Agencia AJN.- La embajadora de Israel en Chile, Marina Rosenberg, destacó la importancia de los recientes acuerdos de normalización de las relaciones diplomáticas que firmó el Estado judío al sostener que «marcan un nuevo paradigma» para el Medio Oriente y desestimó que lleguen «a expensas de los palestinos» en el conflicto más antiguo de la región.

La diplomática realizó esta declaración al participar en una reunión de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado chileno convocada para analizar la posición de Israel sobre la situación del Medio Oriente, conocer los acuerdos de paz firmados en los últimos meses y la cooperación bilateral.

En este contexto, Rosenberg cargó contra el régimen iraní y expresó su «preocupación» por la decisión de «algunos estados democráticos, incluso en Latinoamérica, que generan lazos estrechos» con la república islámica y otros movimientos desestabilizadores del Medio Oriente como Hezbollah.

«Hoy quiero invitarles a construir, crear y seguir co-creando puentes de amistad. Chile e Israel comparten principios y valores comunes, un historial de cooperación en el mundo de la ciencia, la tecnología, la innovación y las humanidades, pero también desafíos globales que requieren miradas locales», arrancó la embajadora en su intervención en la Cámara alta chilena.

Al referirse a la situación de Medio Oriente, Rosenberg subrayó que «el Estado de Israel quiere la paz y ha trabajado incansablemente por alcanzarla». «Somos un país pequeño con sueños grandes. El sueño de los israelíes, es el sueño de la paz. Un sueño que todavía no se ha completado, pero que en los últimos meses se está convirtiendo rápidamente en realidad», agregó.

«Estamos dispuestos a pagar un enorme precio por la paz, como ya lo demostramos en innumerables ocasiones. Renunciamos a la península del Sinaí, y al sur del Líbano, nos retiramos unilateralmente de Gaza y del norte de Samaria, y evacuamos más de 10.000 israelíes de sus hogares», apuntó.

Asimismo, la diplomática resaltó que Israel alcanzó «acuerdos históricos con los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Sudán y recientemente Marruecos, acuerdos que vienen a engrosar la lista de tratados de paz que firmamos en el pasado con Jordania y Egipto». «Con estos acuerdos, y el nuevo ambiente que se respira en la región, comienza a fraguarse el sueño del gran Shimon Peres, Premio Nobel de la Paz, de un nuevo Medio Oriente, un Medio Oriente unido
por la cooperación y la empatía», añadió.

«Y si bien estamos en las etapas iniciales de este sueño, hay que seguir soñando en grande sin perder de vista el presente, un presente pleno de fragilidades y esperanzas compartidas, pensando que la única realidad posible es la paz y la solidaridad entre los pueblos», dijo.

Para Rosenberg, «estos acuerdos marcan un nuevo paradigma que simboliza la elección de un futuro mejor sobre el pasado, de acuerdo sobre el conflicto y de esperanza sobre la desesperación. Son un marco de cooperación abierto y en expansión y todos los pueblos de la región están invitados a unirse a ellos».

«Los Acuerdos de Abraham no vienen a expensas de los palestinos, es todo lo contrario, son una oportunidad que los
palestinos están dejando perder. Como israelí, tengo la esperanza que sigamos firmando acuerdos de paz en los próximos meses y años, con todos nuestros vecinos de la región», añadió la embajadora ante los senadores chilenos.

En este tramo, Rosenberg dejó planteado que «se ha instalado una política perversa» al tratar el conflicto palestino-israelí como si fuera la raíz de los problemas de la región, intentando plantear que, hasta que no se resuelva este conflicto, nada avanzará. «Esta visión nunca fue correcta, pero hoy en día es incluso más claro que el eje ha estado puesto en el lugar equivocado. Al observar el Medio Oriente de hoy, lo que está pasando en Irak, Siria, Yemen, Libia, y en otros países sumidos en guerras internas, queda claro que la delicada situación de la región no tiene relación ni con israelíes, ni con palestinos», sostuvo.

«Es importante poner esto en contexto, porque incluso si logramos resolver el problema entre los palestinos e Israel –y espero que lo hagamos pronto- es iluso pensar que de repente las demás piezas se ordenarán mágicamente, y fundarán un rompecabezas armónico y melódico», remarcó.

La embajadora indicó que el Medio Oriente actual es «una región inestable y golpeada», pero aclaró que la actual situación «responde a tensiones ancestrales, y no tienen relación alguna con el conflicto palestino-israelí, que por cierto también ha dejado víctimas y refugiados, de ambos lados, árabes que vivían en Israel y judíos que vivían en los países árabes y fueron expulsados de allí».

«Actualmente varios países, entre ellos Irak, Siria, Yemen y el Líbano, están bajo la influencia chiita iraní, que busca extender su ideología (chiita, totalitarista e islamista) hacia el Mediterráneo, constituyéndose en el foco principal de los conflictos en la región, amenazando además a las democracias de Occidente a través de la germinación subterránea del islamismo radical», apuntó.

En este sentido, Rosenberg indicó que Israel ve «con preocupación que algunos estados democráticos, incluso en Latinoamérica, generan lazos estrechos con esos países, sin mediar preguntas o interrogantes respecto al rol de esos poderes dentro de la inestabilidad del Medio Oriente».

«El Medio Oriente hoy está dividido en dos campos claros, uno que elige la paz, la cooperación, la prosperidad económica, la estabilidad regional y un futuro mejor para nuestros niños y niñas y el otro que está
liderado por Irán y sus afiliados que elige el camino de la violencia extrema, el odio y el terrorismo», señaló. Y en este punto, la embajadora explicó que «los diversos y complejos problemas de la región de Medio Oriente son los que están impidiendo una solución real al conflicto palestino-israelí».

Al analizar la situación, Rosenberg aclaró que «los ciudadanos palestinos también son víctimas de sus líderes, no solo porque los recursos no son utilizados para su bienestar, sino porque sus minorías y grupos vulnerables -como las mujeres, los activistas cristianos y la comunidad LGTBIQ- son víctimas de discriminación, violencia y odio
por parte de las autoridades palestinas en Judea, Samaria y Gaza».

Rosenberg aprovechó el escenario de la comisión del Senado para «condenar enérgicamente» las declaraciones su par palestino Imad Nabil Jada’a, quien en octubre pasado, en el mismo parlamento «definió a los terroristas palestinos en las cárceles israelíes, como ‘lo mejor de los nuestros’”. «Enaltecer el terrorismo es inaceptable, siempre, y lo
mejor de los nuestros son los que se levantan cada día para construir un mundo mejor y no para asesinar personas inocentes que no comulgan con las mismas ideas», añadió.

«La verdadera razón detrás del conflicto no radica en la creación de un Estado Palestino. La verdadera razón detrás del conflicto es el rechazo por la dirigencia palestina al derecho de Israel a existir como un Estado
democrático y judío. En efecto, lo sabemos, el liderazgo palestino durante décadas se ha negado a aceptar la legitimidad del Estado judío», indicó la embajadora en otro tramo de su mensaje.

Rosenberg expresó que hubiera querido dedicar su intervención en el Senado a hablar del «compromiso con Chile y la amistad entre ambos pueblos, hablar de iniciativas tales como el COVID 19 Chile – Israel, Task Force y el Consejo Chile Israel para la Ciencia, Tecnología e Innovación».

«Hubiera querido hablarles de todos los proyectos que ha financiado nuestra agencia de cooperación internacional Mashav en Chile. Las donaciones realizadas a hospitales en el Maule, de las cajas de alimentos en la Araucanía, de los almuerzos en las ollas comunes en Antofagasta, de los tablets para que niños y niñas de Aysén puedan conectarse al mundo de la educación virtual que la pandemia impuso de manera intempestiva», añadió.

Por eso, la embajadora invitó a los senadores «a no dejarse llevar por los vientos de odio, de deslegitimación y discriminación».

«Les invito, a descubrir juntos, matices de esperanza, matices presentes y futuros, de amistad y de humanidad. A construir, a cooperar, a crear y creer en la potencialidad de la paz y el diálogo como el verdadero camino hacia el entendimiento de los pueblos», concluyó.