Agencia AJN.- Un estudio israelí descubrió una sólida respuesta inmunitaria de los pacientes recuperados de COVID-19 que fueron vacunados. Esto proporciona «algunas de las primeras pruebas de la vida real» de que la inmunidad perdura aunque los niveles de anticuerpos parezcan disminuir, afirmó el jueves un destacado investigador de la Universidad de Bar-Ilan.

La mayoría de las vacunas funcionan «mostrando» primero una copia del coronavirus al sistema inmunitario del organismo con la primera dosis, lo que le permite aprender a combatirlo. La segunda dosis introduce un antígeno diseñado para provocar una gran respuesta de los anticuerpos que combaten el virus, que se apresuran a proteger el cuerpo y crear falanges de copias listas para luchar si aparece el verdadero SARS-COV-2.

Las personas que ya han sido infectadas tienen estos anticuerpos que combaten el virus una vez que se recuperan, pero las pruebas han demostrado que los anticuerpos acaban desapareciendo, lo que hace temer una reinfección.

Sin embargo, los investigadores del Centro Médico Ziv de la ciudad galilea de Safed descubrieron que una pequeña muestra de pacientes recuperados a los que se les administró una primera dosis de una vacuna contra el coronavirus tenía la respuesta inmunitaria completa que la mayoría de la gente sólo tiene al recibir una segunda dosis.

Sus cuerpos produjeron tantos anticuerpos nuevos tras la primera inyección que en 21 días -hasta justo antes de la administración de la segunda- sus niveles medios de anticuerpos eran 10 veces superiores a los de otros vacunados. «Es lo que llamamos una respuesta de refuerzo, en contraposición a lo que llamamos la respuesta primaria, es decir, la primera vez que el cuerpo se encuentra con el antígeno», dijo el profesor Michael Edelstein, epidemiólogo de la Universidad de Bar-Ilan que dirigió la investigación.

El estudio del equipo de Edelstein se publicó el jueves en la revista revisada por pares Eurosurveillance. Sugiere que el sistema inmunitario de los pacientes recuperados recuerda bien el SARS-CoV-2 y tiene un alto grado de protección duradera.

El nuevo estudio indica que la suposición actual de que los pacientes recuperados tienen alrededor de un 82% de inmunidad es válida durante al menos 10 meses, e independientemente de los niveles de anticuerpos, dijo Edelstein. «La reinfección, aunque recibe mucha atención de los medios de comunicación, es un fenómeno poco frecuente», añadió.

«La gente se ha preocupado porque algunos pacientes que estaban infectados terminan con pruebas negativas de anticuerpos, y esto puede causar ansiedad con la gente temiendo la reinfección», dijo Edelstein. «Nuestro estudio apunta a una protección continua, independientemente de que los anticuerpos sean detectables o no».

El estudio examinó los niveles de anticuerpos de 514 miembros del personal de Ziv antes y después de recibir la vacuna. Los médicos, a diferencia de la población general, pueden seguir vacunándose si son pacientes recuperados, y 17 personas se habían infectado previamente, entre un mes y 10 meses atrás.

La mayoría de los pacientes recuperados -11 de 17- ya no tenían anticuerpos, pero los 17 mostraron la fuerte respuesta inmunitaria tras la primera inyección que normalmente sólo se observa tras la segunda. «No hubo ninguna diferencia real entre la respuesta de los pacientes más recientes y los que tuvieron el coronavirus hace meses, lo que es alentador para la inmunidad», declaró Edelstein.

Todavía no está claro si la misma oleada potente de anticuerpos aparecería en los que reciben la vacuna después de haber tenido una infección asintomática.

Edelstein dijo que, tras su pequeño estudio, espera que este hallazgo se investigue en una cohorte más amplia, y afirmó que, si sus hallazgos se corroboran, podrían repercutir en la política, así como tranquilizar a los pacientes recuperados. «Esto puede sugerir que, en términos de política de vacunación, las personas recuperadas sólo necesitan una única inyección de la vacuna, lo que podría ahorrar cantidades significativas de dinero», aseguró.