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Israel

La sentencia del Tribunal Supremo de Israel rechaza la pretensión del Gobierno de Netanyahu de que la voluntad de la mayoría es todopoderosa

El legado duradero de la sentencia sobre la ley de razonabilidad será la mayoría masiva de 13 a 2 que afirmó que la coalición del Parlamento tiene límites y no puede socavar la democracia israelí.

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La presidenta del Tribunal Supremo, Esther Hayut, y los otros 14 jueces escuchan las peticiones contra la 'ley de razonabilidad' en el tribunal en Jerusalem el 12 de septiembre de 2023. (DEBBIE HILL / POOL / AFP)

Agencia AJN.- La histórica sentencia del Tribunal Supremo de Justicia de Israel del lunes por la noche que anula la ley de limitación de la razonabilidad del gobierno pasará a la historia no por anular esa problemática legislación, más allá de lo dramática que sea la decisión, sino por defender por una enorme mayoría el principio de que la democracia del Estado judío es inviolable.

Tras el mayor enfrentamiento entre el gobierno y el poder judicial en la historia del país, los jueces del tribunal declararon enfáticamente que la Knesset -el Parlamento israelí- no es todopoderosa, que el poder legislativo y el gobierno deben estar sujetos a restricciones externas, y que las mayorías políticas estrechas no pueden amenazar los derechos del individuo y de las minorías.

El Tribunal no sólo remarcó esto con voz clara y rotunda, sino que lo hizo con una amplia gama de ideologías, ya que los jueces, desde el extremo más liberal del espectro hasta los conservadores más acérrimos, insistieron en que las pasiones populares reflejadas en coaliciones de gobierno, en ocasiones volátiles y fugaces, deben estar sujetas a la revisión judicial, incluso cuando se trata de la propia composición constitucional de Israel.

Es la primera vez que el Tribunal Supremo anula un aspecto de una de las Leyes Fundamentales cuasi constitucionales de Israel, y lo hace a pesar de que el Gobierno sostiene que no tiene autoridad para interferir en las disposiciones constitucionales del país.

Superficialmente, la decisión del lunes parecía ser una estrecha victoria para un tribunal profundamente dividido, con sólo ocho jueces liberales que decidieron anular la ley de limitación de la razonabilidad de julio, y siete jueces conservadores que argumentaron en contra de un paso tan dramático.

Dado que dos de los ocho jueces de la mayoría ya se jubilaron -Esther Hayut y Anat Baron, que emitieron sus decisiones en el plazo legal de tres meses tras la jubilación de un juez-, parecería que el mismo día en que se dictó la sentencia la nueva composición del tribunal ya no respaldaba la decisión.

Pero esa realidad desmiente la naturaleza más fundamental del fallo sobre la razonabilidad, en el que 13 de los 15 magistrados del Tribunal Supremo escribieron que, en contra de las afirmaciones del Gobierno y de sus miembros más radicales, el Tribunal tiene autoridad para derogar las Leyes Fundamentales de Israel en determinadas circunstancias limitadas.

Esto se debe a que cinco de los siete jueces de la minoría que decidieron no anular la ley de razonabilidad opinaron que la capacidad de la Knesset para formular y enmendar las Leyes Fundamentales de Israel no le da vía libre para cambiar, anular o incluso torcer esas disposiciones constitucionales de la manera que considere oportuna.

Doce de los jueces respaldaron de alguna forma la doctrina de la expresidente del Tribunal Supremo Hayut de que la Knesset, por poderosa que sea, no puede, mediante la aprobación o modificación de una Ley Fundamental, alterar el carácter fundamental de Israel como Estado judío y democrático.

En la misma línea, el juez Yosef Elron advirtió que la Knesset no tenía derecho a dañar los derechos individuales fundamentales, defendiendo también en esencia los principios clave de la democracia israelí.

Incluso sin las voces de Hayut y Baron, sigue habiendo una enorme mayoría de 11 a 2 en el tribunal actual a favor de limitar el poder de la Knesset para cambiar la naturaleza misma del carácter democrático de Israel.

En el contexto de la lucha titánica entre el gobierno y el poder judicial sobre estas cuestiones precisas presenciado durante los primeros nueve meses de 2023, el fallo representa una enorme victoria para las voces que argumentan que el programa de la reforma judicial radical del gobierno era una iniciativa peligrosa que debía ser frenada.

El paquete legislativo inicial, presentado hace un año -apenas unos días después de que la coalición liderada por Netanyahu asumiera el poder-, representaba un enorme asalto contra el poder judicial, argumentaban muchos académicos, cuya aprobación habría causado un daño mortal a los fundamentos democráticos liberales de la democracia israelí.

Las leyes que otorgaban al gobierno un control casi total sobre los nombramientos judiciales y que prácticamente anulaban la revisión judicial de la legislación de la Knesset estuvieron a punto de convertirse en ley, y sólo se vieron frustradas por los graves disturbios civiles y las protestas masivas que surgieron en oposición al gobierno.

Incluso el arquitecto de esas leyes, el ministro de Justicia Yariv Levin, reconoció en un momento dado que el proyecto de ley de nombramientos judiciales habría destruido esencialmente la separación de poderes de Israel.

La implicación y el legado de la sentencia del lunes por la noche es que la democracia israelí no depende únicamente de la motivación de los ciudadanos preocupados o de los caprichos de los gobernantes, sino que existe un respaldo de emergencia en forma de Tribunal Supremo que no permitirá que el ejecutivo y el legislativo pisoteen tan fácilmente los principios democráticos básicos del país.

En cuanto a la cuestión de la ley de limitación de la razonabilidad, la escasa mayoría de ocho a siete es mucho menos contundente, especialmente tras la de la jubilación de Hayut y Baron.

Incluso si el gobierno volviera a legislar la misma ley mañana, habría una mayoría para mantener la medida, una realidad que puede empañar en el futuro la legitimidad del uso por parte del tribunal del arma del juicio final de anular esta enmienda concreta de la Ley Fundamental.

Existían otras opciones, como devolver la ley a la Knesset para moderar su arrolladora y total abolición del criterio de razonabilidad, o interpretar la ley de forma más restrictiva para limitar su alcance, como pedían tres de los jueces conservadores.

Este resultado habría reasegurado la autoridad del Tribunal para llevar a cabo la revisión judicial de las Leyes Fundamentales, aunque de forma menos dramática, al tiempo que posiblemente habría obtenido una mayoría más amplia para limitar las consecuencias de la ley de razonabilidad.

De todas maneras, la decisión del Tribunal Supremo marcó un claro hito para el Gobierno actual y para la posteridad: No permanecerá en silencio mientras una estrecha mayoría política intente remodelar la naturaleza fundamental de los valores democráticos de Israel, como lo hicieron otros tribunales de otros países en los últimos años.

Desde Esther Hayut y su sucesor en funciones, Uzi Vogelman, entre los liberales, hasta Alex Stein y Yael Wilner, entre los conservadores, el Alto Tribunal se enfrentó al Gobierno en la mayor crisis constitucional de la historia del país y declaró: «El poder de la mayoría tiene un límite».

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Argentina

Mañana enterrarán al soldado argentino en el principal cementerio militar de Israel

Agencia AJN.- Ilán Cohen, caído ayer en la Franja de Gaza, será despedido a las 15 (hora israelí, 9 de la Argentina) en el monte Herzl de su capital, Jerusalem.

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Cohen Ilan Jabad

Agencia AJN.- El soldado argentino Ilán Cohen, caído ayer en la Franja de Gaza, será enterrado mañana, viernes, a las 15 (hora israelí, 9 de la Argentina) en el principal cementerio militar de Israel, en el monte Herzl de su capital, Jerusalem.

Tenía 20 años, era sargento y vivía en Carmiel, donde se radicó tras haber llegado sin su familia.

Ya en Israel, estudió y se graduó en la ieshivá (instituto de estudios rabínicos) del movimiento ortodoxo Jabad Lubavitch en Migdal Ha’Emek, en cuyo Departamento para Hispanohablantes se lo ve en la foto, a la derecha.

Cinco soldados israelíes murieron y otros siete resultaron heridos en un incidente de “fuego amigo” en Jabaliya, en el norte de Gaza, anunció el Ejército israelí.

Los otros soldados muertos fueron identificados como el capitán Roy Beit Yaakov, 22 años, de Eli, y los sargentos Gilad Arye Boim, 22 años, de Karnei Shomron; Daniel Chemu, 20 años, de Tiberíades; y Betzalel David Shashuah, 21 años, de Tel Aviv.

Todos servían en el 202º Batallón de la Brigada de Paracaidistas y formaban parte de una compañía ortodoxa.

Según una investigación inicial de las FDI, un tanque que operaba junto a los paracaidistas en el campamento de Jabaliya disparó dos proyectiles contra un edificio donde estaban reunidos, alrededor de las 19 hs.

Las fuerzas de tanques habían llegado a la zona por la mañana y, varias horas después, los paracaidistas llegaron a la zona y establecieron un puesto en el edificio. Más tarde esa misma noche, otro grupo de paracaidistas llegó a la zona y notificó a dos de los tanques que estaban entrando al edificio.

Posteriormente, las fuerzas de tanques identificaron el cañón de un arma de una de las ventanas del edificio y creyeron que se trataba de fuerzas enemigas, lo que los llevó a disparar dos proyectiles.

El incidente está siendo investigado más a fondo.

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Guerra

Netanyahu hablará con Gallant tras su disputa sobre la Gaza de posguerra

Agencia AJN.- Encuesta: el 60% dijo que no debería despedirlo.

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Gallant Netanyahu

Agencia AJN.- El primer ministro Benjamin Netanyahu, hablando con periodistas en el sur de Israel, cerca de Gaza, dijo que pronto hablará cara a cara con el ministro de Defensa, Yoav Gallant, después de que le exigiera ayer que descarte públicamente un gobierno militar o civil israelí de Gaza luego del de la organización terrorista Hamas y sugiriera que “entidades palestinas” y otros “actores internacionales” deberían gobernar la Franja.

Cuando le preguntaron si todavía confía en Gallant y si los dos pueden trabajar juntos, Netanyahu respondió: “Si me estás hablando de lo que dijo ayer el ministro de Defensa, entonces lo que tengo que decirle primero se lo diré cara a cara y no aquí”.

Cuando le preguntaron si esa reunión se producirá pronto, respondió: «Absolutamente».

Netanyahu despidió a Gallant hace 14 meses por advertir sobre las divisiones en Israel causadas por los planes de reforma judicial de la coalición, antes de volver a convocarlo en medio de la protesta pública. Algunos miembros de la coalición, en particular los ministros de derecha Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir, le han pedido a Netanyahu que lo despida nuevamente.

Un periodista le dijo que Gallant esencialmente defiende el regreso de la Autoridad Palestina a Gaza, a lo que Netanyahu respondió: “Me opongo firmemente a cambiar el Hamastán por un Fatahstán”, refiriéndose al partido Fatah del titular de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas.

Y repitió su frecuente resumen de que la Autoridad Palestina “financia el terrorismo, apoya al terrorismo, educa para el terrorismo” y está “llevando a cabo una campaña global contra nosotros, en la Corte Mundial de La Haya y todas las instituciones de la ONU que están para asfixiarnos”.

Permitir que la Autoridad Palestina (AP) regrese a Gaza “después de lo que pasó aquí” sería “un premio al terrorismo”, dijo. “Estaban en Gaza, allí, sobre esa duna. ¿Y que pasó? Hamás los expulsó y tomó el poder». Lo que pasó en 2007 volverá a suceder, advirtió.

“No volveremos a cometer ese error. Si alguien quiere incorporar a la AP, debería decirlo claramente”.

Refiriéndose a la acusación de Gallant de que se niega a tomar decisiones sobre la Gaza post-Hamás, Netanyahu dijo acerca de traer a la Autoridad Palestina a Gaza: “Esa es una decisión que me niego a tomar”.

Se le preguntó por qué, a diferencia del jefe de gabinete y el Shin Bet, se niega a declarar que fue responsable de la catástrofe del 7 de octubre: “El gobierno es responsable de proteger la seguridad de Israel. Las FDI y las ramas de seguridad son responsables de proteger la seguridad de Israel”, respondió. “Claramente aquí hubo un fracaso. En cuanto a la asignación de responsabilidades, el grado de responsabilidad, todas esas cosas, todos, incluido yo, tendremos que dar respuestas a preguntas difíciles”.

Por otra parte, el sesenta por ciento de los encuestados para el Canal 12 dijo que Netanyahu no debería despedir a Gallant.

La encuesta encontró que solo el 23% de los encuestados cree que Gallant debería ser despedido. Dijo que el 47% de los votantes del bloque de Netanyahu tampoco cree que Gallant deba ser despedido, en comparación con el 38% que sí lo cree.

Cuando se preguntó si Gallant debería dimitir, el 47% dijo que no y el 39% dijo que sí.

Cuando se preguntó cuál debería ser la solución del “día después” para Gaza, el 40% dijo que sería un gobierno militar israelí (como defienden los miembros de derecha de la coalición) y el 40% dijo que entidades palestinas respaldadas por actores internacionales (como Gallant). La pregunta de la encuesta no ofrecía otras opciones.

La encuesta, realizada por Midgam, se realizó hoy por teléfono e Internet entre una muestra representativa de 502 personas, con un margen de error del 4,4%.

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