Zbar, que asumirá hoy a las 19 en el Salón Auditorio de la AMIA, se refirió a la causa AMIA, la muerte de Nisman, la relación con los familiares de las víctimas del atentado, los votos argentinos en la UNESCO, las críticas al Memorándum con Irán y su opinión sobre la comunidad judía argentina en general.

Foto, de izquierda a derecha: Agustín Zbar, Stephanie Guiloff y Dina Siegel del AJC, y Daniel Pomerantz, director ejecutivo de la AMIA; en Washington.

-Con amplia experiencia en la política nacional, ¿qué lo llevó a involucrarse en la actividad de la comunidad judía?
-La elección de mis amigos, dirigentes, rabinos y miembros de la comunidad judía. En el ámbito comunitario funciona el principio inverso al que funciona en la política nacional. En la política nacional, si uno tiene ambiciones tiene que decir qué quiere ser. Si uno sueña con ser diputado, tiene que sentarse con los amigos y decirles ‘yo quiero ser diputado’ y trabajar para ello; no está bien tener ambiciones ocultas. En el ámbito comunitario no funciona así, no debe ser quien tiene ambiciones de cargos, sino el que resulta elegido por los demás porque se considera que está en las mejores condiciones para la tarea. Nunca debemos confiar en quien busca una posición comunitaria para lograr algún beneficio personal o porque no tiene otra cosa para hacer.

-Usted mencionó a “dirigentes confundidos” y a “instituciones muy importantes que pretenden representar a todos”. ¿Puede ampliar esos conceptos?
-Los ‘dirigentes confundidos’ son aquellos que no entienden que la misión de un dirigente judío es trabajar principalmente por el pueblo judío. Su tarea está en la comunidad judía de la Argentina y del mundo, ese es el mandato comunitario, y a eso nos tenemos que dedicar. Quienes se confunden son los que usan a la comunidad judía para encarar posiciones en el ámbito de la comunidad no judía. Creen que el objetivo mayor de un dirigente es llegar a ocupar puestos o posiciones de gobierno, y eso es una gran confusión que expresa un orgullo judío de baja intensidad, baja autoestima. Hay que tener bien claro qué es lo que tenemos que representar, a quiénes y a qué causas nos debemos. Usar los espacios de la dirigencia comunitaria como trampolín para llegar a la política nacional daña a la comunidad y a sus instituciones.

-Tuvo palabras críticas hacia el gobierno anterior en relación con el Memorándum. ¿Por qué?
– El gobierno anterior traicionó a la comunidad judía. Se mostró, en general, bastante amigable al principio: fueron grandes impulsores del juicio; fortalecieron la investigación a través de la fiscalía; aportaron recursos. Los años del gobierno de (Néstor) Kirchner fueron favorables también en la denuncia internacional contra Iran y Hesbollah. Yo participé de varias visitas de Néstor y Cristina, visitaron la AMIA, vinieron a los actos del 18J, hubo un apoyo notable. Recordamos los discursos de Néstor y Cristina Kirchner en la Asamblea de las Naciones Unidas, con Bielsa como Canciller. Y luego, de la noche a la mañana, apareció Timerman con el Memorándum, que fue como un cuchillazo por la espalda, una traición muy grande que solamente Pepe Eliascheff anticipó y, lamentablente, no le creyeron. Si la historica denuncia periodistica de Pepe hubiera sido tomada en serio, a lo mejor se habría evitado tanto daño.

-Cuando habló de impunidad, ¿involucró a quienes son juzgados hoy por haber perjudicado la investigación del atentado?
-No, cuando hablo de impunidad no me refiero a nadie en particular: Hablo de sistemas que han generado impunidad; el proceso de investigación, la reacción política, la prensa, las relaciones internacionales; en el centro de todo un sistema jurídico muy antiguo que no ha podido generar respuestas. El tiempo que tarde cada instancia es inaudito. La última de las vergüenzas, por ahora, es la sentencia de la Corte Suprema en el caso Telleldín, que dijo que gran parte de la sentencia del Tribunal Oral que en 2003 anuló todo lo actuado en los 9 años anteriores no era válida, y que había que seguir investigando y juzgando. Ese fallo de la Corte tardó 6 años en llegar, data del año 2009. Esa es la última novedad importante desde el punto de vista de sentencia judicial. Pasaron otros ocho años y no hay fecha de nuevo juicio a Telleldín. Es un bochorno.

-¿Esto se refiere a la discusión de si hubo o no Trafic?
-Es un insulto a las víctimas discutir todo desde el principio una y otra vez cuando hay cosas que son muy evidentes. No se puede seguir aceptando discutir sobre la Trafic como instrumento de la bomba. Cerremos algún tema, hay temas que están claros. Hubo manifestaciones explicitas de los tres poderes del Estado durante mucho tiempo sobre lo que pasó y quienes fueron, la responsabilidad de Irán, todo esto está probado en el expediente. Sin embargo, parece que nos atrae escuchar a quienes quieren seguir discutiendo también sobre eso. Esto también es un factor que coadyuva a la impunidad, que ni siquiera podamos afirmar algunos hechos sobre qué es lo que pasó en la AMIA . Mucho peor aún en el caso de la Embajada, del que se sabe aún menos. Es un grado de impunidad tremenda, y es perjudicial para la Nación Argentina, como se ve en el sufrimiento de tantas otras víctimas de crímenes impunes.

-¿Cómo será la relación con los familiares?
-La imagino muy estrecha. El 24 de mayo pasado, tuvimos una primera reunión, -a la que me invitó el presidente saliente-, con algunos familiares y con el equipo de AMIA que trabaja en la preparación del acto central del 18 de julio. En ese encuentro se presentaron las ideas para la conmemoración. Fue mi primer encuentro como presidente electo con personas que conozco desde hace muchos años. Como se sabe, hay muchos grupos de familiares, y yo estoy a disposición para hablar con todos.
Desde hace muchos años la AMIA tiene una línea, una posición institucional que ha mantenido incólume durante 23 años y voy a seguir esa línea, ese es el marco. A partir de ahí, las cuestiones personales están por un lado y las posiciones que cada uno adopta frente a su dolor, frente a su reclamo y frente a su visión del atentado depende de los grupos, de las personas y todos deben ser respetados. Luego, la AMIA tiene una posición que no depende de mi parecer, sino que expresa la tarea de muchos voluntarios y profesionales de buena fe a lo largo de mucho tiempo. Es mi obligación continuar en esa línea porque además estoy convencido de ella.

-¿Cuál es su postura sobre la denuncia que el fiscal Nisman realizó días antes de su muerte?
-La muerte de Nisman es parte de la causa AMIA porque estoy convencido de que fue un homicidio. El Memorándum fue un intento de consagrar la impunidad a través de un pacto con los asesinos y la denuncia de Nisman tenía que ver con investigar por qué se llegó a esa decisión política. Entonces, todo es parte de la causa AMIA; todo tiene que ver con la posibilidad de poder revertir la impunidad. El esclarecimiento del caso Nisman es fundamental para la república y para la salud de la democracia en nuestro país, y también tiene que ver con poder avanzar en la búsqueda de justicia por la masacre de 1994, es un aspecto lateral que también tiene que ver con el atentado. Por eso se ha dicho que Alberto Nisman es la víctima 86 de la AMIA.

-Y quienes de alguna manera perjudicaron la investigación…
-Sí, muchos perjudicaron la investigación en el sentido de demorar durante años la posibilidad de que siguiera la causa adelante. El Memorándum, que terminó invalidado por el sistema jurídico argentino, no afectó la investigación en el sentido de desviarla hacía un lugar diferente del cual ya venía. Lo que hizo fue demorar, frenar, confundir todo durante varios años porque había una incertidumbre enorme para donde iba a ir. Estas cosas generan distracción, cambian el eje, producen pérdida de tiempo y contribuyen a la impunidad.

-¿Tiene posición tomada sobre el juicio en ausencia?
-No. Es una discusión abierta en la sociedad y en la AMIA. Venimos escuchando opiniones desde el año pasado, cuando el tema comenzó a instalarse en la agenda. La AMIA decidió no tomar una posición hasta ver cómo progresaba el debate. La discusión parlamentaria es aún preliminar; vamos a escuchar los argumentos de todas las partes, con la mirada colocada en que la causa AMIA merece justicia efectiva y ejemplar. Después de 23 años de reclamar por la verdad y la justicia, es necesario que la sentencia condenatoria sea contundente e indiscutible en la Argentina y en el mundo entero.

-¿Qué opina respecto a las votaciones de la Argentina en la UNESCO?
-La Argentina tiene que apegarse a las mejores tradiciones en la diplomacia. Me parece que hay que animarse a entender el momento actual del mundo, ver más claro quiénes son, por principios, nuestros aliados y quiénes no ayudarán a la Argentina a salir del atraso. Me parece indudable que para la Argentina el Estado de Israel es un amigo; pero debe ser un amigo mucho más cercano, y a los amigos hay que defenderlos o al menos acompañarlos cuando se los ataca. Eso aquí se entiende perfectamente bien. Este es un país que ha recibido a todos los inmigrantes con muchísima generosidad, a los judíos en particular nos ha cobijado a lo largo de más de un siglo como hermanos, nuestros ancestros progresaron y contribuyeron al país y nosotros somos parte integral de la sociedad argentina sin abandonar nuestra religion, amando nuestras tradiciones y al mismo tiempo muy conectados y solidarios con el milagro de Israel. Estoy seguro de que sería muy bueno para La Argentina una actitud diplomática mas proactiva hacia Israel, la relación entre los países es excelente, es mucho más estrecha de lo que se expresa en esas votaciones de la UNESCO. Ojalá el próximo Canciller lo entienda así.

-¿Cómo ve usted la realidad de la comunidad judía de la Argentina?
-Es una comunidad muy diversa y bastante dispersa. Al interior de la colectividad judía hay comunidades que crecen mucho, que se fortalecen, que progresan, que incorporan muchos miembros que son generalmente las comunidades religiosas observantes u ortodoxas. También hay muchos judíos con nostalgia de judaísmo, con un sentimiento judío que no se canaliza, que no se concreta, que les gustaría recuperar pero que, en realidad, lo sienten como algo lejano. Esa es la mayoría de la colectividad judía, lamentablente desconectada de las instituciones. Luego, están los sectores religiosos moderados, llamados conservadores o de las vertientes del reformismo, que no están creciendo. Pareciera que están achicándose, y este es un fenómeno que viene desde hace dos o tres décadas, no sólo aquí, sino también en Estados Unidos y en algunos países europeos.

-En Argentina no se está viendo como en otros países…
-No tanto, pero claramente vamos hacía allí. Mucha gente vuelve a las raíces, busca contenidos que le hablen en serio sobre su vida y su familia, que ser interpelados desde la verdad, y quienes no están en esa búsqueda de sentido se van hacia el laicismo total. Creo que el trabajo mas arduo a realizar desde AMIA es con aquellos judíos que se han alejado, que han perdido contacto, a los que les queda solamente la nostalgia de su identidad judía, el judaísmo que no quieren terminar de olvidar. Por lo tanto, creo que la AMIA tiene una tarea muy grande: intentar llegar a los lugares adonde ya no llegan otros factores desde el punto de vista ideológico, y llegar desde el corazón. Para eso, se necesita una nueva comunicación y una dirigencia muy activa que acompañe: yo se que hay mucha gente con capacidad e inteligencia que nos ayudarán en esta tarea fundamental de renacimiento comunitario que ya tuvo comienzo.

-¿Qué lugar ocupa el Vaad Hajinuj (Concejo Central de Educación Judía) en la AMIA?
-La educación es, para mí, un campo de significativa relevancia. Desde hace 25 años soy docente del Colegio Nacional Buenos Aires, donde además fui vicerrector y jefe del departamento de Ciencias Sociales. A pesar de todos los cargos públicos que ejercí, nunca dejé de dar clase. Además, integro la comisión educativa del Iosef Caro desde hace varios años y el Consejo Superior del ILSE. Es natural, por tanto, mi especial interés en este tema. Uno de mis objetivos es revitalizar el Vaad Hajinuj, que es un área fundamental para el futuro de la comunidad. Como se sabe, existe, en paralelo, la Federación de Escuelas, que está conformada por presidentes de comisiones directivas. Vamos a convocarlos a todos para generar un ámbito de encuentro y trabajo fructífero en conjunto.

DB-EC