Israel
Los callejones de Jerusalem no estaban tan vacíos desde la Peste Negra
Agencia AJN.- Los barrios de la ciudad milenaria se encuentran calmos por la pandemia del COVID-19, marcando un hito del que se hablará con el correr de los siglos, tal como sucedió con la trágica enfermedad del siglo XIV.

Agencia AJN.- Adeeb Joudeh, parado frente a la ahora cerrada Iglesia del Santo Sepulcro en la Ciudad Vieja de Jerusalem, tuvo una respuesta bastante específica cuando se le preguntó cuándo fue la última vez que la iglesia cerró al público de esta manera: «Era el año 1349, en la época de la Peste Negra», dijo, sosteniendo la llave que había cerrado las puertas de la Iglesia un día antes, tal como había sucedido en el siglo XIV.
El tiempo transcurre más lento en la región central de una de las ciudades más antiguas del mundo, el núcleo de las tres religiones principales, lleno de disputas y espiritualmente intenso. Sin embargo, toma una eternidad recordar la última vez que los cristianos, judíos y musulmanes, cada uno reclamando varios barrios superpuestos de la Ciudad Vieja, se mantuvieron alejados de sus rondas eternas.
Pero el coronavirus, al igual que la pandemia medieval anterior, casi ha silenciado este bullicioso punto caliente de Tierra Santa. Las murallas construidas por el Rey Herodes, los Cruzados y otros (ayudados por las luces intermitentes de los coches de policía en las puertas) mantienen alejadas a las multitudes de turistas y peregrinos que normalmente pasarían por este sitio, Patrimonio Mundial de la UNESCO, especialmente en las semanas previas a las Pascuas y el Ramadán.
Las empinadas y estrechas calles están vacías, a excepción de las patrullas de policía y los relativamente pocos residentes que tiene la Ciudad Vieja. Los lugares de culto de todo tipo están cerrados, incluyendo la Iglesia del Santo Sepulcro, construida en el lugar donde se cree que fue enterado Jesús; el Muro de los Lamentos, el lugar de oración más sagrado para los judíos; y la Mezquita Al-Aqsa, el tercer lugar más sagrado del Islam.
«Ver la santa iglesia cerrada es muy, muy, muy triste para mí», dijo Joudeh, un día después de recibir órdenes de los funcionarios de salud israelíes de cerrar las puertas indefinidamente. «Todas las iglesias, las mezquitas, las sinagogas de Jerusalem están cerradas, pero entendemos la situación. Todos estamos rezando», agregó.
Joudeh, que es musulmán, es parte de una línea familiar ininterrumpida a la que se le han confiado las llaves de la iglesia durante más de ocho siglos. Según la tradición, las luchas internas entre varias agrupaciones cristianas hicieron necesario que la custodia de la llave de hierro se entregara a dos familias no cristianas, una para tener la llave, otra para venir cada mañana a abrir las puertas y cada tarde para cerrarlas.
Sólo han roto el programa unas pocas veces en la historia: Entre ellas, en los peores días de lucha en las guerras de 1948 y 1967, y durante 48 horas en 2018 para protestar por una propuesta de aumento del impuesto sobre la propiedad de las iglesias. Pero, según la historia de la familia Joudeh, desde el brote de la peste bubónica la iglesia no ha cerrado indefinidamente, como lo hizo esta semana.
«Se reabrirá, lo sabemos», dijo, de pie en la usualmente concurrida plaza, ahora tranquila excepto por el sonido de las palomas y, desde algún lugar del imparable corazón espiritual de Jerusalén, el canto de los monjes. «Heredé la llave de mi padre y se la daré a uno de mis hijos. Gracias a Dios tengo tres».
El propio Joudeh está privado ahora de rezar en la dorada Cúpula de la Roca, un santuario que comparte espacio con la Mezquita al-Aqsa, que a su vez, en las interminables capas de posesión e identidad de Jerusalem, está construida en el sitio de los dos antiguos templos judíos.
La plaza que rodea las mezquitas atrae a decenas de miles de palestinos musulmanes todos los viernes y es frecuentemente foco de violencia del conflicto israelí-palestino. Cuando el consejo religioso jordano que administra los sitios ordenó su cierre, fue un inmenso alivio para los funcionarios israelíes, que vieron con alarma cómo se reunían las multitudes incluso cuando el virus se propagaba.
Pero el cierre de la Ciudad Vieja es menos bienvenido para los comerciantes que viven de las multitudes socialmente no distantes que normalmente se amontonan, hombro con hombro, todos los días. «El negocio está paralizado», dijo Sabri Zgeir, cuya tienda de frutas y verduras cerca de la Puerta del Estiércol había visto sólo tres clientes en un día. Su abuelo abrió la tienda en 1948, y nadie de su familia ha visto algo así. «Ni siquiera las guerras fueron así», aseguró Zgeir, parado frente a cajas sin vender. «Este es un lugar turístico; podríamos estar arruinados», se lamentó.
A unas pocas cuadras de distancia, mirando más allá de las tiendas de recuerdos cerradas y de los iconos religiosos, Shimon Klein estaba teniendo una larga y piadosa visión de la pandemia. El neoyorquino Klein, de 77 años, caminaba con su hijo menor, de 7 años, cerca del apartamento de la Ciudad Vieja, cerca del Muro Occidental, donde ha vivido durante 21 años. Comparó el abrumador vacío con Berlín en 1945. «Nada volverá a ser lo mismo», dijo.
«Este es el comienzo de una nueva era de existencia», dijo. «Esto está más allá de la comprensión de cualquiera de nosotros. Vamos al futuro ahora.»
Israel
El jefe de las FDI insinúa una guerra prolongada: «Lanzamos esta campaña para eliminar la amenaza»

Agencia AJN.- El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), teniente general Eyal Zamir, declaró el viernes que Israel «lanzó esta campaña para eliminar una amenaza de tal magnitud, y contra un enemigo así, debemos estar preparados para una operación prolongada».
Zamir también reveló que Irán lleva años elaborando «un plan claro para destruir el Estado de Israel», que en los últimos meses ha alcanzado un punto crítico en el que «sus intenciones se han materializado en capacidades reales».
Añadió que, al inicio de la campaña actual, Irán poseía aproximadamente 2500 misiles tierra-tierra y que, al ritmo de producción actual, se esperaba que alcanzara los 8000 en dos años.
«El régimen iraní ha pasado años cultivando y construyendo un amplio «anillo de fuego», y ahora se está volviendo en su contra, en su propio territorio. La acumulación de amenazas, desde el programa nuclear hasta las capacidades avanzadas de misiles y cohetes, nos obligó a atacar y asestar un «golpe preventivo». Las FDI no se quedarán de brazos cruzados ante las crecientes amenazas. Por el contrario, como parte de una doctrina emergente, actuaremos de forma proactiva y con antelación para prevenir amenazas existenciales y hacer frente a cualquier desafío».
Añadió que los pilotos de la Fuerza Aérea Israelí están operando ahora «con mayor alcance e intensidad que nunca en la historia del país», y recordó una reunión con los pilotos antes de una misión: «Todos y cada uno de ellos me dijeron: «Estamos contigo»».
Zamir abordó la complejidad de la guerra actual y afirmó: «Nos encontramos en medio de una guerra en múltiples frentes. Los combates en Gaza continúan y, lamentablemente, estamos pagando un alto precio con la vida de nuestros soldados».
Hizo hincapié en que el regreso de los 53 rehenes restantes «es un imperativo moral y nacional», y afirmó que las operaciones llevadas a cabo en Irán en los últimos días «también contribuyen a alcanzar este objetivo».
Acusó a los enemigos de Israel de atacar a civiles por debilidad, pero subrayó: «Nuestros enemigos no comprenden que el frente interno israelí es la fuente de fortaleza de las FDI, no su vulnerabilidad».
Zamir expresó su profundo agradecimiento a los soldados de reserva: «Ustedes hacen posible que luchemos en múltiples frentes y sigamos apareciendo una y otra vez».
Concluyó afirmando que «la campaña no ha terminado», pero expresó su confianza: «Cada día que pasa, nuestra libertad de acción se amplía y la del enemigo se reduce. Estoy seguro de que juntos pondremos fin a esta campaña con la victoria de Israel».
Israel
Israel: 17 heridos, dos de ellos graves, tras impacto de misil balístico iraní en Haifa

Agencia AJN.- Al menos 17 personas resultaron heridas este viernes por la tarde tras el impacto de un misil balístico lanzado desde Irán contra la ciudad de Haifa, en el norte de Israel. El ataque formó parte de una nueva andanada de misiles que activó sirenas en gran parte del territorio israelí.
Según informaron fuentes médicas, entre los heridos hay dos en estado grave y uno en condición moderadamente grave. Los demás presentan heridas leves o crisis nerviosas. Equipos de emergencia de Magen David Adom (MDA) y unidades de rescate trabajan en la zona brindando atención médica y evacuando a los afectados a centros hospitalarios.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) estimaron que en esta ofensiva se lanzaron alrededor de 25 misiles balísticos desde Irán hacia territorio israelí. Además del impacto en Haifa, se reportaron explosiones en otras zonas del norte, el centro y el sur del país.
El ataque ocurre en el contexto de la escalada bélica entre Israel e Irán, iniciada tras el cruce de ataques directos entre ambos países. Las autoridades mantienen un alto nivel de alerta y refuerzan la seguridad en áreas sensibles ante la posibilidad de nuevos lanzamientos.
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