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Efemérides. Un día como hoy concluían los juicios de Núremberg contra los dirigentes nazis

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Agencia AJN.- A las 14 horas y 50 minutos del 1 de octubre de 1946 comenzó la última sesión en los Juicios de Núremberg, un proceso que dirimiría la culpabilidad o la inocencia de los altos cargos de la Alemania nazi acusados por los crímenes cometidos durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando el tribunal entró en la sala, las luces se atenuaron para que la prensa no pudiera fotografiar a los acusados a la hora de oír la sentencia. Éstos, a pesar de que sabían que el tribunal había aceptado por completo los argumentos de la fiscalía, albergaban la esperanza de una condena asumible. Situados uno junto al otro, y con los auriculares obligatoriamente colocados, los acusados fueron oyendo el veredicto, cuya lectura duró cuatro minutos. Tras conocer cuál había sido su suerte, los condenados volvieron a ser conducidos a su celda, a excepción de los que habían sido absueltos, que se quedaron en la sala.

El Palacio de Justicia de Núremberg había sido escogido para albergar estos juicios por tres motivos: por su simbolismo ya que fue el lugar donde el partido nazi concentró a más público durante sus mítines, por ser el lugar donde se promulgaron las Leyes Raciales contra los judíos en 1935 y por ser el único edificio de este tipo que quedó intacto en Alemania tras los bombardeos. Las instalaciones también contaban con una prisión y con hoteles que sirvieron para alojar a las delegaciones internacionales y a los periodistas.

Para poder capturar a los jerarcas del Tercer Reich y sentarlos en el banquillo, el ejército estadounidense había puesto en marcha una operación cuyo nombre en clave fue Operación Mondorf. Una de las trabas más importantes para que los juicios pudieran llevarse a cabo con plenas garantías fue que los acusados debían ser juzgados según las leyes de los países en los cuales habían perpetrado los hechos delictivos. A tal fin, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y la Unión Soviética finalmente se erigieron como jueces y moderadores en representación del resto de países perjudicados.

De las 4.850 peticiones de procesamientos individuales que fueron solicitadas, finalmente se acusó a 611 personas. Los más destacados entre ellos fueron Hermann Göring, comandante en jefe de la Luftwaffe; Karl Dönitz, gran almirante de la flota alemana y sucesor de Adolf Hitler tras su suicidio, Rudolf Hess, secretario particular de Adolf Hitler, que, en misión secreta voló a Gran Bretaña y fue capturado en 1941 por los aliados ingleses; Alfred Jodl, jefe del Estado Mayor de la Wehrmacht; Wilhelm Keitel, jefe del Alto Mando de la Wehrmacht; Alfred Rosenberg, autor del libro de su particular ideología nacionalsocialista racista El mito del siglo XX; Joachim von Ribbentrop, ministro de Asuntos Exteriores; Albert Speer, arquitecto y ministro de Armamentos, y Franz von Papen, antiguo jefe del Partido Conservador.

Entre quienes habían muerto antes de poder ser juzgados estaban Joseph Goebbels, ministro de Propaganda, que se suicidó en el búnquer de Berlín, y Heinrich Himmler, Reichsführer o capitán general de las SS, inspirador y jefe general de todos los departamentos dependientes de las SS, que se suicidó tras ser capturado por una patrulla fronteriza inglesa. También había huidos, como Adolf Eichmann, Martin Bormann y Josef Mengele.

El martes 20 de noviembre de 1945, los prisioneros de la cárcel de Nuremberg fueron despertados a las 7,30 de la mañana y conducidos hasta el Palacio de Justicia, donde cientos de soldados del ejército estadounidense bloqueaban los accesos y donde unos 250 periodistas, fotógrafos y corresponsales de prensa de todo el mundo se agolpaban para acceder al recinto. La sesión empezó a las 10,03 horas, una vez los acusados se sentaron en el banquillo y el secretario del tribunal, el coronel Charles Mays, gritase: ¡Atención, la Corte! Justo en ese momento, todo el mundo se levantó y los cuatro jueces entraron en la sala para proceder a abrir la sesión y leer los cargos a los acusados. Únicamente el abogado Otto Stahmer, en representación de toda la defensa, tuvo la oportunidad de hablar para ejercer su derecho de intentar invalidar el juicio. Para ello alegó el principio de «nullum crimen, nullum poena sine lege» (No hay delito ni hay pena sin ley), que preveía la imposibilidad de celebrar un proceso si los crímenes por los que se imputaba a los acusados no estaban tipificados como tales antes de cometerse, algo que los jueces rechazaron.

El miércoles 21 de noviembre, los líderes nacionalsocialistas comparecieron en la Sala del Tribunal para responder si se declaraban culpables o inocentes. Tras reafirmarse en su inocencia, el fiscal estadounidense Robert Jackson pronunció el discurso de apertura en el que afirmó que «la civilización no podría sobrevivir si el mundo tuviera que hacer frente a un nuevo conflicto de esta magnitud».

Los Juicios se prolongaron en el tiempo ya que todos los procesados tuvieron que ser acusados y defendidos uno por uno. Por este motivo, los juicios se alargaron hasta el 30 de septiembre de 1946, fecha en la que los cuatro jueces presentaron sus conclusiones. El martes 1 de octubre de 1946, los Juicios concluyeron con la lectura de las sentencias a los acusados. De forma simultánea, los intérpretes tradujeron la sentencia de pena de muerte por ahorcamiento a los cuatro idiomas que se habían empleado durante el proceso: «To death by hanging» (inglés), «Tod durch den strang» (alemán), «Kazn cherez poveschenie» (ruso) y «Condamné à la pendaison» (francés).

Concluidos los Juicios de Núremberg, las cuatro potencias representadas por Estados Unidos, Gran Bretaña, la Unión Soviética y Francia concedieron cuatro días a los acusados para presentar alegaciones. Aunque todo se trató de un puro formalismo ya que los Aliados habían pactado no conmutar ninguna pena de muerte, ni tampoco reducir los años de cárcel del resto de los acusados.

Fuente: National Geographic

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Estados Unidos. Decenas de manifestantes pro palestinos arrestados en la Universidad de Yale por instalar un campamento de tiendas de campaña

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Itongadol.- Cerca de 30 manifestantes han sido arrestados en el tercer día de una manifestación pro-palestina en curso en los terrenos de la Universidad de Yale, informa el Yale Daily.

Según el informe, los manifestantes instalaron un campamento de tiendas de campaña durante la noche mientras exigían que la universidad se deshiciera de los fabricantes de armas en medio de la guerra en curso entre Israel y Hamás en Gaza.

Algunos de los manifestantes arrestados son estudiantes de la universidad, añade el informe, pero no especifica cuántos.

En una declaración al periódico universitario, el teniente de la policía de Yale, Roosevelt Martínez, dice que los manifestantes fueron arrestados por invasión de propiedad privada, pero no proporciona más detalles.

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La Casa Blanca condena las acciones antisemitas de los manifestantes pro palestinos en la Universidad de Columbia

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Agencia AJN.- La Casa Blanca condena las protestas pro palestinas que sacudieron la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York durante la semana pasada, lo que llevó al rabino ortodoxo del campus de la escuela a instar a los estudiantes judíos a mantenerse alejados del campus por el momento.

“Si bien todo estadounidense tiene derecho a protestar pacíficamente, los llamados a la violencia y la intimidación física dirigidos a estudiantes judíos y a la comunidad judía son descaradamente antisemitas, desmesurados y peligrosos; no tienen absolutamente ningún lugar en ningún campus universitario ni en ningún lugar de los Estados Unidos de América. Estados Unidos”, dijo el subsecretario de prensa de la Casa Blanca, Andrew Bates, a The Times of Israel.

“Hacerse eco de la retórica de las organizaciones terroristas, especialmente tras la peor masacre cometida contra el pueblo judío desde el Holocausto, es despreciable. Condenamos estas declaraciones en los términos más enérgicos”, dice Bates.

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