Agencia AJN.- El ex embajador de Israel en Estados Unidos Danny Ayalon se refirió al plan de paz propuesto por el presidente de Estado Unidos, Donald Trump, para resolver el conflicto que mantienen Israel y los palestinos.

A continuación, la columna de opinión de Ayalon publicada por el diario The Jerusalem Post:

Esta semana se cumplen 53 años en el calendario civil desde la Guerra de los Seis Días.
Tengo vívidos recuerdos de esta guerra.

Recuerdo las aterradoras tareas de correr al refugio antiaéreo mientras escuchaba la sirena camino a la escuela y me pedían que cavara tumbas para los soldados caídos. También recuerdo ese momento de orgullo cuando vi a mi maestro de escuela Yitzhak Yifat y sus compañeros paracaidistas parados en el Muro de los Lamentos tras su liberación. La reunificación de Jerusalem, así como la liberación de los Altos del Golán y Judea y Samaria habían renovado la fe de muchos israelíes, incluido el mío, en un futuro más brillante y más fuerte.
Sin embargo, a medida que pasaron los años, ningún país extranjero reconoció nuestra presencia en estos territorios. Ni siquiera después de que el gobierno del primer ministro Menachem Begin estableciera la soberanía israelí en Jerusalem y los Altos del Golán.

Hasta que llegó el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
Hace dos años, Trump reconoció a Jerusalem como la capital de Israel, reubicó la embajada de su país en la ubicación que le corresponde. El año pasado, reconoció la soberanía de Israel sobre los Altos del Golán.
Hace cuatro meses esta semana, Trump le presentó a Israel otra oportunidad. Con la presentación del plan de «Paz a la prosperidad», Israel finalmente tendría la oportunidad de decidir sus fronteras con el consentimiento de la mayor potencia mundial.

Después de reunirme en numerosas ocasiones en los últimos años en la Casa Blanca con Jason Greenblatt y varias veces aquí en Israel con el embajador de los Estados Unidos en Israel, David Friedman, seguí convencido de que este plan sería el mejor que se haya presentado. De hecho lo es, y apoyo firmemente este plan.
Los planes anteriores no tenían en cuenta las preocupaciones legítimas de Israel, como una presencia israelí permanente en el Valle del Jordán; este plan lo hace.

Los planes anteriores no tenían en cuenta la conexión histórica de Israel con los sitios del patrimonio judío en el corazón bíblico de Israel, como la ciudad de David, Hebrón, Shiloh y Beit El; este plan lo hace.
Incluso los planes anteriores que fueron relativamente generosos, como la carta de Bush-Sharon que ayudé al autor, todos sostuvieron que la implementación depende de la respuesta de la Autoridad Palestina. Este plan no lo hace.
Este es un plan en el que todos pueden unirse, independientemente de sus antecedentes políticos.

Es por eso que cuenta con el apoyo tanto del Primer Ministro Benjamin Netanyahu como del Primer Ministro Alterno Benny Gantz, quienes lo expresaron en sus respectivas reuniones con Trump en la Oficina Oval.
Es por eso que cuenta con el apoyo de muchos países árabes, incluidos Bahrein, Omán y los Emiratos Árabes Unidos, cada uno de los cuales envió a sus embajadores para estar presentes en el anuncio del plan en la Sala Este de la Casa Blanca. Es por eso que tiene un apoyo tan amplio aquí en Israel.

Los partidarios de la izquierda están entusiasmados porque el plan incluye una congelación de la construcción de cuatro años y una oferta realista para el estado palestino.
Los partidarios de la derecha están entusiasmados porque el plan permite a Israel establecer la soberanía sobre las comunidades judías existentes en Judea y Samaria.

Sin embargo, aunque el plan es tan popular en Israel y en la región, tenemos una minoría pequeña pero ruidosa que lamentablemente preferiría que Israel pierda esta oportunidad.
Por triste que pueda ser, se esperaba el pequeño número de oponentes de la extrema izquierda en cualquier escenario. Después de todo, socavan constantemente la soberanía de Israel y, por lo tanto, su oposición a este plan no es nada nuevo.

Lo que más me decepciona es que hay algunos miembros de la derecha israelí que se oponen a este plan, principalmente varios líderes municipales influyentes en Judea y Samaria. En los últimos días, estos funcionarios han lanzado una desafortunada campaña para deslegitimar el plan y engañar al pueblo israelí en cuanto a los hechos y detalles del plan. Al hacerlo, afirman que el plan busca establecer un estado terrorista en el corazón de Israel.

Falso.
El plan dice específicamente que la Autoridad Palestina tendrá cuatro años para cambiar su comportamiento. Si decide hacerlo, tendría que renunciar al terror y la violencia, poner fin a la incitación y la glorificación de los asesinos, así como a su programa bruto de pago por asesinato. Además, se vería obligado a reformar su sistema educativo para incluir el reconocimiento del estado judío. Si los palestinos se vuelven como Canadá, difícilmente sería un «estado terrorista».
Estos funcionarios también afirman que, según el plan, este plan vendría «a expensas de las comunidades judías en Judea y Samaria».

Falso.
Según este plan, ningún judío o árabe se vería obligado a abandonar su hogar. Si bien las propuestas anteriores han sugerido que cientos de miles de personas evacuan sus residencias, lo que resultó ser catastrófico en la retirada de Gaza, este plan mantendrá intactas a todas las comunidades existentes. También afirman que podría surgir una mejor oportunidad en el futuro. No estés muy seguro.
Si Israel rechaza el plan de Trump, una futura administración estadounidense podría aprovechar ese rechazo y ofrecernos mucho menos. Si Israel acepta e implementa el plan Trump, sería casi imposible para un futuro presidente de los Estados Unidos que simpatiza menos con Israel cambiar los hechos sobre el terreno. Y si de hecho un futuro presidente desea construir sobre el plan de Trump y ofrecernos más, no tendrá que comenzar desde cero.

Hay un dicho talmúdico:
«Tafasta Meruba, Lo Tafasta».
«Si lo captas todo, lo pierdes todo».
Israel no puede comprender todo Judea y Samaria a la vez. Ni siquiera podemos captar toda el Área C a la vez. Si exigimos esto, lo perdemos todo. No seamos como los que nunca pierden una oportunidad de perder una oportunidad. Tomemos lo que se nos ofrece y aprovechemos al máximo. Es simplemente la mejor oferta que se nos ha hecho.

Ayalon se desempeñó como viceministro de Relaciones Exteriores de Israel y como embajador en los Estados Unidos.