Agencia AJN.- El jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel, Aviv Kohavi, recorrió el viernes el lugar donde se produjo un mortal tiroteo terrorista la noche anterior y prometió ampliar la persecución hasta encontrar a los pistoleros palestinos.

«Las Fuerzas de Defensa de Israel y las fuerzas de seguridad continúan persiguiendo a los terroristas implicados en el ataque», dijo Kohavi mientras visitaba el lugar cerca del puesto avanzado de Homesh en Cisjordania, según un comunicado de las FDI.

«Junto con el uso de las capacidades de inteligencia, también aumentaremos las fuerzas de combate y seguiremos actuando y ampliando las actividades operativas según sea necesario», dijo Kohavi.

«No nos detendremos hasta capturar a los terroristas», añadió, mientras inspeccionaba la zona con altos cargos militares y de seguridad.

Yehuda Dimentman murió y otras dos personas resultaron levemente heridas después de que les dispararan mientras conducían un coche cuando salían de Homesh el jueves por la noche. Un oficial militar dijo que el coche había sido emboscado desde el lado de la carretera.

Tres batallones adicionales de tropas de infantería, junto con fuerzas especiales y unidades de inteligencia, fueron desplegados en Cisjordania tras el ataque, mientras los militares, el servicio de seguridad Shin Bet y la Policía de Israel rastreaban la zona de Nablus en busca de los asaltantes.

Según los medios de comunicación palestinos, al menos tres palestinos fueron detenidos en redadas realizadas durante la noche en la aldea de Burqa, justo al norte de donde se produjo el ataque, en las afueras del puesto de avanzada de Homesh.

Dimentman era estudiante de una yeshiva, o escuela religiosa, cerca de donde se produjo el ataque. Homesh es un asentamiento que debía haber sido abandonado en el marco de un desalojo en 2005, pero ahora es el lugar donde se encuentra la yeshiva que funciona ilegalmente.

El joven de 25 años era padre de un hijo de nueve meses y vivía en el asentamiento cisjordano de Shavei Shomron.

Cientos de personas participaron en el funeral que comenzó en el puesto avanzado de Homesh, en Cisjordania. Allí se pronunciaron panegíricos, y luego una procesión visitó el lugar del atentado antes de dirigirse al cementerio de Givat Shaul, en Jerusalén, donde fue enterrado Dimentman.

Las fuerzas militares y policiales aseguraron fuertemente el acto.

En respuesta al atentado, los colonos levantaron una estructura improvisada cerca de Kiryat Arba, en el sur de Cisjordania, en un intento de establecer un nuevo puesto de avanzada, bautizándolo como «Yehuda’s Views», en honor a la víctima del terror.

Horas más tarde, el edificio fue desmantelado por la policía, y una docena de colonos fueron evacuados de la cima de la colina, cerca de la ruta 60. Dos de ellos fueron detenidos brevemente durante la evacuación, informó el sitio de noticias Ynet.

Los grupos terroristas palestinos Hamás, la Yihad Islámica y el Frente Popular para la Liberación de Palestina elogiaron el atentado del jueves, pero no asumieron su responsabilidad.

En las últimas semanas se ha producido un aumento de los atentados terroristas palestinos, cuatro de ellos en Jerusalén, incluido un tiroteo mortal cometido por un miembro de Hamás.

También ha aumentado la violencia de los colonos contra los palestinos.

Un grupo de colonos israelíes extremistas agredieron a palestinos y destrozaron propiedades en un pueblo de Cisjordania cerca de Nablus el jueves por la noche, según informaron los medios de comunicación palestinos el viernes, horas después del ataque.

El coordinador especial de la ONU para el proceso de paz en Oriente Medio, Tor Wennesland, dijo en un comunicado que el ataque y las aparentes represalias de los colonos contra los palestinos eran alarmantes.

«Estoy alarmado por la escalada de violencia en la Cisjordania ocupada, incluido Jerusalén Este, que se está cobrando la vida de israelíes y palestinos… Estos trágicos incidentes, y otros muchos en las últimas semanas, ponen de manifiesto la volatilidad de la situación actual y la urgencia de que todos los líderes políticos, religiosos y comunitarios se pronuncien y rechacen la violencia», dijo Wennesland.