Tirán Attia, responsable del proyecto “Gdolim Bemadim”. El proyecto comenzó hace diez años, pero desde hace un año y medio funciona en forma profesional. Cada tanto se enrolaba un soldado, algún año un poco más, y terminaban el ejército con mucho éxito. Pero hace un año y medio nos asociamos al JNF y desde entonces todo cambió. Ahora tenemos 236 voluntarios en este programa, y 65 de ellos son soldados regulares. Hoy somos recibidos por el presidente y es un gran honor para nosotros, para el proyecto y para el Estado de Israel.

¿Cuáles son los principales objetivos y logros del proyecto?
El principal objetivo de este programa es hacer realidad que todos somos parte, y todas las personas deben y pueden estar completamente integradas a la sociedad. Y los logros, 236 por ahora. Nuestra meta es que cada año haya 1000 personas incorporadas en este programa. El potencial es muy grande, en Israel hay muchas personas con necesidades y capacidades especiales y la idea es traer la mayor cantidad de estas personas y que se integren por completo en todos los lugares donde sea posible.

¿Cómo es el proceso de cambio en las personas que se incorporan a este programa desde que se enrolan hasta que terminan el servicio militar?
El cambio se observa en varios círculos. El primero es el joven, el cambio individual, en el soldado. En general todos llegan asustados, con miedo, como personas que nunca recibieron la oportunidad, la posibilidad de integrarse. De pronto, comienzan a hacer cosas que nunca hicieron. Padres que nunca creyeron que sus hijos podrían enrolarse, o viajar solos en autobús, o las cosas más simples. De pronto, estos jóvenes viajan solos, y hacen cosas completamente nuevas e inesperadas. También la familia pasa a ser como todas las familias, con un hijo que vuelve a casa con su uniforme del ejército, como todos los jóvenes de 18 años. También la autoestima de la familia aumenta. Nosotros observamos un gran cambio en los soldados, desde el punto de vista de la empatía, la comprensión y la integración de los soldados con capacidades especiales. Este cambio se refleja también en la sociedad, que aprende un nuevo capítulo en la integración de las personas con necesidades especiales. El ejército en Israel es el ejército del pueblo, y tiene un profundo compromiso con todos los sectores del pueblo. Y para nosotros, los jóvenes con capacidades especiales son soldados como todos los soldados. Ellos aportan, están con nosotros, viven con nosotros, cada uno de ellos es uno más de nosotros.

Mi sensación en esta conversación y durante toda esta recepción del presidente es que se hace más hincapié en lo que el ejército recibe de estos soldados que lo contrario…
Absolutamente. Nosotros no hablamos de qué le damos a los soldados, no se trata de beneficencia, no les hacemos un favor. Los integramos en todas partes, nos centramos en las habilidades, las capacidades y dejamos de lado las discapacidades. Cada uno de los participantes en el programa es integrado en funciones acordes a sus capacidades, y con ese potencial el ejército los recibe. Incluso si esas capacidades son muy simples, pero todo es necesario en el ejército, hasta las actividades más simples. Por ejemplo, hay devolución de equipamiento militar, que hay que clasificar y organizar y ellos lo pueden hacer. ¿Por qué no? Y así se liberan otros soldados para otras misiones. Y así ellos aportan.
Hay jóvenes en nuestro programa con capacidades especiales, de análisis de mapas e imágenes, o personas que pueden realizar un trabajo repetitivo, todo el tiempo, cada día la misma actividad. Por ejemplo, los jóvenes autistas tienen habilidades especiales, que ayudan al ejército israelí en todo tipo de misiones, que no podemos detallar.

¿Cómo explicar qué significan las FDI para el pueblo de Israel?
Las Fuerzas de Defensa de Israel son parte del pueblo de Israel. Toda madre sabe, desde el momento en que su niño o su niña nacen, que serán soldados en las Fuerzas de Defensa de Israel. No es una situación en la que alguien lo saca de la casa por la fuerza, porque todos sabemos que debemos defender y proteger nuestro país, y que no tenemos opción. No hay alguien más que nos proteja, no tenemos un ejército profesional. A veces me preguntan cuál es la diferencia entre un soldado israelí y uno norteamericano. Aquí, en Israel, el soldado defiende su propia casa. Por ejemplo, en la última guerra en Gaza, caían misiles sobre Sderot, y había combatientes de la Brigada Guivati que viven en Sderot, ellos literalmente estaban defendiendo sus casas. E igual con Kiryat Shmona, Tel Aviv, o cualquier otro lugar. En cambio, el soldado norteamericano viaja decenas de miles de kilómetros, a Afganistán o Irak, no está defendiendo su casa en forma directa. Y ésa es la diferencia fundamental entre un soldado y otro, entre la motivación de uno y otro. Porque cuando defiendes a tu hermano, no como metáfora, al hermano de tu propia sangre, a tus padres, eso hace una diferencia. Y nosotros estamos orgullosos de nuestros jóvenes, todos los soldados y los de este proyecto, porque toman parte en el esfuerzo conjunto para defender al Estado de Israel. No importa cuáles son las limitaciones, todos pueden.