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Israel. Mientras los pacientes sufren, el COVID prolongado sigue siendo un conjunto de síntomas sin cura única

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Agencia AJN.- Al igual que otros israelíes, la periodista Melanie Lidman sigue las noticias sobre un repunte relativamente leve de nuevos casos de COVID y las recomendaciones del Ministerio de Sanidad sobre cómo evitar infectarse o reinfectarse por la enfermedad.

Sin embargo, a diferencia de la mayoría de nosotros, los efectos de la pandemia en toda regla que comenzó a principios de 2020 no han quedado atrás y su vida no ha vuelto a la normalidad.

Lidman, de 38 años, solía ser increíblemente activa físicamente. Corrió dos maratones de Jerusalem, recorrió 15.000 kilómetros en bicicleta por muchos países y le encantaba hacer senderismo y yoga.

Pero ahora que la periodista freelance afincada en la zona de Hadera (escribe a menudo para The Times of Israel) padece COVID de larga duración, no puede hacer ningún ejercicio.

«Ahora me entreno a diario con ayuda de un fisioterapeuta para poder caminar 10 minutos sin parar», dice Lidman.

Al igual que para otras personas que padecen la enfermedad COVID posaguda, que aún no se comprende del todo, la vida de Lidman ha dado un vuelco debido a un grupo de síntomas inquietantes.

«Ni siquiera existe todavía un acuerdo total sobre cómo definir la COVID larga», afirma la profesora Ronit Calderón-Margalit, directora de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Hebrea y el Centro Médico Hadassah. «Un artículo publicado en mayo [de 2023] en la revista Journal of the American Medical Association intentó agrupar los síntomas que están presentes más de seis meses o más después del episodio agudo. Se estableció en una lista de 12 síntomas clave que juntos definen COVID largo con algún tipo de fiabilidad y validez, con la prevalencia de cada uno difiriendo de persona a persona.»

«Algunos de estos síntomas son niebla cerebral, pérdida de memoria, malestar o fatiga y problemas gastrointestinales», señaló.

Según el profesor Gili Regev-Yochay, director de la Unidad de Prevención y Control de Infecciones del Centro Médico Sheba, se calcula que aproximadamente el 10% de las personas que han padecido COVID en todo el mundo sufren COVID prolongada. La OMS informa de que incluso puede llegar al 20%. La afección es más frecuente en personas que se han infectado más de una vez.

Calderón-Margalit añadió que una encuesta realizada por el Centro de Control de Enfermedades de Israel reveló que el 50% de los israelíes que contrajeron COVID antes de que la variante Omicron se convirtiera en predominante declararon padecer niebla cerebral durante al menos seis meses después del periodo de enfermedad aguda.

Aunque los médicos son ahora capaces de reconocer y diagnosticar el COVID prolongado, no se dispone de un tratamiento o cura específicos. En este momento, cada dolencia se trata por separado. Esto se debe a que los investigadores siguen intentando averiguar qué causa los síntomas continuos.

A principios de este mes se celebró en Santa Fe (Nuevo México) un simposio para científicos de todo el mundo en el que se presentaron los últimos hallazgos sobre la COVID larga y se debatieron posibles tratamientos.

Ahora que existe un acuerdo básico sobre cómo diagnosticar la enfermedad, los investigadores intentan comprender sus causas y por qué algunas personas la padecen y otras no.

Por ejemplo, un estudio publicado el mes pasado en Nature identificó dos biomarcadores proteínicos sanguíneos que podrían estar relacionados con la niebla cerebral que muchos padecen. Otro grupo de científicos halló una posible relación entre la COVID larga y una versión de un único gen denominado FOXP4.

Un estudio de la Universidad Bar-Ilan reveló una disparidad en la calidad de vida entre los supervivientes de COVID-19 de distintos grupos étnicos de Israel. Los árabes y drusos declararon más síntomas, como dolor, malestar, ansiedad y depresión, que los judíos.

«Nuestros resultados revelaron que, si bien la calidad de vida de judíos, árabes y drusos antes de la infección por COVID en nuestro estudio era inicialmente comparable, a los 12 meses de la infección los participantes árabes y drusos declararon una calidad de vida un 11% inferior a la de sus homólogos judíos», afirmó el profesor Michael Edelstein, de la Facultad de Medicina Azrieli de la universidad.

Dado que aún no existe un enfoque claro para tratar el COVID prolongado, las personas con síntomas suelen correr de especialista en especialista con la esperanza de encontrar alivio para aspectos específicos del síndrome.

Esto es lo que hizo Lidman, que padeció COVID dos veces (una antes de que existieran las vacunas y otra después de vacunarse), mientras investigaba en Internet durante incontables horas para entender lo que le ocurría. No sólo estaba extremadamente fatigada, sino que también tenía vértigo y niebla cerebral, perdió el sentido del gusto y del olfato durante 10 meses y seguía enfermando.

«El problema era que nadie abordaba el problema de forma holística. Cada médico se fijaba sólo en los síntomas que le interesaban y nadie tenía en cuenta el cuadro completo», explica.

Finalmente, Lidman pudo obtener un diagnóstico confirmado en la larga clínica COVID del Centro Médico Sheba el pasado mes de abril. Sin embargo, estas clínicas de los hospitales han cerrado desde entonces, y el diagnóstico y la atención de estos pacientes se han trasladado a los médicos de la comunidad.

Lidman señaló que todos los israelíes en su situación pueden recibir tratamiento a través de programas de rehabilitación diurna en todas las organizaciones de mantenimiento de la salud.

«A través de la rehabilitación diurna estoy viendo a un fisioterapeuta, un terapeuta ocupacional y un psicólogo. Tienen reuniones semanales para hablar y ponerse al día sobre cada paciente. Esta es realmente la forma de solucionarlo», afirma. «Hay que aprender a recuperar la forma, y el apoyo psicológico es realmente importante».

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Israel. «La lección que no se aprendió»: civil logró ingresar en base militar que fue atacada el 7 de octubre

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Agencia AJN.- No se aprendió la lección del 7 de octubre. El padre de un soldado israelí logró ingresar a la base Zikim, siendo que el hombre portaba un arma, e incluso circuló libremente en el territorio militar sin ninguna molestia o interrupción, estando el mismo vestido de civil.

En un vídeo que publicó este viernes la emisora pública de Israel (KAN) se puede apreciar la garita de seguridad de ingreso totalmente vacía.

La persona que filmó el vídeo expresó: «Nadie me preguntó quién soy, o qué estoy haciendo. Se puede pasear libremente. A nadie le importa».

La Unidad Portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) expresó en un comunicado: «Se trata de un incidente excepcional. El mismo será investigado y tratado disciplinariamente».

En la mañana del 7 de octubre un grupo de cincuenta miembros del palestino Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) ingresaron a la base militar de reclutas Zikim, luego de que se infiltraran en territorio israelí.

En las cercanías de la base perdieron la vida siete soldados en enfrentamientos. Otros siete uniformados resultaron heridos.

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El mundo judío conmemorará el domingo a los caídos en guerras de Israel y las víctimas del terrorismo

Se trata de una jornada de duelo nacional que se conmemora desde 1949, al año siguiente de la independencia del Estado de Israel. En este caso será al anochecer del domingo 12 de mayo.

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Agencia AJN.- Iom Hazicarón Lejalelei Maarajot Israel Venifgaei Peulot Haeibá (Día de Recordación de los Caídos en las Guerras de Israel y las Víctimas de Actos de Odio) es mucho más que lo que su nombre indica, ya que se trata de una jornada de duelo nacional que se conmemora desde 1949 (5709, según el calendario hebreo), al año siguiente de la independencia del Estado de Israel.

Ello acontece el 4 de íar, el día anterior a Iom Haatzmaút (Día de la Independencia), a menos que alguno de ellos caiga o vaya a terminar en Shabat, ocasiones en las cuales se los adelanta o posterga. En este caso será al anochecer del domingo 12 de mayo.

En rigor, la rememoración no se limita a las tropas, sino que también se honra a las bajas pertenecientes a la Policía, la Gendarmería, la Defensa Civil, el Servicio Penitenciario y demás organismos de seguridad e inteligencia que dieron su vida por el establecimiento y posterior defensa del Estado judío.

Y a partir de 2005 se agregaron las víctimas civiles de atentados terroristas.

Existen tres estadísticas diferentes que se dan a conocer en vísperas de esta jornada: los caídos en el último año, las víctimas desde el comienzo de la Guerra de Liberación (1947-1949, entre la Resolución de Partición y la firma de los armisticios) y los 1.626 fallecidos desde 1860, cuando los judíos jerosolimitanos dejaron la Ciudad Vieja para asentarse fuera de sus murallas.

760 soldados y 834 civiles fueron asesinados desde el último Día de Recordación, según cifras publicadas este jueves por el Ministerio de Defensa (el año anterior en el mismo período fueron asesinados durante su servicio 59 soldados).

En medio de la guerra en curso que comenzó el 7 de octubre con el ataque del grupo terrorista Hamás en el sur de Israel, 711 soldados y miembros de las fuerzas de seguridad han muerto. Incluyen 598 soldados de las FDI, 39 agentes de seguridad locales, 68 agentes de policía y seis miembros del Shin Bet.

En medio de la guerra, principalmente durante el ataque del 7 de octubre, 822 civiles (531 hombres y 291 mujeres) han muerto, según las cifras del instituto, lo que supone el mayor número de muertes de civiles en muchas décadas.

Entre ellos había 40 chicos menores de 18 años y 68 ciudadanos extranjeros.

Otros 61 veteranos discapacitados murieron debido a complicaciones de lesiones sufridas durante su servicio en años anteriores.

Desde 1860, año a partir del cual Israel comenzó a contar sus soldados caídos, el número total de víctimas se eleva a 25.034.

Las cifras anuales incluyen a todos los soldados y policías que murieron el año pasado, ya fuera en acto de servicio o como consecuencia de un accidente, enfermedad o suicidio.

Según el Instituto Nacional de Seguros, también se agregaron 834 nombres a la lista de víctimas civiles del terrorismo que perecieron en ataques durante el año pasado, la gran mayoría de ellos durante la masacre del 7 de octubre, lo que eleva el total a 5.100 desde 1851.

Un país virtualmente paralizado visita cementerios y se reúne en familia porque todos tienen alguien a quien recordar.

La ley estipula el cierre de todos los lugares de entretenimiento del país, el arrío de las banderas a media asta y el encendido de velas recordatorias en edificios públicos y sinagogas.

Los homenajes comienzan a las 20 hs., con el toque de una sirena por un minuto y el encendido de una llama votiva en la explanada del Kotel (Muro Occidental) por parte del Presidente y el jefe de Estado Mayor de la Fuerza de Defensa de Israel.

El lunes, a las 11 hs., otra vez sonará la sirena, pero por dos minutos, con la cual comenzarán las ceremonias conmemorativas.

Se acostumbra visitar los 44 cementerios militares y los numerosos memoriales emplazados en todo el país, y cada tumba de un héroe o mártir recibirá una vela, un ramillete de flores y una banderita israelí con una cinta negra con la inscripción “Izcor” (en memoria).

Todos los sepulcros son arreglados y preparados previamente para la ocasión.

Al igual que en la noche anterior, el transporte público se detendrá, los conductores particulares descenderán de sus autos y los transeúntes y la gente en sus casas se pondrá de pie y la acompañará en silencio.

La principal ceremonia oficial se realizará en el camposanto nacional ubicado en el monte Herzl de Jerusalem, con la presencia del Presidente, el primer ministro y demás autoridades máximas de la Nación.

A pesar de ser un día de duelo, los niños concurren a las escuelas, aunque vestidos de negro y blanco, y allí reciben una calcomanía con una rosa y la palabra “Izcor”.

Muchos soldados regresan a sus secundarios de uniforme para participar en el acto de recordación, juntos con estudiantes que pronto se les sumarán y padres de ex alumnos que son honrados en la ceremonia.

La fecha recuerda a todos los soldados israelíes, no solo a los judíos; esto es, drusos, circasianos y beduinos, quienes tienen un memorial que recuerda a los caídos en el cruce Hamovil, en el nordeste del país.

Más allá de los ataques y atentados terroristas perpetrados en los últimos 162 años, Israel atravesó 8 guerras (de Liberación, 1947-1949; Campaña del Sinaí, 1956; de los Seis Días, 1967; de Iom Kipur, 1973; las dos del Líbano, 1982 y 2006; la de Gaza, en 2004 y la actual, también en Gaza), además de dos Intifadas palestinas (1987-93 y 2000-2004, con una pluralidad de atentados suicidas) y numerosos operativos militares de menor o gran escala.

Por ello, otra de las “costumbres” es que las fuerzas de la seguridad estén en estado de alerta máxima en Israel y los territorios, ante la posibilidad de ataques terroristas.

En la Diáspora también se honra a todos los caídos, especialmente a los oriundos de esas naciones.

En la Argentina, el evento central se realiza en el monumento a los caídos en las guerras y atentados en Israel, sito en la Parte Nueva del Cementerio Israelita de La Tablada.

Habrá homenajes a todas las víctimas y se honrarán, en particular, a los nacidos en este país, quienes tienen un arbolito cada uno que lleva su nombre en derredor del monolito.

También se recordará a las víctimas del atentado a la Embajada de Israel en la Argentina, que el 17 de marzo de 1992 cobró la vida de 29 personas e hirió a centenares, en el monumento lindero al monolito principal y al que recuerda a los 85 mártires del ataque a la AMIA, dos años después.

Con la caída de la tarde, Iom Hazicarón culminará con una oración especial de Izcor y una sirena que marcará el fin de esa jornada de tristeza, muerte y dolor nacional y el comienzo de los festejos de Iom Haatzmaút, que simbolizan alegría, vida y futuro.

En el mismo monte Herzl, a las 20 hs., se encenderán 12 antorchas, una por cada tribu del Pueblo de Israel.

Acto seguido, los israelíes celebrarán con conciertos y espectáculos gratuitos al aire libre en todo el país, que continuarán el miércoles, cuando cientos de miles de ellos visitarán parques nacionales, playas y bosques en todo el territorio nacional.

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