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Innovación

Empresa israelí redefine la noción de movilidad personal con el objetivo final de normalizar los vehículos voladores

El vehículo inaugural de AIR es un eVTOL biplaza totalmente eléctrico que ofrece una autonomía de 177 kilómetros con una sola carga a velocidades de hasta 250 kilómetros por hora, con un tiempo de vuelo de una hora.

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Agencia AJN.- AIR, la empresa israelí que está detrás de un eVTOL (despegue y aterrizaje vertical eléctrico) personal recientemente presentado para el mercado de consumo, intenta redefinir la noción de movilidad personal a través de una exploración del área entre los sectores automotriz y aeroespacial.

En una entrevista con NoCamels, el CEO y cofundador de AIR, Rani Plaut, un inversor en serie «con las cicatrices que lo demuestran», dijo que unió fuerzas con el CEO de la compañía, Chen Rosen, que ha trabajado en la aviación toda su vida profesional, incluso con vehículos aéreos no tripulados.

Plaut reconoce que AIR busca implementar un cambio de paradigma: cambiar algo fundamental en el mundo. Sin embargo, es lo suficientemente humilde como para entender que para llegar al objetivo final de normalizar los vehículos voladores como alternativa de movilidad a las carreteras cada vez más congestionadas -y hacer que sea aceptable para una base de personas lo más amplia posible- no se puede realizar un cambio significativo de una sola vez y debe abordarse de forma gradual. Por el momento, las personas que deseen pilotar la nave necesitarán la licencia de piloto más básica, que puede obtenerse con tan sólo 15 horas de vuelo.

El vehículo inaugural de AIR es un eVTOL biplaza totalmente eléctrico que ofrece una autonomía de 177 kilómetros con una sola carga a velocidades de hasta 250 kilómetros por hora, con un tiempo de vuelo de una hora. El AIR ONE da prioridad a la practicidad cotidiana para los consumidores con alas plegables para facilitar el aparcamiento y su capacidad para despegar o aterrizar en cualquier superficie plana.

Aunque la lista de precios no se dará a conocer oficialmente hasta 2022, las unidades serán personalizables, de forma muy parecida a como quienes compran un coche pueden elegir entre diferentes niveles de equipamiento. AIR aún está perfilando toda la gama de mejoras, algunas de las cuales se basarán en el software, así como la posibilidad de ofrecer más datos en las pantallas de visualización y, como en el caso de los vehículos eléctricos, una mayor autonomía y velocidad máxima.

Con una formación en física y matemáticas y una curiosidad por el funcionamiento de las cosas, Plaut explica que AIR ha adoptado un enfoque lo más completo posible del concepto de vehículo volador, concentrándose en una convergencia de temas.

‘‘Nos hemos centrado en tres aspectos principales: una disposición aerodinámica que aporte simplicidad, es decir, la ausencia de piezas móviles a excepción del motor; el vehículo es muy sencillo y tiene un gran alcance y también hemos hecho hincapié en que tiene que tener una gran eficiencia y maniobrabilidad’’, dijo.

En el corazón de AIR ONE se encuentra el software «fly by intent» de la empresa, que gestiona las funciones complejas y la navegación, de modo que su uso no está restringido a pilotos altamente cualificados y profesionales formados. Otras características de seguridad son un sistema de supervisión basado en la inteligencia artificial que realiza inspecciones frecuentes del vehículo y elimina las listas de comprobación de los pilotos para garantizar la máxima seguridad, incluso para los pilotos con una formación mínima.

Fly by intent se diferencia de fly by wire en que este último es una interfaz electrónica que controla una aeronave. «Fly by intent» permite sistemas de control de vuelo más sencillos. En cierto modo, se comporta como un organismo. ‘‘Si pulsas el stick hacia la izquierda, no es sólo que la aeronave se incline hacia la izquierda, sino que detecta la dirección de desplazamiento que deseas: es como un elemento de inspiración biológica». El otro aspecto del sistema es que existe un breve bucle de retroalimentación y que, tras unos pocos minutos de vuelo, incluso un piloto relativamente inexperto puede sentir que tiene el control total’’, dice Plaut.

‘‘Nuestro punto de vista no es poner una tecnología especial en manos de la gente, sino que evaluamos que el mayor obstáculo que hay que superar es hacer que la gente se sienta cómoda con el vuelo como un concepto de movilidad personal, en lugar de un vuelo comercial de transporte masivo’’, afirma.

Según Plaut, esto es el resultado de cómo hemos sido condicionados durante el último siglo, más o menos, al ver el coche como algo más íntimamente integrado en nuestra forma de vida cotidiana. ‘‘La automoción empezó a desarrollarse a principios de la década de 1880 y la industria aeroespacial a principios de la década de 1900, por lo que la idea de utilizar máquinas para desplazar a las personas por tierra y por aire surgió más o menos al mismo tiempo. En el sector aeroespacial hay que tener en cuenta la altura, el peso y la aerodinámica. La automoción era más barata y relativamente más sencilla, lo que permitía crear líneas de producción. Incluso hoy en día, la cantidad de tecnología que se emplea en un Airbus 380 que transporta 600 pasajeros o en un avión de combate F-35, va más allá de la comprensión de la mayoría de la gente. Aunque es obvio que hay coches de tecnología muy avanzada, cada año se compran más de 70 millones de vehículos nuevos, lo que pone de manifiesto lo bien integrada que está en la vida cotidiana de la mayoría de la gente. Queremos hacer lo mismo con el sector aeroespacial, una migración de tecnología y materiales’’.

Dado que la empresa diseña aviones, ha trabajado muy estrechamente con la Autoridad Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos y la Autoridad de Aviación Civil de Israel (CAA). AIR está en contacto permanente con las autoridades israelíes, aunque todavía espera obtener la certificación en el país. La empresa está construyendo prototipos que volarán a principios de 2022 y espera que los productos acabados sean plenamente operativos en cuatro años. Finalmente, espera construir versiones de dos y cuatro plazas del eVTOL personal.

Entonces, ¿hay algún inconveniente? ‘‘Bueno, estamos buscando contratar’’, comenta con ironía. ‘‘Sólo hay unas pocas personas que tienen la experiencia necesaria en JAVA, Python, etc. Sinceramente, si eres la persona adecuada para nosotros, lo sabrás. Hay herramientas y capacidades muy específicas, y si eres una de esas pocas personas que saben de diseño y construcción de aviones, te daremos la bienvenida para que te unas a nuestro viaje’’.

Fuente: David Brummer, NoCamels

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Startups israelíes de tecnología climática recibieron un premio de 1,3 millones de dólares

Agencia AJN.- El director ejecutivo de Startup Nation Central destacó: “Como líder reconocido en el desarrollo de soluciones avanzadas para desafíos globales, Israel está extremadamente bien posicionado para asumir un papel central en la lucha contra el cambio climático y brindar soluciones al mayor desafío compartido de nuestros tiempos”.

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Agencia AJN.- Nuevas empresas israelíes de tecnología climática recibieron 1,3 millones de dólares como parte del Premio Soluciones Climáticas (CSP, por sus siglas en inglés), una iniciativa que incentiva la innovación para abordar la crisis climática global.

Además, Amazon Web Services y Deloitte ofrecieron acceso al mercado y apoyo profesional a las startups de esta iniciativa.

“Con el objetivo de canalizar el ingenio de Israel para abordar uno de los mayores desafíos de nuestros tiempos, el Premio a Soluciones Climáticas es el incentivo más grande en la historia de Israel. Su objetivo es ser un catalizador para la innovación en tecnología climática tanto en la investigación innovadora como en el ecosistema de startups. Es vital que movilicemos e inspiremos los mejores esfuerzos y las mejores mentes para que podamos dejar con orgullo un mundo mejor para las generaciones futuras”, afirmó Jeff Hart, presidente ejecutivo del Premio Soluciones Climáticas.

El director ejecutivo de Startup Nation Central, Avi Hasson, destacó: “Como líder reconocido en el desarrollo de soluciones avanzadas para desafíos globales, Israel está extremadamente bien posicionado para asumir un papel central en la lucha contra el cambio climático y brindar soluciones al mayor desafío compartido de nuestros tiempos. La iniciativa, diseñada para premiar a las mejores y más brillantes empresas emergentes de tecnología climática en todo Israel, brinda acceso a inversiones, oportunidades de asociación con multinacionales globales y exposición en la COP28 a quienes buscan soluciones globales, para promover soluciones escalables y sostenibles a los desafíos ambientales apremiantes”.

La inversión emblemática de 1 millón de dólares de Capital Nature se otorgó a Filo Systems por su motor de compresión de datos que proporciona ahorros optimizados de almacenamiento y redes, lo que permite reducir significativamente el consumo de energía y los costos de enfriamiento para los centros de datos en todo el mundo. La tecnología de Filo puede alcanzar un impacto ambiental proyectado de hasta un 1% de reducción en las emisiones globales anuales.

El Premio a la Descarbonización Disruptiva de la Fundación Temasek fue otorgado a Electriq por su innovador transportador de hidrógeno en polvo que puede transportarse en condiciones ambientales y no presurizadas, lo que simplifica el almacenamiento, el transporte y el uso del hidrógeno en el exterior.

Otras empresas ganadoras fueron BaTTeRi, Envomed, Nemo Nanomaterials, TIGI y Biotic.

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Director de Hadassah Internacional: “Nuestro Centro de Rehabilitación realiza una incansable tarea para dar respuesta a los heridos por la guerra”

Agencia AJN.- Jorge Diener recibió a la Agencia AJN en el nuevo Centro de Rehabilitación Gandel, que “estaba pensado para completarse en la segunda mitad del 2024”, pero tras ataque del 7 de octubre “se convirtió en una urgencia y se decidió que a fin de 2023 o a principios de 2024 tenía que estar abierto”.

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Agencia AJN (Enviado especial desde Jerusalem).- El director de Hadassah International, Jorge Diener, recibió a la Agencia AJN en el recientemente inaugurado Centro de Rehabilitación Gandel de Jerusalem y calculó que “por cada soldado muerto en Gaza hay más de diez heridos, de distintos niveles. Hoy en día, entre soldados y civiles que hubo en el principio de la guerra, hay un total de casi 15.000 heridos desde el 7 de octubre”.

“El primer día recibimos en helicópteros decenas de los heridos más graves que llegaban de otros hospitales o directamente desde la frontera con Gaza. Muchos de esos que llegaron el 7 de octubre, cuatro meses después, están hoy en día todavía en este nuevo Centro de Rehabilitación Gandel. Todavía no pudieron regresar a sus casas. Ese es el nivel de trauma físico y mental que tuvieron y que todavía tenemos que atender”, destacó Diener.

“De repente, nos encontramos de un día para el otro con una necesidad que nadie en este país tenía la infraestructura, los recursos ni estaba preparado para atender”, añadió.

A la hora de hablar de las consecuencias de la masacre de Hamás, señaló: “A partir del 7 de octubre y todo lo que pasó desde ese momento y sigue pasando hoy en día, tuvimos que pasar a un estado de emergencia como hospital líder en Israel y tener que implementar ciertas medidas que fueron dinámicas y que van cambiando también con los distintos desafíos que van apareciendo”.

“Tuvimos que pasar, como si fuera un auto, de primera a quinta en 24 horas. Cuando el 7 de octubre empezó lo que hoy en día ya son cuatro meses de guerra, una crisis de rehenes sin precedentes, un volumen de heridos permanentemente, que Israel no experimentó en ningún conflicto anterior”, añadió Diener.

Además, el director de Hadassah International Diener destacó que crearon “un hospital completo bajo tierra de 28.000 metros cuadrados, nuevo, en un bunker, con 140 camas listas y que tiene una unidad de diálisis y una unidad de terapia intensiva”.

El proyecto “tiene búnkeres antibombas, antibombas nucleares, ataques químicos y biológicos, bajo tierra, que se cierran herméticamente”, detalló Diener.

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Jorge Diener

-Estamos en el centro médico Hadassah, una visita que solemos hacer cada vez que estamos en el Estado de Israel, y esta vez tiene un motivo especial porque está cruzado por la guerra…
-Me gustaría que la circunstancias fueran diferentes, que estuviéramos en una de tus visitas regulares, en las que podemos hablar de la investigación médica, de los avances en tecnología médica, de los nuevos descubrimientos, de las curas, de este espacio increíble que es Hadassah como un emblema de salud, coexistencia y trabajo humanitario, desde Israel al mundo. Y de todo esto podríamos hablar, porque todo esto se sigue haciendo. Pero lamentablemente, a partir del 7 de octubre y todo lo que pasó desde ese momento y sigue pasando hoy en día, tuvimos que pasar a un estado de emergencia como hospital líder en Israel y tener que implementar ciertas medidas que fueron dinámicas y que van cambiando también con los distintos desafíos que van apareciendo, pero que podemos definir de cierta forma en “tuvimos que pasar, como si fuera un auto, de primera a quinta en 24 horas”. Cuando el 7 de octubre empezó lo que hoy en día ya son cuatro meses de guerra, una crisis de rehenes sin precedentes, un volumen de heridos permanentemente, que Israel no experimentó en ningún conflicto anterior. Quizás se podrá comparar yendo hasta la Guerra de Independencia, pero en circunstancias muy diferentes hoy en día, tuvimos que realmente pasar a una velocidad mucho más rápida para acelerar cosas que habíamos pensado, planeado hacer, para la eventualidad de situaciones como esta, pensando que en realidad, la probabilidad de que pasaran era menor, y de repente nos encontramos de un día para el otro con una necesidad, no que Hadassah no podía atender, sino que nadie en este país tenía la infraestructura, los recursos, estar preparados para atender este tipo de necesidades totalmente inmediatas.

-Estamos hoy en un edificio de rehabilitación que hace exactamente un año yo visité, era una estructura de cemento, y hoy está funcionando.
-Al principio de la guerra, tuvimos que pasar a un estado de emergencia que yo lo vi desde adentro. El primer día recibimos en helicópteros decenas de los heridos más graves que llegaban de otros hospitales o directamente desde la frontera con Gaza y que muchos de esos que llegaron el 7 de octubre, están hoy en día todavía, cuatro meses después, en este nuevo Centro de Rehabilitación Gandel, que abrimos parcialmente hace dos semanas, porque todavía no pudieron regresar a sus casas. Ese es el nivel de trauma físico y mental que tuvieron y que todavía tenemos que atender. Al principio tuvimos que atender la gran emergencia de gente que llegó en los primeros días, pasar de ahí al trayecto por el que pasa un herido grave. Estamos hablando de heridos con politraumatismos, heridos que perdieron manos, piernas, heridas cerebrales, que perdieron la capacidad de ser una persona independiente y tienen que adaptarse a una vida diferente. Y que pasan desde la emergencia de la unidad de trauma, en la mayoría de los casos a nuestras salas de quirófanos subterráneos, donde fueron operados de emergencia en muchísimos casos. De ahí a la sala de terapia intensiva, de ahí a las salas comunes, y de ahí a la rehabilitación. Que es en la parte en la que decidimos de cierta forma el destino de un paciente, que puede quedar inválido de por vida y pasar a ser un veterano de guerra, donde hay muchas otras organizaciones que hacen un trabajo hermoso para los que quedaron inválidos y son veteranos por toda la vida, y que también son muy conocidas en Argentina. Pero nosotros tenemos una obligación de poder evitar que queden inválidos. Y hay un momento donde la rehabilitación aguda, la rehabilitación de alta complejidad, que se hace acá en Hadassah, da la posibilidad de que la persona que está hoy en día incapacitada de caminar, tratada a tiempo con la altísima, tecnología y tratamientos que nosotros tenemos en Hadassah, vuelva a caminar. Y en algunos casos, lo que nos pasa es que los soldados que están siendo atendidos ahora en la rehabilitación, cuando les preguntamos si su motivación es poder volver a su casa, con su familia, algunos dicen “no, mi motivación es poder volver al combate”.

-¿Por qué se habla tan poco de aquellos que están heridos y están en rehabilitación? ¿Podemos estimar algún número?
-Nosotros estamos en medio de una guerra, con lo cual hay un nivel de información que se comparte oficialmente. Hay voceros oficiales, tanto del gobierno como del ejército, que realmente están haciendo un trabajo excelente. Nosotros estamos hablando de un estimado, hacemos un cálculo de que por cada soldado muerto hay más de diez heridos, de distintos niveles. Hoy en día estamos hablando de un total, entre soldados, civiles que hubo en el principio de la guerra, estamos llegando al número que nos acerca a los 15.000 heridos del 7 de octubre.

-Es un número que ustedes necesitan conocer porque tiene que ver con vuestra preparación o vuestro proyecto institucional.
-Más allá de lo que nosotros, junto con el resto de los hospitales, hacemos para atender a los heridos cuando llegan, hay un tema que tiene que ver exactamente con qué le pasa al herido cuando llega el momento de tratar de rearmar una vida con lo que se pudo recuperar. Nosotros tenemos que pensar que los heridos que llegan acá son personas a las que les explotaron las manos con granadas. Personas con heridas de bala en cinco lugares diferentes del cuerpo. Tienen pedazos de metal incrustados en diez lugares distintos en el cuerpo con distintos niveles. Lo que uno tiene que hacer es un tratamiento personalizado para cada paciente. Cada uno es un plan totalmente diferente, porque lo que vemos en la mayoría de los heridos es una pérdida enorme de hueso, de músculo, de nervios, que es lo que produce la movilidad. La filosofía Hadassah siempre es no solamente ayudar a un herido a que sobreviva, sino ayudar a un herido a que vuelva a tener una vida, que no es lo mismo.

-¿Cómo se articuló la mesa de emergencia en su momento para poner en funcionamiento esto que la sociedad israelí tanto necesitaba?
-La decisión fue muy clara. Se tomaron dos decisiones importantes, que ambas tienen que ver con entrar en un estado de emergencia, es decir el estado de emergencia en el que entró el hospital como tal, la administración del hospital, los que están involucrados en el desarrollo de los proyectos que se tienen que terminar, de construcción, de equipamiento y también toda la organización Hadassah mundial y todos nuestros amigos y donantes de todo el mundo, que colaboraron de una forma inmediata, entendiendo la emergencia que teníamos. Tuvimos que ir en dos direcciones. Este edificio en el que estamos sentados ahora, que está en Hadassah en el Monte Scopus, el hospital histórico, no en el gran campus de Ein Keren, este proyecto en el que estamos ahora, que es el Centro de Rehabilitación Gandel, que lleva el nombre de la familia Gandel de Australia, los donantes más importantes del proyecto, estaba pensado para completarse en la primera etapa, porque tiene varias etapas, pero al menos para habilitarlo y comenzar a tratar a algunos pacientes, en la segunda mitad del 2024. Hasta el 6 de octubre se estaba avanzando en terminar el edificio, no las partes internas. El 7 de octubre se tomaron dos decisiones. El país iba a necesitar rehabilitación pero no había camas suficientes. La gente no conoce estos números, pero entre los muertos, que los hay todo el tiempo y merecen todo el honor y el respeto y el dolor que nosotros como sociedad y la comunidad judía mundial y nuestros amigos de Israel en el mundo sienten ese dolor, y después está el tema clave de traer a los rehenes que todavía están en Gaza con un sufrimiento que no solamente nos duele, no podemos entender que esté pasando. Es un tema con el que todo el tiempo todos estamos comprometidos con esa lucha. En el medio está el desafío que nosotros entendimos antes que apareciera tan claro el 7 de octubre, que iba a haber tantos heridos que finalmente este proyecto monumental de 28.000 metros cuadrados, siete pisos, designados solamente a la rehabilitación aguda física y mental, no podíamos esperar a la segunda mitad del 2024. Iba a ser tarde. Se convirtió en una urgencia y decidimos que a fin del 2023 o a principios de 2024 parte de este edificio tenía que estar abierto.

-¿Qué es lo que está funcionando aquí?
-Este es un edificio que tiene partes de internación, de clínicas externas, que son los que vienen por el día a hacer la rehabilitación y luego vuelven a sus casas, y están los que no están en condiciones, porque necesitan la atención medica permanente, 24 horas por día, y también tienen que empezar a hacer rehabilitación. En general es un proceso que la gente, el que tiene un ACV por ejemplo, va a estar dos o tres semanas en el hospital y luego puede ir a su casa y viene a rehabilitarse dos o tres veces por semana. Pero acá tenemos gente que entró en rehabilitación en el edificio anterior, en el viejo, que lo abrimos, y ya lleva dos meses y medio de rehabilitación. Tenemos algunos que están desde el 7 octubre también. La decisión que tomamos fue que de los siete pisos que hay, que son como dije internación, centros de día, clínicas externas y todas las áreas de fisioterapia y terapia ocupacional, todo lo que es la rehabilitación y los tratamientos, todo eso, son varios pisos en muchos lugares, porque es muy grande y está pensado para atender a cientos y cientos de pacientes por día, decidimos un piso para internación abrir, un piso de tratamiento, el complejo de hidroterapia, que es el complejo de los más modernos y tecnológicos del mundo, con dos piletas de hidroterapia con una tecnología creada a través de la experiencia de los médicos del Hadassah que son investigadores en rehabilitación al mismo tiempo, lo que le permite a pacientes recibir un tratamiento personalizado, con tratamiento en el que hay oleaje, para que los pacientes que no se pueden mover empiecen a recuperarse, yendo en contra de la corriente, con una tecnología con sillas de ruedas mecánicas digitales, con sensores, algo increíble, eso también lo abrimos. Pero nosotros hace tres semanas movimos a los primeros doce soldados que estaban en la rehabilitación vieja, donde ya no había lugar porque estamos sobrepasados, para que empiecen a tratarse aquí. Tenemos que completar los pisos que nos faltan, porque esa va a ser la diferencia entre que podamos tener entre 70 y 100 pacientes en rehabilitación como podemos hacer ahora, para pasar a 500. Y el número que es más importante entender, que no es un número del Hadassah, no es un número de Jerusalem, sino que es el número de Israel, y esto es oficial, se sabe que hay entre 2500 y 3000 heridos desde el 7 de octubre que necesitan hoy en día en todo el país rehabilitación, rehabilitación aguda, no la que se hace en los centros que cuidan a los inválidos, una rehabilitación diferente, es la rehabilitación de tecnología de punta que permite trabajar realmente con los casos graves que existen en Hadassah. El número es 3000, y la capacidad que existe hoy en día en Israel es 1200, juntando a todos, a nosotros y a todos nuestros colegas del país, sin contar este edificio. Nosotros somos el único hospital, el único centro médico en el país que previó esta situación y estábamos construyendo este centro de rehabilitación desde hace cinco años que empezamos y la situación nos agarró listos. Lo único que tenemos que hacer es hablar con nuestros donantes para que nos ayuden a acelerarlo, hablar con el gobierno, que nos dio también alguna ayudita para acelerarlo, que también lo hicieron, y acá en la administración del hospital se pusieron 24 horas por día, consiguiendo permisos para contratar trabajadores, porque hay todo un problema con la construcción, conseguir permisos especiales para tener trabajadores, porque es una necesidad nacional estratégica poder abrir lo que pudimos abrir, esta primera parte del edificio ahora, y por suerte pudimos la primera semana de enero abrir esto.

-¿Cómo está transitando a nivel personal lo que está viviendo la sociedad israelí?
-La sociedad israelí está pasando por un momento muy traumático. Yo estoy en contacto permanentemente con nuestros equipos médicos y también con nuestros equipos de psiquiatría. Hadassah es conocido mundialmente por nuestra experiencia y ser expertos en temas relacionados con el síndrome post traumático. Hemos enviado como se sabe nuestros expertos a México en terremotos, a Turquía, a Boston después de los actos terroristas de la maratón, tenemos nuestros equipos especializados en esto y lo que ellos dicen es que hoy estamos hablando de individuos con síndrome post traumático en los que no se puede hablar del post, porque el post es después y acá estamos en el medio de un trauma que no es algo del pasado, algo que uno está viviendo y estamos viviendo como una sociedad colectivamente dentro de ese trauma, porque hay distintos niveles de trauma. Estamos hablando por ejemplo si nos referimos al tema de la violencia sexual, un tema que nos duele a todos de una forma que no se puede entender, las cosas horríficas que hicieron los terroristas de Hamás desde el 7 de octubre y que se sabe que siguen haciendo con las rehenes y los rehenes que están todavía en cautiverio. Son cosas que los que vieron eso están viviendo un trauma increíble. Los que fueron testigos del Festival Nova, los que sobrevivieron, vieron estas cosas atroces que pasaron ahí.

-Pude hablar con israelíes que me admitieron que tienen temor todavía, incluso en las ciudades grandes y alejadas de la Franja de Gaza.
-Yo creo que cada uno tiene sus formas. Una de las cosas, desde el lugar en el que yo estoy, como un líder humanitario y líder de conflictos, lo que predico siempre es que una de las formas que uno tiene de elaborar una situación traumática y colectiva como esta es entrando en acción. En ese sentido, si me preguntás mi mirada de la sociedad israelí, tengo admiración por la resiliencia y la fortaleza de la sociedad israelí que desde el primer día, antes que muchos otros sectores de la sociedad israelí, la sociedad civil dio respuesta y sigue dando respuestas de una forma increíble, a las necesidades que se fueron generando. Eso incluye cuando nosotros tuvimos, que es la segunda parte de lo que te día antes que tuvimos que hacer en la emergencia. Nosotros entendimos que en el medio de los ataques de misiles que había, los primeros días hubo también en Jerusalem pero fue uno de los lugares menos golpeados. Yo vivo en Tel Aviv, que fue un lugar bastante más golpeado, lo vivimos en los primeros dos meses permanentemente, pero sin comparación de lo que vivieron en zonas más cercas del sur. Entendimos muy claro en ese momento que era una guerra que no iba a durar dos días ni una semana, no había que ser un especialista en seguridad para entender eso, que se trataba de un conflicto largo en varios frentes y con muchas posibilidades. La decisión que se tomó, que fue una de las cosas increíbles que se hicieron en este hospital, en los dos hospitales, en ambas sedes, fue que había que preparar las salas de emergencias para el caso de que misiles como los que puede disparar Hezbollah empezaron a caer en Jerusalem. Eso sigue siendo una posibilidad en estos días, básicamente más clara que nunca. En los dos hospitales creamos áreas de emergencias en las que tuvimos que montar hospitales de emergencia completos bajo tierra. Que son búnkeres antibombas, antibombas nucleares, ataques químicos y biológicos, bajo tierra, que se cierran herméticamente. Tenemos áreas reservadas donde hay camas y todo lo que hace falta para funcionar como un hospital. Pero en Ein Keren, donde tenemos una unidad neonatal, que está en el piso 7 de pediatría, estaba en el piso más alto, con los bebitos de cinco meses, en el piso más alto. Eso desde hace dos o tres meses, prácticamente desde el principio de la guerra, están en el subterráneo. Aquí, en este hospital, en Monte Scopus, creamos también un hospital completo bajo tierra, nuevo, en un bunker, con 140 camas listas y que tiene una unidad de diálisis, una unidad de terapia intensiva, todo está conectado a la electricidad por si hace falta y una emergencia comienza, para poder atender en un minuto a los pacientes graves que están en el hospital.

-Observé en un pasillo palestinos, musulmanes e israelíes ortodoxos y pensé que no todo está perdido, que esto siempre fue un poco el espíritu del Hadassah. Entrar al hospital y verlo fue un aire fresco que ustedes siempre tuvieron pero que no había imaginado verlo tan así, de entrada.
-Básicamente nosotros, no voy a decir que fuimos pioneros, pero de cierta forma este espacio del que siempre hablamos y creamos, que no es un paraíso porque sino estaría exagerando, pero realmente si creamos un oasis de paz dentro de una ciudad tan conflictiva como Jerusalem, probablemente la ciudad más conflictiva del mundo en la relación tamaño y diversidad y conflictos. Por eso digamos este modelo que también uno podría encontrar en otros hospitales en Israel, siendo Jerusalém lo hace tan fuerte. Una de las cosas que se ve desde el inicio de la guerra, y esta es mi mirada, es que la sociedad israelí ha generado una unidad basada en la experiencia traumática que todos tuvimos, porque los heridos, los rehenes y los muertos del 7 de octubre, fueron judíos, beduinos, árabes musulmanes y árabes cristianos, y hoy en día uno lo ve claramente, lo que nosotros vemos en Hadassah, y lo vimos por décadas, es este modelo de que nos une algo en común que es salvar vidas, en este momento, con la excepción por supuesto de los radicales en todos los sectores, nos encuentra en un momento en que nos une la experiencia que vivimos donde entendimos que no era un tema de judíos, árabes, cristianos o musulmanes, sino que era un tema del mal y la gente que solamente quiere tener una vida normal, hacer el bien. Y eso es una cosa que de cierta forma llevará tiempo, porque no es tan simple, pero uno lo ve en muchas partes de la sociedad israelí de hoy en día. Donde la mirada es que estamos unidos por una causa común que es la causa de entender que lo que nos hicieron del otro lado es un nivel de horror y de odio que tenemos que combatir juntos, y que incluye el combate juntos en lo que yo llamo el noveno frente. Al principio de la guerra el ministro de Defensa habló de siete frentes, dijo que Israel tenía un conflicto enfrentando siete frentes, que nos los voy a repetir pero son los frentes geográficos como Líbano, Gaza, Siria, los Hutíes, Cisjordania, etc. Y yo digo que hay nueve frentes. El octavo frente, que desde el lugar en el que yo estoy lo vivo, no me lo cuentan, por el trabajo que yo hago como director mundial de la Organización Hadassah, que viajo, lo recorro y lo vivo y mi día entero es estar en contacto con las comunidades judías del mundo y con nuestros amigos del mundo. Las comunidades judías son el octavo frente, porque el nivel de antisemitismo que existe en el mundo, y la verdad con mi gorro argentino digo, por suerte Argentina es un país que comparado con prácticamente el resto de Latinoamérica podría decir y muchos otros países del mundo, está en un lugar bastante mejor en ese sentido, en relación a este conflicto en particular. Pero en general estamos hablando de un antisemitismo con unos niveles que no se pueden recordar, que no tienen precedente tampoco. Y ese es el octavo frente. Y el noveno frente, que aparece en un país que de cierta forma estaba preparado para conflictos grandes, pero tenía sus faltas de estar preparado y por algo también nos pasó el 7 de octubre, y tampoco estaba preparado desde el nivel sanitario, desde el nivel hospitalario, de infraestructura, para una cantidad tan grande de heridos, de pacientes, de gente que necesita atención de salud mental al mismo tiempo. Eso es lo que yo llamo el noveno frente. El noveno frente en esta guerra es el sistema de salud, que tiene que asegurarse que mientras en la guerra y en el día que se termine, este país pueda volver a ser un país sano, que sea un país en el que sus héroes, que sobrevivieron, no sean sobrevivientes, que sean seres humanos israelíes que puedan volver a tener una vida. Que puedan tener hijos, casarse, tener una vida plena, volver a construir la StartUp Nation que siempre fuimos y que seguimos siendo, que esa gente pueda volver a recuperar su salud mental y nosotros como país podamos seguir dando pasos adelante como un país que es líder en el mundo en sus valores morales y sus valores de tecnología, en lo que tenemos para compartir con el mundo. Ese noveno frente es como se muestra en las películas de la Segunda Guerra Mundial, yo lo comparo con la película Pearl Harbor, donde si uno se acuerda de esa película, que es fantástica, la mitad de la película son los aviones, las batallas y los soldados, y la otra mitad es lo que está pasando en el hospital que está curando a los heridos y en algunos casos para que vuelvan al frente y en otros para que vuelvan a vivir. Ese noveno frente es lo que nos ocupa día a día. Esperemos que se termine pronto, pero que si se termina la guerra, nuestro trabajo no vamos a decir que recién empieza, pero la segunda fase recién empieza.

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