariamente logrando sus objetivos de política.

Dijo que además de las ventajas positivas inherentes que pensó que Barnea traía consigo del sector privado, el acto de Barnea de dejar su puesto como banquero senior con altos ingresos fue «muy especial», y agregó que es raro que alguien diga «Me iré mi papel como banquero de inversiones para entrar en operaciones de inteligencia «.

Otra diferencia entre Barnea y Cohen es que las «aspiraciones políticas de Yossi lo llevaron a ser más expuesto públicamente, mientras que la mayoría de los ex funcionarios del Mossad son más tranquilos», con la expectativa de que Barnea hará menos olas en los medios que su predecesor.

En cuanto al director del Shin Bet, Nadav Argaman, el ex ministro de inteligencia dijo que “estaba muy motivado para llevar a cabo operaciones. No creía en hacer un trato con Hamas, y los acontecimientos recientes [refiriéndose a la guerra de mayo] requieren que Israel y el Shin Bet consideren herramientas que tendrán un mayor impacto en las ciudades mixtas [judío-árabes] «.

Presionado sobre si estaba alentando al Shin Bet a asumir ciertos roles tradicionalmente desempeñados por la policía, aclaró que la nueva misión de seguridad aún incluiría un equilibrio adecuado con la policía.

A pesar de su respeto por Argaman, no le entusiasmó la advertencia pública del director del Shin Bet sobre la incitación que muchos en la derecha interpretaron como centrada más en la incitación a la derecha, mientras ignoraban la incitación a la izquierda.

A continuación, se le preguntó si el Mossad está a punto de tener una jefa o subdirectora, a menudo un requisito para ser considerado para el cargo de directora, dado que Yossi Cohen y otros exjefes han expresado su apoyo a tal desarrollo.

Coronavirus

Al abordar el coronavirus, Eli Cohen dijo que apoyaría el regreso de la vigilancia de Shin Bet a las personas infectadas solo si el volumen de personas recién infectadas por día alcanza la marca de 1,000.

Cuando se le preguntó por qué el número era tan alto, cuando en el pasado a veces la vigilancia del Shin Bet continuaba hasta que las tasas de nuevas personas infectadas bajaban a alrededor de 500 por día, citó grandes mejoras en el análisis epidemiológico del país de las tendencias de infección y la vacuna.

Sin embargo, por encima de los 1000 casos nuevos por día, apoyaría firmemente que Shin Bet vuelva a entrar en la arena, y señaló que «nadie puede decir que no habrá más pandemias en el futuro».

Cohen también apoyó la idea de establecer una agencia central para manejar las políticas y operaciones de la era de la pandemia, a fin de proteger algunas decisiones difíciles de consideraciones políticas, como se ha hecho en algunos países asiáticos.

Dijo que dicha organización también serviría como almacén de datos y conocimientos generales sobre la pandemia.