El presidente honorario de la Comunidad Israelita de El Salvador, Jean Claude Kahn, dialogó con AJN en Washington sobre la vida de la comunidad judía en el país latinoamericano, la relación con el gobierno de su país y la situación de antiisraelismo.

Además, destacó la importancia del Comité Judío Americano: “Estoy muy involucrado con el AJC, porque creo que es una institución que realmente va al fondo de los problemas y ayuda mucho a todos los judíos de Latinoamérica y del mundo”.

-¿Qué significa su presencia nuevamente en este encuentro por los 110 años del AJC, y el trabajo del comité con Latinoamérica?
-La verdad es que nunca he dejado de venir. Hago lo necesario para venir cada año a la reunión de AJC, al forum, y también voy a la reunión que hacemos cada año en Miami. Estoy muy involucrado con el AJC, porque creo que es una institución que realmente va al fondo de los problemas y ayuda mucho a todos los judíos de Latinoamérica y del mundo. Tengo mucha admiración por David (Harris), que cuando hay un problema, con Dina (Siegel Vann) siempre arreglamos y tratamos de hacer lo mejor posible.

-¿Cómo vive el judío en El Salvador?
-Vive más o menos. No estamos en la mejor situación económica, tenemos un gobierno de izquierda y es un poco complicado, pero la comunidad de El Salvador es pequeña así que nos defendemos más o menos. Pasó una cosa que nos sorprendió que fue que Israel cerró su Embajada en El Salvador. No entendemos y hemos luchado, pero parece que no se puede cambiar nada.

-¿Hay vida judía? ¿vida escolar, sinagoga? ¿Hay Minian en Shabat?
-Somos igualitarios en la sinagoga, y contamos mujeres, así que siempre hay Minian. Hacemos todos los servicios religiosos. No podemos tener una escuela hay sólo 35 niños, así que damos clase de religión durante la semana después de la escuela en la tarde.

-¿Cómo era la comunidad hace 10 años?
-Hace 10 años éramos más pequeños porque estábamos en guerra, mucha gente se fue. Ahí no tuvimos rabino pero, cuando terminó la guerra, llamamos al Rabino Gustavo Kraselnik, que hoy está en Panamá.
-¿Hay vínculo con el gobierno? ¿Hay cuestiones de antisemitismo? ¿Se vive con tranquilidad?
-No hay mayor cosa de antisemitismo, pero en El Salvador hay 75.000 palestinos, prácticamente todos cristianos y de segunda o tercera generación. No tenemos problema con los viejos, pero algunos jóvenes vienen con algunas ideas. No vemos problema de antisemitismo, pero antiisraelismo sí.

-¿Qué se lleva de este encuentro del AJC?
-Para EE.UU. es un momento un poco complicado con las direcciones que vimos esta mañana en la sesión. El mundo tiene muchos problemas, en Medio Oriente, en Latinoamérica. Hace poco me tocó hacer un reporte de El Salvador y no sabía muy bien cómo terminar, así que terminé diciendo que “No sabemos dónde vamos, pero ahí vamos”.